estaban. Se pregunto si la gente que regresaba a sus antiguos hogares de los pueblos pequenos de toda la region habia reparado en esta perdida. Como el olor de las hojas quemadas en otono, era algo que su generacion echaba de menos.

Los murcielagos bailaban esquivamente contra un cielo violaceo. Algunas estrellas empezaban a despuntar. Baedecker entro en un patio escolar que ocupaba una manzana entera. La alta y vieja escuela elemental, cuyo derruido campanario habia albergado a los ancestros de muchos de los murcielagos de esa noche, habia sido demolida tiempo atras y reemplazada por un apinamiento de cajas de ladrillo y vidrio, al pie de otra caja de ladrillo y vidrio mas grande que llenaba buena parte de la manzana. Baedecker sospecho que el edificio mas grande era el gimnasio de la nueva escuela. En su epoca la escuela elemental no tenia gimnasio; cuando necesitaban uno, caminaban dos calles hasta la escuela secundaria. Baedecker recordo que la escuela vieja se alzaba en medio de hectareas de hierba, media docena de campos de beisbol y dos areas de juego, una para ninos pequenos y otra con un gran tobogan para los grados superiores. Todo el conjunto se hallaba custodiado por una alta arboleda que se erguia alrededor de la manzana. Ahora los edificios bajos y el monstruoso gimnasio ocupaban la mayor parte del espacio. No habia arboles. Los campos de juego eran solo una franja de asfalto y una estructura de madera semejante a una carcel militar, construida en un cuadrado de arena. Baedecker fue hasta alli y se sento en un nivel inferior de la estructura, que le evocaba una horca mal disenada.

Enfrente veia su antigua casa. Aun en el desleido crepusculo observaba que no habia sufrido muchos cambios. La luz se derramaba por las ventanas de ambos pisos. Un buen revestimiento de madera reemplazaba las viejas chillas. Habian anadido un garaje y una calzada de asfalto que sustituia la vieja calzada de grava. Baedecker sospecho que el cobertizo detras de la casa ya no estaria. Cerca del frente crecia un abedul que antes no existia. Baedecker hurgo en su memoria tratando en vano de recordar en aquel lugar un arbol joven. Luego comprendio que lo podian haber plantado cuando el se habia mudado: asi el arbol tendria cuarenta anos.

Baedecker no sentia nostalgia, solo un ligero vertigo ante la idea de que ese extrano caparazon de piedra y madera en un extrano lugar del mundo hubiera albergado a un nino que se creia el centro de la creacion. Una luz se encendio en un cuarto del segundo piso. Baedecker casi pudo ver el viejo papel en el que se dibujaban veleros enmarcados por incesantes cuadrados de soga, cada esquina complicada por imposibles nudos nauticos. Recordo haber pasado noches de fiebre en vela, tratando una y otra vez de desatar mentalmente esos nudos. Tambien recordo la bombilla colgante y el cable, el armario amarillo semejante a un ataud y el enorme mapamundi Rand McNally donde todas las noches ese nino fervoroso desplazaba alfileres de color desde una impronunciable isla del Pacifico hasta otra.

Baedecker meneo la cabeza, se levanto y camino hacia el norte, alejandose de la escuela y la casa. Habia anochecido del todo, pero nubes bajas ocultaban estrellas. Baedecker no volvio a mirar hacia arriba.

– ?Como ha ido? ?Ha visto los viejos lugares? -saludo Ackroyd cuando Baedecker cruzo el patio de la casa. La pareja estaba sentada en un pequeno porche con mosquitero, entre la casa y el garaje.

– Si. Por suerte esta refrescando, ?verdad?

– ?Se ha encontrado a algun conocido?

– Las calles estaban desiertas -dijo Baedecker-. He podido ver las luces de Old Settlers, al menos creo que era Old Settlers, al sudeste de la escuela secundaria. Parecia que todo el mundo estaba alli. -Para el nino Baedecker, el fin de semana de Old Settlers habia consistido en tres dias que signaban el corazon del verano y tambien el ultimo acontecimiento festivo antes de la cuenta atras para el reinicio de la escuela. Old Settlers habia significado el hallazgo de la entropia.

– Ya lo creo -dijo Ackroyd-. Habra una francachela esta noche, con esa barbacoa. Todavia tiene tiempo para ir si lo desea. La tienda de la Legion Americana sirve cerveza hasta las once.

– No, gracias, Bill. Estoy muy cansado, de veras. Pensaba acostarme. Salude a Terry de mi parte, por favor.

Ackroyd lo condujo al interior y encendio la luz de la escalera.

– En realidad, Terry ha ido a casa de su amigo Donnie Peterson. Han pasado juntos el fin de semana de Old Settlers desde que se conocieron en el parvulario.

La senora Ackroyd se cercioro de que Baedecker tuviera mantas adicionales, aunque era una noche calida. El cuarto de invitados desprendia un olor a habitacion de motel que resultaba comodamente familiar. La senora Ackroyd sonrio, cerro la puerta con suavidad y lo dejo a solas.

El cuarto era un pozo de negrura salvo por el fulgor de su reloj-calculadora digital. Baedecker se acosto y escruto la oscuridad. Cuando los digitos de suave fulgor indicaron las 2.32 se levanto y salio a la sala vacia y enmoquetada. No se oia ruido en los pisos superiores. Alguien habia dejado una luz encendida en la escalera por si Baedecker queria ir a la cocina. Sin embargo, Baedecker fue al cuarto del nino, titubeo un segundo ante la puerta entornada y entro. La luz de la escalera alumbraba suavemente la superficie lunar llena de agujeros y la Tierra azul y blanca en cuarto creciente. Baedecker se quedo un minuto; se disponia a salir cuando algo le llamo la atencion. Cerro la puerta y se sento en la cama de Terry. Por un minuto se apago la luz y Baedecker quedo a ciegas. Luego noto cien chispas relucientes en las paredes y el cielo raso. Despuntaban estrellas. El nino - Baedecker tuvo la certeza de que era el nino- habia salpicado el cuarto con motas de pinturas fosforescente. La semiesfera de la Tierra empezo a relucir con un resplandor lechoso que iluminaba las tierras altas y los crateres de la Luna. Baedecker nunca habia visto una noche lunar desde la superficie -ni el ni ningun astronauta de las misiones Apollo- pero se quedo sentado en la pulcra cama del nino hasta que las estrellas le abrasaron los ojos y penso «si, si».

Al cabo de un rato se levanto, camino en silencio hasta su cuarto y se durmio.

El Dia de Richard M. Baedecker amanecio calido y despejado. En la calle zumbaba el trafico del sabado. El cielo azul banaba los distantes maizales en una luz quebradiza.

Baedecker hizo dos desayunos, el primero con Ackroyd y su esposa en la espaciosa cocina. El segundo fue con la alcaldesa y los funcionarios del ayuntamiento ante una larga mesa del Parkside Cafe. Marjorie Seaton parecia la version pueblerina de Jane Byrne, la ex alcaldesa de Chicago. Baedecker no sabia donde residia la semejanza, pues la cara de Seaton era ancha y curtida mientras que la de Byrne era estrecha y palida. Marge Seaton tenia una risa franca y entusiasta que no guardaba ninguna similitud con lo que recordaba de las fruncidas risitas de Byrne. Pero en los ojos de ambas mujeres se vislumbraba algo que a Baedecker le recordaba a las mujeres apaches esperando a que les clavasen estacas a los prisioneros varones para divertirse.

– Todo el pueblo esta entusiasmado con esta visita, Dick -dijo Seaton con una sonrisa-. Yo diria que todo el condado. Vendra gente incluso desde Galesburg.

– Ansio conocerla -dijo Baedecker, jugueteando con sus bizcochos. Al lado, Ackroyd mojaba una tostada en el huevo. La camarera, una mujer menuda de cara demudada llamada Minnie, regresaba a cada momento para llenarles la taza de cafe como si refinara la definicion de camarera con la empecinada repeticion de ese unico acto.

– ?Tienen ustedes un programa… un horario? -pregunto Baedecker-. ?Una especie de orden del dia?

– Claro que si -respondio un hombre delgado con traje de poliester verde a quien habian presentado como Kyle Gibbons o Gibson-. Aqui tiene. -Extrajo una hoja doblada que aliso frente a Baedecker.

– Gracias.

09.00 – REUNION AYUNTAMIENTO – Parkside (?Astronauta?)

10.00 – TORNEO VOLEIBOL – (BAILE LEG. AM.)

11.30 – PREPARACION DEL DESFILE (Oeste 5)

12.00 – DESFILE OLD SETTLERS

13.00 – BARBACOA Y EXHIBICION DE TIRO J.G.C. (sheriff Mechan)

13.30 – TORNEO SOFTBOL

14.30 – ESPECTACULO BOMBEROS VOLUNTARIOS

17.00 – BARBACOA OPTIMISTAS

18.00 – HORA DE VIVA LA GENTE (camp. coristas)

19.00 – RIFA (alcaldesa Seaton – gimnasio secundaria)

19.30 – ESTRELLAS DE MANANA (gimnasio secundaria)

20.00 – DISCURSO DEL ASTRONAUTA

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