Apreto un poco nada mas, cerrandole el paso de la traquea. No tanto como para dejarla sin aire, pero si para impedirle hablar.
– No-logro decir Josie.
Matt se quedo mirandola, atonito.
– No, ?que?-pregunto. Y cuando comenzo a moverse de nuevo, Josie estaba segura de haber oido mal.
Durante la mayor parte del trayecto en coche de una hora desde Manchester, la conversacion entre Peter y el senor McCabe fue tan superficial como el vuelo rasante de una libelula sobre un lago. Ambos se dedicaron a probar someramente temas sobre los que ninguno de los dos se interesaba de un modo particular: entradas para ver al equipo de hockey de los Bruins, el inminente baile oficial de invierno, cuales eran las buenas facultades universitarias que buscaban por entonces los alumnos.
Hasta despues de dejar la carretera 89 en la salida de Sterling, y mientras recorrian oscuras carreteras secundarias en direccion a la casa de Peter, el senor McCabe no hizo mencion del motivo por el que ambos estaban en aquel coche.
– Sobre lo de esta noche…-empezo-. No hay mucha gente en el instituto que lo sepa. No he salido del armario, todavia.
El pequeno rectangulo de luz reflejada por el espejo retrovisor le dibujaba un antifaz en los ojos, como un mapache.
– ?Por que no?-se oyo Peter preguntar a si mismo.
– No es que crea que el resto del profesorado no me apoyaria…Es solo que me parece que no es de la incumbencia de nadie. ?Entiendes?
Peter no sabia que contestar, hasta que comprendio que el senor McCabe no estaba pidiendole su opinion, sino que estaba dandole instrucciones.
– Claro-dijo Peter-. Gire por aqui, y luego es la tercera casa a la izquierda.
El senor McCabe aparco delante del camino de entrada de la casa de Peter, sin entrar el coche.
– Si te cuento todo esto es porque confio en ti, Peter. Y porque si necesitas a alguien con quien hablar, quiero que sepas que conmigo puedes hacerlo con total libertad.
Peter se desabrocho el cinturon de seguridad.
– Yo no soy gay.
– Entendido-replico el senor McCabe, aunque con un destello de dulce comprension en los ojos.
– Yo no soy gay-repitio Peter con mayor firmeza, y tras abrir la portezuela del coche, corrio lo mas de prisa que pudo hacia su casa.
Josie agito el botellin de esmalte de unas OPI y miro la etiqueta de la parte inferior. «No Soy Rojo Camarera».
– ?A ustedes a quien les parece que se le ocurren estas cosas? ?Seran un grupo de mujeres reunidas en torno a una mesa de ejecutivos?
– No-dijo Maddie-. Seguramente son viejas amigas que se juntan para emborracharse una vez al ano y apuntar todos los sabores que se les ocurren.
– No son sabores, puesto que no te los comes-senalo Emma.
Courtney se dio la vuelta rodando sobre si misma, de forma que el pelo le cayo por uno de los lados de la cama como una cascada.
– Esto es un rollo-manifesto, aunque era su casa y se habian reunido para dormir juntas-. Tiene que haber algo emocionante que hacer.
– ?Por que no llamamos a alguien?-propuso Emma.
Courtney considero la posibilidad.
– ?Una travesura?
– Podriamos encargar pizzas y hacer que se las llevaran a alguien-dijo Maddie.
– Eso ya se lo hicimos la ultima vez a Drew-suspiro Courtney, que esbozo una repentina sonrisa y fue a tomar el telefono-. Tengo otra cosa mejor.
Conecto el manos libres y marco. Se oyo un tintineo musical que a Josie le resulto terriblemente familiar.
– Diga-contesto una voz brusca en el otro extremo de la linea.
– ?Matt?-dijo Courtney, llevandose el dedo a los labios para que las demas guardaran silencio-. Hola.
– Oye, Court, son las tres de la manana.
– Ya lo se. Es que…llevo mucho tiempo queriendote decir algo, pero no se como hacerlo, porque Josie es mi amiga y todo eso y…
Josie quiso hablar, para que Matt supiera que le estaban tendiendo una trampa, pero Emma le tapo la boca con la mano y la tumbo sobre la cama.
– Me gustas-dijo Courtney.
– Tu a mi tambien.
– No, escucha…me gustas en serio…
– Uau, Courtney. Si llego a saberlo, creo que me habria acostado contigo en plan salvaje. Lastima que quiera a Josie, y que lo mas probable es que ella este a menos de un metro de ti en este mismo momento.
El silencio se hizo anicos, roto por las risas hasta entonces contenidas.
– ?Puta madre! ?Como lo has sabido?-dijo Courtney.
– Porque Josie me lo cuenta todo, incluso cuando va a quedarse a dormir en tu casa. Y ahora desconecta el altavoz y pasamela para que le de las buenas noches.
Courtney le paso el telefono a Josie.
– Muy buena-dijo Josie.
La voz de Matt sonaba brumosa por el sueno.
– ?Lo habias dudado?
– No-replico Josie con una sonrisa.
– Bueno, que te diviertas. Pero no a mi costa.
Oyo que Matt bostezaba.
– Vete a la cama.
– Me gustaria que estuvieras aqui-dijo el.
Josie les dio la espalda a las demas chicas.
– A mi tambien.
– Te quiero, Jo.
– Yo tambien te quiero.
– Y yo-dijo Courtney en voz alta-creo que voy a vomitar.
Alargo la mano y pulso el boton de colgar.
Josie arrojo el telefono sobre la cama.
– Ha sido idea tuya llamarle.
– Te has puesto celosa-dijo Emma-. Ya me gustaria a mi tener a alguien que no pudiera vivir sin mi.
– Eres muy afortunada, Josie-convino Maddie.
Josie volvio a abrir el botellin de esmalte de unas y, al hacerlo, una gota del pequeno pincel fue a aterrizar sobre su muslo, como una perla de sangre. Cualquiera de sus amigas, quiza Courtney no, pero la mayoria de ellas, mataria por estar en su lugar.
«Pero moririan si lo estuvieran», susurro una voz en su interior.
Levanto la vista hacia Maddie y Emma y se forzo a sonreir.
– Diganmelo a mi-dijo Josie.
En diciembre, Peter encontro trabajo en la biblioteca del instituto. Le pusieron a cargo del equipamiento audiovisual, lo que significaba que cada dia, durante una hora despues de las clases, tenia que rebobinar microfilms y organizar DVD alfabeticamente. Tenia que llevar retroproyectores y TV/VCR a las aulas para que estuvieran preparados cuando los profesores que los necesitaban llegaran por la manana al instituto. Lo que mas le gustaba era que en la biblioteca nadie le molestaba. Los chicos populares no iban por alli ni muertos una vez acabadas las clases; era mas probable que Peter encontrara solo a los alumnos especiales, con sus tutores,