El chico se estaba animando, gesticulando con las manos y la cabeza, y mirando casi exclusivamente a Bosch.

– Joder, pensaba que venian a por mi, que alguien habia avisado a la pasma por lo de las pintadas. Por eso me escondi. Cuando llegaron a la tuberia un tio le dijo al otro que olia a pintura, pero ni siquiera me habian visto. Se habian parado alli para dejar al muerto. Ademas, no era un coche, sino un todoterreno.

– ?Tienes el numero de matricula? -le pregunto Wish.

– Dejale que siga -dijo Bosch, sin siquiera mirarla.

– No. ?Como voy a saber la matricula si llevaban las luces apagadas y estaba mas negro que la hostia? - protesto Tiburon-. Bueno, habia tres tios, contando al muerto. Uno de ellos, el que conducia el jeep, salio y saco el cuerpo de detras, de debajo de una manta o no se que mierda. Abrio esa puertecita de atras que tienen los todoterrenos y lo dejo caer. Fue horrible, tio. Me di cuenta de que estaba muerto de verdad por la forma de caer al suelo… como un cadaver. Hizo un ruido seco, no como en la tele, sino real, en cuanto lo vi pense «Joder, esta muerto». Entonces el tio lo arrastro hasta la tuberia. Su colega no lo ayudo; se quedo en el jeep, asi que el primer tio lo hizo todo solo.

Tras darle una ultima calada a su cigarrillo, Tiburon lo apago en el cenicero lleno de colillas y ceniza. Exhalo el humo por la nariz y miro a Bosch, quien le hizo un gesto para que continuara. El chico volvio a incorporarse.

– Em… Yo me quede alli y el tio salio de la tuberia al cabo de un minuto… no mas de un minuto. Al salir, miro a su alrededor, pero no me vio. Entonces se fue hacia un arbusto cerca de donde yo estaba y arranco una rama. Volvio a entrar a la caneria, y lo oi barrer o hacer no se que con la rama. Luego salio y se metieron en el coche. Ah, pero cuando empezo a dar marcha atras, claro, las luces traseras se encendieron. El tio se paro de golpe. Oi que decia que no podian retroceder por culpa de la luz, que los podrian ver. Asi que arrancaron hacia delante, sin encender los faros. Bajaron por la carretera, atravesaron la presa y llegaron al otro lado del lago. Cuando pasaron por delante de esa caseta que hay en la presa supongo que se cargaron la bombilla, porque se apago de repente. Yo me quede escondido hasta que deje de oir el ruido del motor.

Tiburon hizo una pausa que Wish aprovecho para preguntar:

– Lo siento, pero ?podemos abrir la puerta para que salga el humo?

Bosch alargo la mano y abrio la puerta de un empujon, sin intentar ocultar su enfado.

– Adelante, Tiburon -fue lo unico que dijo.

– Pues, nada, cuando se largaron me fui hacia la tuberia y me puse a gritarle al tio: «?Eh, tu! ?Estas bien?» Pero no me contesto, asi que decidi entrar. Primero apoye la moto en el suelo para dar un poco de luz y tambien encendi una cerilla, como tu has dicho. Entonces lo vi y, bueno, crei que estaba muerto. Iba a comprobarlo, pero me dio grima y sali a toda leche. Baje la colina, llame a la poli y ya esta. No hice nada mas, te lo juro.

Bosch dedujo que el chico habia querido robarle la cartera, pero se habia asustado. No importaba, podia guardar su secreto. Entonces penso en la rama que el hombre habia usado para borrar las pisadas tras haber arrastrado el cadaver. Se pregunto por que los policias de uniforme no habian encontrado ni la rama ni el arbusto roto durante el registro de la escena del crimen. Pero no le dio muchas vueltas porque sabia la respuesta: descuido, pereza. No era la primera vez que pasaban algo por alto; ni la ultima.

– Vamos a ver si ha llegado ya la pizza -anuncio Bosch, levantandose-. En seguida volvemos.

Fuera de la sala de interrogatorios Bosch controlo su enfado y tan solo dijo:

– Mea culpa. Tendriamos que haber decidido como queriamos hacerlo antes de que empezara su historia. A mi me gusta escuchar primero y luego hacer preguntas. Ha sido culpa mia.

– No te preocupes -le respondio Wish en tono seco-. De todas formas no creo que nos sea muy util.

– No lo se. -Bosch reflexiono un instante-. Pensaba volver a entrar y seguir hablando un rato; quiza sacarle un retrato robot. Y si no recuerda nada mas, podemos intentar hipnotizarlo.

Bosch no tenia ni idea de como reaccionaria Wish a su ultima sugerencia. La habia dejado caer de forma casual, con la esperanza de que pasara inadvertida. Los tribunales de California habian dictaminado que hipnotizar a un testigo invalidaba su testimonio en un juicio. Si hipnotizaban a Tiburon, no podria ser usado como testigo en ningun proceso relacionado con la muerte de Meadows.

Wish fruncio el ceno.

– Ya se -concedio Bosch-. Lo perderiamos como testigo, pero a este paso no llegaremos a los tribunales. Tu misma has dicho que no era tan util.

– Ya, pero no se si deberiamos cerrarnos una puerta tan pronto.

Bosch se dirigio hacia la sala de interrogatorios y vio a traves de la ventanita que Tiburon se estaba fumando otro cigarrillo. De pronto el chico apago el pitillo y se levanto. Miro hacia la ventanita de la puerta, pero Bosch sabia que no podia ver nada. Con un movimiento rapido y silencioso, el chico cambio su silla por la que habia estado usando Wish. Bosch sonrio y dijo:

– Es un chico listo. Puede que sepa mas, y no se lo sacaremos si no lo hipnotizamos. Creo que vale la pena arriesgarse.

– No tenia idea de que supieras hipnotizar. Debio de escaparseme cuando lei tu expediente.

– Seguro que se te escaparon muchas cosas -le contesto Bosch. Al cabo de un rato anadio-: Supongo que soy uno de los ultimos que quedan. Despues de que el Tribunal Supremo se lo cargara, el departamento dejo de entrenar a la gente. Solo hubo una hornada de policias que aprendio a hacerlo. Yo era uno de los mas jovenes; los demas ya se habran retirado.

– De todos modos, creo que debemos esperar -opino ella-. Preferiria hablar un poquito mas con el y dejar que pasaran un par de dias antes de desecharlo como testigo.

– Muy bien, pero ?sabes donde estara un chico como Tiburon en un par de dias?

– Confio en ti. Ya lo has encontrado una vez y podras volver a hacerlo.

– Bueno. ?Quieres preguntar tu?

– No, tu lo estas haciendo muy bien. Mientras pueda interrumpirte de vez en cuando, cuando se me ocurra algo…

Los dos sonrieron. Al volver a la sala de interrogatorios, les asalto el olor a sudor y humo. Sin que Wish tuviera que pedirselo, Bosch dejo la puerta abierta para que se aireara.

– ?Y la comida? -pregunto Tiburon.

– Aun no ha llegado -contesto Bosch.

Bosch y Wish pidieron a Tiburon que recontara la historia dos veces mas, durante las cuales le interrumpieron para hacer preguntas. Esta vez trabajaron en equipo, como autenticos companeros; intercambiaron miradas de complicidad, gestos sutiles e incluso sonrisas. Bosch se fijo en que Wish resbalaba en la silla un par de veces y le parecio que una ligera sonrisa asomaba en el rostro infantil de Tiburon. Cuando llego la comida, el chico protesto por las anchoas, pero acabo zampandose tres cuartas partes de la pizza y bebiendose dos de las Coca-Colas. Bosch y Wish pasaron de comer.

Tiburon les conto que el todoterreno era de color crudo o beige y que llevaba un escudo en la puerta lateral, aunque no supo describirlo. Quiza se trataba de hacerlo pasar por un vehiculo del Departamento de Aguas, penso Bosch. O tal vez era un vehiculo del Departamento de Aguas. Bosch se convencio de que lo mejor seria hipnotizar al chico, pero prefirio no volver a sacar el tema. Esperaria a que Wish cambiara de opinion y se diera cuenta de que era necesario.

Tiburon tambien les conto que el hombre que se quedo en el jeep no dijo una sola palabra durante todo el rato que el estuvo observando. Era mas pequeno que el conductor; bajo la palida luz de la luna el chico solo habia vislumbrado la silueta de alguien mas menudo recortada contra el espeso bosque de pinos que rodeaba el lago.

– ?Y que hizo ese otro hombre? -pregunto Wish.

– Vigilar, supongo. Estaria montando guardia porque ni siquiera conducia. Igual era el jefe o algo parecido.

Al conductor lo habia visto mejor, pero no lo suficiente como para describirlo o componer un retrato robot con el identikit que Bosch habia traido. El conductor era blanco, con el pelo moreno. Tiburon no podia, o no queria, ser mas preciso en su descripcion. Tan solo especifico que llevaba una camisa y pantalones oscuros a juego, tal vez un mono, con una especie de delantal de carpintero de esos que llevan herramientas. Los grandes bolsillos estaban vacios y ondeaban al viento. A Bosch le parecio curioso, pero a pesar de interrogar al chico desde varios angulos distintos, no consiguio una descripcion mas detallada.

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