– Gracias -le dijo a la chica y se dirigio hacia la puerta.

Estaba ya en el pasillo cuando Wish salio de la habitacion y echo a andar con paso rapido y decidido. Antes de que ella pudiera decirle nada, el se detuvo frente a un telefono de monedas al lado de la recepcion. Saco una agenda que siempre llevaba encima, busco el numero de la DSJ y lo marco. Tuvo que esperar dos minutos hasta que una operadora le paso con un contestador en el que dejo la fecha, la hora y el paradero de Bettijane Felker, posible fugada. Cuando colgo, se pregunto cuantos dias tardarian en recibir el mensaje y en llegar hasta Bettijane.

Estaban ya en pleno barrio de West Hollywood, avanzando en coche por Santa Monica Boulevard, y ella seguia rabiosa. Aunque al principio habia intentado defenderse, Bosch habia llegado a la conclusion de que lo mejor seria escuchar en silencio.

– Solo es una cuestion de simple confianza -le dijo Wish-. No me importa lo mucho o poco que trabajemos juntos. Si vas a seguir con esa actitud de Rambo, nunca tendremos la confianza necesaria para resolver el caso.

Bosch tenia la vista fija en el espejo lateral, que habia ajustado para vigilar el coche que habia aparcado cerca del Blue Chateau y que les habia seguido al salir. Ahora estaba seguro de que se trataba de Lewis y Clarke. Habia reconocido el enorme cuello y el pelo rapado de Lewis detras del volante tres vehiculos mas atras cuando el coche se detuvo en un semaforo. Bosch no le menciono a Wish que los seguian y si ella se habia dado cuenta, tampoco se lo dijo. Estaba demasiado preocupada por otras cosas. Bosch continuo vigilando el coche y escuchando las quejas de ella sobre lo mal que habia llevado el asunto.

– A Meadows lo encontraron el domingo. Hoy es martes -dijo Bosch finalmente-. Esta comprobado que las posibilidades de resolver un homicidio se reducen de forma drastica a medida que pasan los dias. Lo siento, pero no me parecio buena idea desperdiciar todo un dia arrestando a un gilipollas por irse con una puta de diecisiete anos que le engano sobre su edad. Tampoco crei que valiese la pena esperar a que la DSJ recogiera a la chica porque me apuesto el sueldo a que saben quien es y donde encontrarla. Lo unico que pretendo es hacer mi trabajo y dejar que otra gente haga el suyo, y por eso hice lo que hice. -Bosch cambio de tema-. Cuando lleguemos a Ragtime, aminora; es uno de los lugares que ponia en las fichas.

– Los dos queremos resolver el caso, Bosch, asi que no me hables con esa superioridad; como si tu tuvieras una gran mision y yo estuviera aqui para acompanarte. No olvides que los dos estamos metidos en esto.

Wish redujo la velocidad al pasar delante de una terraza en la que varias parejas de hombres tomaban te helado en copas decoradas con rodajas de naranja. Sentados en sillas blancas de hierro forjado junto a mesas de cristal, los hombres echaban una ojeada a Bosch y en seguida apartaban la vista sin mostrar interes. Bosch busco a Tiburon pero no lo vio. Volvieron a pasar a escasa velocidad y el miro en el callejon lateral, pero los dos hombres que habia alli eran demasiado mayores para ser Tiburon.

Bosch y Wish dedicaron los siguientes veinte minutos a recorrer sin exito los bares y restaurantes gays de la zona de Santa Monica Boulevard. Al mismo tiempo Bosch seguia controlando a los de Asuntos Internos, que nunca se alejaban mas de una manzana de ellos. Wish no dijo nada al respecto, pero Bosch tenia entendido que los federales casi siempre eran los ultimos en darse cuenta de que los seguian. Estaban acostumbrados a ser los cazadores, no la presa.

Se preguntaba que cono hacian Lewis y Clarke. ?Esperaban que el quebrantara la ley o el reglamento delante de un agente del FBI? Empezaba a plantearse si los dos detectives estarian actuando por cuenta propia. Tal vez querian que el los viera; era una especie de presion psicologica. Bosch le pidio a Wish que aparcara un momento delante de Barnie's Beanery y salto del coche para usar un telefono situado junto a la puerta del viejo bar. Acto seguido marco el numero directo de Asuntos Internos, que se sabia de memoria porque habia tenido que llamar dos veces diarias el ano anterior, a raiz de su suspension.

– ?Estan Lewis o Clarke?

– No, lo siento. ?Quiere que les de algun recado? -dijo una voz femenina.

– No, gracias. Em… Soy el teniente Pounds del Departamento de Detectives de Hollywood. ?Sabe si volveran pronto? Tengo que consultarles un asunto.

– Me parece que estan en codigo 7 hasta el turno de tarde.

Bosch colgo. Estaban fuera de servicio hasta las cuatro. O tramaban algo o Bosch les habia jodido demasiado y habian decidido ir a por el en sus horas libres. Cuando volvio al coche, le dijo a Wish que habia llamado a su oficina para saber si tenia algun mensaje.

Hasta que Wish arranco, Bosch no vio la motocicleta amarilla a media manzana de Barnie's. Estaba encadenada a un parquimetro delante de un restaurante de tortitas.

– Ahi esta -dijo Bosch, senalando con el dedo-. Pasa por delante, voy a comprobar la matricula. Si es esa, tendremos que esperar.

Efectivamente, era la motocicleta de Tiburon.

Bosch cotejo el numero y este coincidia con los apuntes que habia tomado del archivo CRAC. Del muchacho, sin embargo, no habia ni rastro. Tras dar la vuelta a la manzana, Wish aparco en el mismo lugar de donde acababan de salir.

– O sea, que tenemos que esperar a este chico -dijo ella-. Porque puede ser un testigo.

– Si, eso creo. Pero no hace falta que los dos perdamos el tiempo. Puedes dejarme aqui; yo entro en Barnie's, me pido una jarra de cerveza y un plato de chili y lo vigilo desde la ventana.

– No, no importa. Me quedo.

Bosch se puso comodo. Saco un paquete de tabaco, pero ella lo detuvo antes de que cogiera un cigarrillo.

– ?Has oido hablar del informe sobre los riesgos secundarios? -pregunto.

– ?El que?

– Este mes ha salido un informe del Departamento de Sanidad que confirma que el humo es cancerigeno. Cada ano se diagnostica cancer de pulmon a tres mil fumadores pasivos. Si fumas te estas matando a ti y a mi, asi que, por favor, no lo hagas.

Bosch se guardo los cigarrillos en el bolsillo de la chaqueta y los dos observaron en silencio la moto del chico. De vez en cuando, Bosch echaba una ojeada al retrovisor lateral, pero no vio el coche de Lewis y Clarke. Tambien miraba a Wish de reojo, cuando le parecia que ella no lo veia. Mientras tanto, Santa Monica Boulevard se iba llenando de coches a medida que se acercaba la hora punta. Wish mantuvo la ventanilla subida para evitar el monoxido de carbono, lo cual aumento considerablemente la temperatura del interior del coche.

– ?Por que me miras? -le pregunto ella al cabo de una hora de vigilancia.

– ?Mirarte? No te miro.

– Si que me miras. ?Habias tenido alguna vez un companero que fuera mujer?

– No, pero no te miraria por eso. Si es que te estaba mirando.

– ?Pues por que? Si es que me mirabas.

– Estaria intentado descubrir quien eras y por que estas haciendo esto. Siempre he pensado, al menos me habian dicho, que la brigada de bancos del FBI era para vejestorios y colgados, los agentes que eran demasiado viejos o demasiado tontos para usar un ordenador o calcular los bienes de un estafador. Y de pronto apareces tu, en la brigada mas anticuada. No eres un vejestorio y tampoco eres una colgada. Algo me dice que eres un buen fichaje.

Ella permanecio callada un instante y a Bosch le parecio ver una ligera sonrisa en sus labios que se esfumo inmediatamente, como si nunca hubiera estado alli.

– Supongo que eso es un cumplido -dijo al fin-. Si lo es, gracias. Tengo mis razones para trabajar en esta unidad y la verdad es que puedo elegir. En cuanto a los otros de la brigada, yo no los definiria como tu. Creo que esa actitud que, por cierto, pareceis compartir muchos de tus companeros…

– Ahi esta Tiburon -la interrumpio Bosch.

Un chico rubio con el pelo a lo rasta habia salido de un callejon lateral entre el restaurante de tortitas y una pequena galeria comercial. Junto a el habia un hombre mayor que el que lucia una camiseta con el lema «?Los noventa son supergays!». Bosch y Wish los observaban desde el coche. Tras intercambiar unas cuantas palabras, Tiburon se saco algo del bolsillo y se lo paso al hombre. Este examino lo que parecia una baraja de cartas, escogio un par y le devolvio el resto. A continuacion le dio a Tiburon un billete de color verde.

– ?Que hace? -pregunto Wish.

– Comprar fotos de bebes.

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