motos todoterreno.
Ella sonrio y el hizo la pregunta que esperaba. -Esta bien, cuentame como descubristeis lo de las motos.
– Encontramos huellas de neumaticos en el suelo de la alcantarilla y pintura de color azul en una de las paredes. Uno de ellos debio de patinar en el barro y rozar la pared. Nuestro laboratorio en Quantico analizo la pintura y logramos identificar el modelo y la marca. Investigamos todos los concesionarios Honda del sur de California hasta que encontramos una compra de tres motos todoterreno azules en el concesionario de Tustin, cuatro semanas antes del dia del Trabajo. El tio habia pagado en metalico y se las habia llevado en un camion; la direccion y el nombre eran falsos. -?Cual era el nombre?
– Frederic B. Isley. Luego nos volvio a salir y, si te fijas, las siglas coinciden con las del FBI. Le ensenamos al vendedor unas fotos que incluian la de Meadows, la tuya y la de otra gente, pero no identifico a nadie.
Ella se limpio la boca con una servilleta, que deposito sobre la mesa. Bosch se fijo en que no habia dejado mancha de pintalabios.
– Bueno -dijo ella-. Ya no puedo beber mas agua. Vayamos al despacho y repasemos lo que cada uno ha encontrado sobre Meadows. Rourke cree que es la mejor linea de accion. Ya hemos agotado todas las pistas relacionadas con el robo al banco; llevamos un tiempo dandonos de cabeza contra las paredes. Quiza Meadows nos proporcione la clave que necesitamos.
Wish pago la cuenta y Bosch puso la propina.
Bosch y Wish fueron al edificio federal en sus respectivos coches. Mientras conducia, Bosch no pensaba en el caso, sino en ella. Queria preguntarle como se habia hecho esa pequena cicatriz y no como habia relacionado a los ladrones con las ratas del Vietnam. Queria saber que ocultaba esa mirada tan dulce y triste. Bosch la siguio hasta Wilshire Boulevard, pasando por una zona de apartamentos para estudiantes junto a la Universidad de California. Finalmente ambos se encontraron en el ascensor del aparcamiento del FBI.
– Creo que sera mejor si tratas solo conmigo -dijo ella mientras subian-. Rourke…, bueno, tu y Rourke no habeis empezado con buen pie y…
– No hemos empezado y punto -aclaro Bosch.
– Bueno, si lo conocieras verias que es un buen hombre. Hizo lo que creyo justo en ese momento.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron en el decimoseptimo piso, alli estaba Rourke.
– Ah, por fin os encuentro -dijo, tendiendole la mano a Bosch, quien le dio la suya sin mucha conviccion. Despues de presentarse, Rourke anadio-: Bajaba a tomarme un cafe y un bocadillo. ?Os venis?
– Es que… acabamos de tomarnos uno -se excuso Wish-. Te esperamos aqui arriba.
Bosch y Wish salieron del ascensor para dejar paso a Rourke. El agente especial asintio con la cabeza y la puerta se cerro tras el. Bosch y Wish se dirigieron hacia la oficina.
– La verdad es que no sois tan distintos. El tambien estuvo en la guerra -le dijo ella-. Dale una oportunidad. Sera dificil trabajar si no pones un poco de tu parte.
Bosch no dijo nada y ambos caminaron por el pasillo hasta llegar a la oficina del Grupo 3, donde Wish le senalo la mesa de detras de la suya. Le explico que estaba vacia porque su ocupante habia sido trasladado al Grupo 2, la brigada antipornografica. Bosch puso su maletin sobre la mesa, se sento y miro a su alrededor. La oficina estaba mucho mas llena que el dia anterior; habia media docena de agentes sentados en sus mesas y tres mas de pie, al fondo de la sala, alrededor de un archivador en el que descansaba una caja de donuts. Bosch reparo en un televisor y un video que no estaban alli en su anterior visita.
– Antes has mencionado una cinta de video -le dijo a Wish.
– Si. Lo preparo y te lo miras mientras yo contesto un par de llamadas.
Wish saco un video del cajon de su mesa y los dos caminaron hacia al fondo de la sala. Los tres agentes se retiraron en silencio con sus donuts, sorprendidos por la presencia de un intruso. Ella preparo la cinta y lo dejo solo.
El video, rodado por un aficionado con una camara manual, hacia un recorrido del camino seguido por los ladrones. Empezaba en lo que parecia la alcantarilla: un tunel cuadrado que se perdia en la oscuridad, alla donde no llegaba la luz estroboscopica. Tal como habia dicho Wish, la alcantarilla era lo suficientemente grande para que pasara un camion y por ella discurria un reguero de agua. El moho y las algas cubrian el suelo de cemento y la parte inferior de las paredes, y Bosch casi podia oler la humedad. La camara enfoco el fondo verde grisaceo y las marcas de neumatico sobre el lodo. La siguiente escena mostraba la boca del tunel excavado por los ladrones, un agujero bien definido en la pared de la cloaca. En la pantalla aparecieron un par de manos que retiraban el circulo de conglomerado que servia para cubrir el orificio durante el dia. Las manos se fueron alejando y entonces aparecio una cabeza; la de Rourke. Rourke, que llevaba un mono oscuro con las letras blancas del FBI en la espalda, coloco la tabla sobre el agujero; encajaba a la perfeccion.
En ese momento el video saltaba al interior del tunel. A Bosch le resulto angustioso porque le trajo recuerdos de las galerias excavadas a mano en Vietnam. El tunel se curvaba a la derecha bajo la luz algo surrealista de las velas que habian clavado en la pared cada seis metros. Al cabo de unos veinte metros, el pasadizo giraba bruscamente a la izquierda y continuaba en linea recta durante unos treinta metros, en los que todavia habia velas encendidas. Finalmente, la camara llegaba a un punto sin salida lleno de escombros: cemento, barras retorcidas y armazones de acero. La siguiente escena era un primer plano del boquete que perforaron en el techo del conducto subterraneo, por el que se veia la camara acorazada. Rourke, todavia con su mono del FBI, miro a la camara, se paso un dedo por el cuello y entonces hubo otro corte. Esta vez se ofrecia un plano general de toda la sala desde dentro. Tal como Bosch habia visto en la foto del periodico, cientos de cajas fuertes abiertas y vacias yacian apiladas en el suelo. Mientras dos peritos empolvaban las puertas en busca de huellas dactilares, Eleanor Wish y otro agente examinaban las cajas y tomaban notas en sus libretas. Finalmente la camara enfoco al suelo, al agujero que daba al tunel, y la pantalla se torno negra; Bosch rebobino la cinta y se la devolvio a la agente Wish.
– Interesante -comento-. He notado algunas semejanzas con los tuneles de alli, pero nada me habria hecho relacionar esto con las ratas de Vietnam. ?Cual fue la pista que os llevo a Meadows y gente como yo?
– Primero fue el C-4 -dijo ella-. El Departamento de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) envio un equipo a que examinara el cemento armado tras la explosion. Ellos encontraron restos de un explosivo, lo analizaron y descubrieron que era C-4. Seguro que lo conoces. Lo usaban en Vietnam, especialmente las ratas de los tuneles. Pero ahora existen explosivos mucho mejores, con un area de impacto mas comprimida, mas sencillos de manipular y detonar. Son menos peligrosos y mas faciles de conseguir; incluso mas baratos. Por eso supusimos, bueno, lo supuso el del ATF, que quien lo empleo lo hizo porque estaba acostumbrado a usarlo, se sentia comodo con el. Asi que en seguida pensamos que podria tratarse de un veterano de Vietnam. Otra pista que apuntaba en esa direccion fueron las bombas trampa. Creemos que antes de entrar en la camara acorazada para desvalijar las cajas, los ladrones plantaron unas cuantas bombas a fin de protegerse por la retaguardia.
»Para asegurarnos de que no habia mas C-4, enviamos un perro del ATF. El detector que llevaba el animal registro la existencia de explosivos en dos puntos del tunel, en medio y en la entrada. Sin embargo, apenas quedaba nada; los ladrones se lo habian llevado todo consigo. Lo unico que encontramos en esos lugares fueron varios agujeritos en el suelo y unos cables rotos, como si hubieran sido cortados con unos alicates.
– Cables trampa -dijo Bosch.
– Exactamente. Dedujimos que habian dispuesto varias trampas contra los posibles intrusos. Si alguien hubiera entrado por detras para detenerlos, el tunel habria explotado y los habria sepultado bajo Hill Street. Por suerte los ladrones se llevaron los explosivos cuando se fueron; si no, todos podriamos haber saltado por los aires.
– Pero una explosion de esa magnitud los habria matado a ellos tambien -comento Bosch.
– Si. Los tios iban a por todas; estaban armados hasta los dientes y dispuestos a morir. O todo o nada… - comento Wish-. Bueno, la verdad es que no empezamos a pensar en algo tan especifico como las ratas de los tuneles hasta que examinamos las huellas de neumaticos en la alcantarilla. Habia huellas por todas partes, aunque no un rastro completo, por lo que tardamos un par de dias en llegar desde la boca del tunel a la entrada en el cauce del rio. Entonces comprendimos que no era una ruta facil; aquello es un laberinto y tenias que saberte el camino. Por eso dedujimos que los ladrones no se habrian pasado las noches buscando con un mapa y una linterna.
– ?Que hicieron? ?Dejar unas miguitas como Hansel y Gretel?
– Mas o menos. Alla abajo las paredes estan totalmente cubiertas de pintadas: hay senales del Departamento de Aguas para saber donde estan, para indicar que tramo lleva adonde, fechas de inspeccion, etc. Vamos, que