– Senor McAfee-dijo-, ?como se declara su cliente?

– Inocente de todos los cargos, Su Senoria.

Un murmullo se extendio por la sala como un virus, algo que siempre sucedia al oirse un alegato de no culpabilidad, y que a Alex siempre le parecia ridiculo. ?Que se suponia que tenia que hacer el acusado? ?Declararse culpable?

– Dada la naturaleza de los cargos, no tiene derecho a libertad bajo fianza. Permanecera bajo custodia del sheriff.

Alex disolvio la audiencia y se dirigio a su despacho. Una vez dentro, con la puerta cerrada, avanzo como una atleta que hubiese acabado una carrera a vida o muerte. Si estaba segura de algo era de su habilidad para juzgar con justicia. Pero si le habia resultado tan duro en la comparecencia, ?como reaccionaria cuando la acusacion comenzase a detallar los sucesos de ese dia?

– Eleanor-dijo Alex, apretando el boton del intercomunicador de su secretaria-, anule mis citas durante dos horas.

– Pero usted…

– Anulelas-la corto con sequedad.

Todavia veia las caras de los padres en la sala. Llevaban escrito en la cara lo que habian perdido, como una cicatriz colectiva.

Alex se quito la toga y bajo la escalera trasera hasta el garaje. En lugar de detenerse a fumar, se metio en el coche. Condujo hasta la escuela elemental y aparco en el carril de incendios. Habia una furgoneta de television en el estacionamiento de los profesores. Alex se asusto al principio, pero luego se dio cuenta de que la matricula era de Nueva York, y de que era improbable que alguien la reconociera sin la toga de juez.

La unica persona con derecho a pedirle a Alex que se recusase a si misma era Josie, pero Alex sabia que su hija lo entenderia. Era el primer gran caso de Alex en el Tribunal Superior, el que podria cimentar su reputacion alli. Ademas, era un modelo de comportamiento para la propia Josie, para que retomara su vida. Alex habia intentado ignorar la razon oculta por la que estaba luchando por permanecer en ese caso, la que llevaba clavada como una espina, como una astilla, causandole dolor hiciera lo que hiciese: le resultaria mas facil enterarse de lo que habia pasado su hija por la acusacion y la defensa que por la propia Josie.

Entro en la oficina principal.

– Vengo a buscar a mi hija-dijo Alex.

La secretaria saco un formulario para que lo llenase. Alex leyo ESTUDIANTE, HORA DE SALIDA, MOTIVO, HORA DE ENTRADA.

Josie Cormier, escribio. 10:45. Dentista.

Sentia la mirada de la secretaria. Era evidente que la mujer se estaba preguntando por que la jueza Cormier estaba delante de ella en lugar de estar en la sala, presidiendo la comparecencia de la cual todos querian noticias.

– Por favor, digale a Josie que la espero en el coche-dijo Alex antes de salir de la oficina.

A los cinco minutos, su hija abrio la puerta del pasajero y se sento en el coche.

– No llevo hierros.

– Tenia que pensar una excusa con rapidez-contesto Alex-. Ha sido lo primero que se me ha ocurrido.

– Entonces, ?para que has venido?

Alex se quedo mirando a Josie mientras esta daba potencia al ventilador.

– ?Necesito una razon para almorzar con mi hija?

– Bueno, son las 10:30.

– Entonces estamos huyendo de clase.

– Como quieras-dijo Josie.

Alex puso el coche en marcha. Josie estaba junto a ella, pero era como si estuviesen en continentes distintos. Su hija se limitaba a mirar por la ventana, viendo como pasaba el mundo.

– ?Ya has terminado?

– ?La comparecencia? Si.

– ?Por eso has venido?

?Como podia contarle a Josie lo que habia sentido al ver en la sala a todos esos padres y madres sin nombre, sin un hijo entre ellos? Si pierdes a tu hijo, ?puedes seguir llamandote padre?

?Y si, sencillamente, hubieses sido lo bastante estupido como para dejarlo escapar?

Alex condujo hasta el final de una calle que daba al rio. Bajaba crecido, como siempre en primavera. Si no lo supieses, si estuvieses mirando una foto, podrias querer tomar un bano. Solo viendolo no te darias cuenta de que el agua te quitaria la respiracion, de que se te llevaria.

– Queria verte-confeso Alex-. Hoy habia personas en la sala, personas que probablemente se despierten ahora cada dia deseando haber hecho algo asi, haberlo dejado todo de pronto para almorzar con sus hijas, en lugar de decirse a si mismos que podrian hacerlo otro dia.-Miro a Josie-. Esas personas no van a tener mas dias.

Josie tomo un hilo blanco que estaba suelto, y permanecio en silencio lo suficiente como para que Alex comenzara a torturarse mentalmente. Demasiado para su espontanea incursion en la maternidad basica. Alex se habia dejado llevar por sus emociones durante la comparecencia. En lugar de decirse a si misma que estaba haciendo el ridiculo, se habia apoyado en ellas. Pero ?no es exactamente eso lo que sucede cuando empiezas a remover las arenas movedizas de los sentimientos en lugar de presentar los hechos con rapidez? Al diablo con hablar con el corazon en la mano. Lo mas probable es que te lo rompan.

– Escape-dijo Josie con calma-. No almuerzo.

Alex se relajo, aliviada.

– Lo que sea-bromeo.

Se la quedo mirando hasta que Josie la miro a su vez.

– Quiero hablar del caso contigo.

– Pensaba que no podias.

– De eso quiero hablar. Incluso si esta fuera la mayor oportunidad de mi carrera, la dejaria pasar si creyera que a ti te lo iba a hacer mas dificil. Puedes acudir a mi para preguntarme lo que quieras y cuando quieras.

Ambas fingieron, por un momento, que Josie se confiaba a su madre con regularidad, cuando de hecho habian pasado anos desde que habia compartido alguna confidencia con ella.

Josie miro a su madre de reojo.

– ?Incluso acerca de la comparecencia?

– Incluso acerca de la comparecencia.

– ?Que ha dicho Peter en la sala?

– Nada. Solo ha hablado el abogado.

– ?Que aspecto tenia?

Alex se quedo pensativa. Se habia sorprendido de lo muy crecido que le habia parecido Peter al verlo por primera vez con su traje de presidiario. Aunque lo conocia desde hacia anos y ultimamente lo habia ido viendo al final de los eventos escolares; en la tienda de fotocopias, donde el y Josie habian trabajado juntos un tiempo; o incluso conduciendo por la avenida, habia esperado encontrarse al mismo chico que habia jugado en la guarderia con Josie. Alex penso en el atuendo naranja, en las zapatillas de goma, en los grilletes.

– Tenia el aspecto de un acusado-dijo.

– Si se lo declara culpable, nunca saldra de prision, ?verdad?-pregunto Josie.

A Alex se le encogio el corazon. Josie intentaba disimularlo, pero ?como no iba a estar asustada de que algo asi pudiese suceder? Pero, como jueza, ?como iba Alex a darle esperanzas sobre Peter antes de juzgarlo? Alex se vio balanceandose en la cuerda floja, entre la responsabilidad personal y la etica profesional, intentando con todas sus fuerzas no caer.

– No tienes por que preocuparte de nada…

– Eso no es una respuesta-dijo Josie.

– Si, lo mas probable es que pase el resto de su vida alli.

– Si asi es, ?se le podra visitar?

De pronto, Alex ya no podia seguir la logica de Josie.

– ?Por que? ?Quieres hablar con el?

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