mas apenada que estuviese, tenia recursos para manejar la situacion. Una especie de responsabilidad de Allen, penso Alex, las instrucciones que un juez daba a un jurado que no estuviera llegando a ninguna parte con sus deliberaciones, recordandoles su deber como ciudadanos americanos y asegurandoles que podian y debian llegar a un consenso.

En el juzgado siempre le habia funcionado.

– Se que es duro, Josie, pero eres mas fuerte de lo que crees, y…

Josie sacudio la mano, apartandose de ella.

– ?Deja de hablarme asi!

– ?Como te hablo?

– ?Como si fuera algun testigo o abogado a quien intentases impresionar!

– Su Senoria. Siento interrumpir.

Alex se volvio y vio a Patrick Ducharme justo detras de ellas, oyendolo todo. Se ruborizo. Aquel era exactamente el tipo de comportamiento que no se muestra en publico cuando se es juez. Lo mas seguro era que el volviese a las oficinas de la comisaria para enviar un correo electronico general a todo el cuerpo: «Adivinen que acabo de oir».

– Su hija-dijo-se ha dejado la camiseta.

De color rosa y con capucha, la sostenia bien doblada sobre el brazo. Se la dio a Josie. Y entonces, en lugar de irse, le puso la mano en la espalda.

– No te preocupes, Josie-dijo mirandola como si ellos dos fuesen las unicas personas en el mundo-. Todo va a salir bien.

Alex esperaba que le contestara bruscamente, pero en lugar de eso Josie se calmo. Asintio como si, por primera vez desde el dia del tiroteo, asi lo creyera.

Alex sintio que algo crecia en su interior. Se dio cuenta de que era alivio porque su hija habia conseguido al fin tener cierta esperanza. Pero tambien una amarga pena por no haber sido ella quien devolviera la paz al rostro de Josie.

Esta se enjugo los ojos con la manga de la sudadera.

– ?Estas mejor?-pregunto Ducharme.

– Creo que si.

– Bien.

El detective hizo un gesto hacia Alex.

– Jueza.

– Gracias-murmuro, mientras el daba media vuelta y regresaba a comisaria.

Alex oyo que Josie cerraba la puerta del coche tras sentarse en el asiento del pasajero, sin dejar de mirar a Patrick Ducharme hasta que este desaparecio de su vista. «Ojala hubiera sido yo», penso Alex, evitando a proposito terminar la frase.

Como Peter, Derek Markowitz era un genio de la informatica. Como Peter, no habia sido bendecido con musculos, altura o, para el caso, cualquier otro regalo de la pubertad. El pelo le quedaba de punta en mechones pequenos, como si se lo hubiesen plantado. Siempre llevaba la camisa por dentro de los pantalones, y nunca habia sido popular.

Pero a diferencia de Peter, nunca habia ido a la escuela y matado a diez personas.

Selena se sento a la mesa de la cocina de los Markowitz, mientras Dee Dee Markowitz la observaba como un halcon. Ella habia ido a entrevistar a Derek con la esperanza de que pudiera ser un testigo de la defensa, pero a decir verdad, la informacion que Derek le habia dado hasta el momento lo hacia mucho mejor candidato para la acusacion.

– ?Y si todo es culpa mia?-dijo Derek-. Quiero decir que soy el unico a quien se le dio una pista. Si hubiera escuchado mejor, quiza habria podido detenerlo. Podria haberselo dicho a alguien mas. En cambio, pense que estaba bromeando.

– No creo que nadie hubiera actuado de otro modo en tu caso-dijo Selena con amabilidad y totalmente en serio-. El Peter que conocias no es el que fue al instituto ese dia.

– Si-dijo Derek asintiendo para si.

– ?Ha terminado?-pregunto Dee Dee interrumpiendo-. Derek tiene clase de violin.

– Casi, senora Markowitz. Solo quiero preguntarle a Derek acerca del Peter que conocia. ?Como se conocieron?

– Ambos estabamos en el equipo de futbol de sexto-dijo Derek-, y eramos unos desgraciados.

– ?Derek!

– Perdona, mama, pero es cierto.-Miro a Selena-. Por supuesto, ninguno de esos atletas podrian escribir un codigo HTML aunque sus vidas dependieran de ello.

Selena sonrio.

– Bueno, a mi incluyeme en la categoria de los inutiles tecnologicos. ?De manera que se hicieron amigos mientras estaban en el equipo?

– Permaneciamos juntos en el banquillo porque nunca nos hacian jugar-explico Derek-. Pero no, no nos hicimos amigos hasta que dejo de verse con Josie.

Selena jugaba con el boligrafo.

– ?Josie?

– Si, Josie Cormier. Tambien va a la escuela.

– ?Y ella era amiga Peter?

– Era la unica con quien el se relacionaba-respondio Derek-, pero luego ella se convirtio en una chica popular, y lo planto.-Se quedo mirando a Selena-. A Peter en realidad le dio igual. Dijo que se habia vuelto una puta.

– ?Derek!

– Lo siento, mama-dijo-. Pero es cierto.

– ?Me perdonan un momento?-pregunto Selena.

Salio de la cocina y entro en el bano, donde saco el movil del bolsillo y marco el numero de su casa.

– Soy yo-dijo cuando Jordan contesto. Entonces se extrano-. ?Por que hay tanto silencio?

– Sam esta durmiendo.

– ?No le habras puesto otro video de dibujos solo para leer con tranquilidad tu revista?

– ?Me has llamado para acusarme de ser un mal padre?

– No-dijo Selena-. He llamado para decirte que Peter y Josie eran buenos amigos.

En maxima seguridad, Peter tenia permitida una sola visita por semana, pero algunas personas no contaban. Por ejemplo, su abogado podia ir a verlo tantas veces como fuera necesario. Y, esto era lo raro, tambien los periodistas. Lo unico que Peter tenia que hacer era firmar una pequena nota diciendo que deseaba hablar con la prensa para que Elena Battista pudiera reunirse con el.

Estaba buena. Peter se dio cuenta de inmediato. En lugar de llevar un sueter informe de talla grande, se habia puesto una ajustada blusa de botones. Si se inclinaba hacia adelante, incluso podia verle el escote.

Tenia el pelo espeso, largo y rizado, y ojos marrones. A Peter le costaba creer que alguien se hubiese burlado de ella en el instituto. Pero estaba sentada frente a el, eso seguro, y a duras penas podia mirarlo a los ojos.

– No puedo creerlo-dijo, acercando la punta de los pies hasta la linea roja que los separaba-. No puedo creer que este aqui contigo.

Peter hizo como si no fuera la primera vez que oia eso.

– Si-dijo-, esta bien que hayas venido.

– Por Dios, era lo minimo que podia hacer-dijo Elena.

Peter penso en las historias que habia oido acerca de admiradoras que se habian comenzado a cartear con presos y que, a la larga, se habian casado con ellos en una ceremonia en la prision. Penso en el oficial del correccional que habia acompanado a Elena, y se pregunto si estaria contandoles a los demas que una que estaba buena estaba visitando a Peter Houghton.

– No te importa que tome notas, ?verdad?-pregunto Elena-. Es para mi trabajo.

– Esta bien.

La vio sacar un lapiz y aguantarlo con la boca mientras abria un cuaderno de notas por una pagina en

Вы читаете Diecinueve minutos
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату