embajada como asesor civil. Todo el mundo volvia a casa, menos Meadows. No regreso hasta el 30 de abril de 1975, el dia de la caida de Saigon. Meadows volvio en un helicoptero y luego en un avion que trasladaba refugiados a Estados Unidos. Aquella fue su ultima mision gubernamental: supervisar el transporte masivo de refugiados a Filipinas y Estados Unidos.

Segun esos papeles, tras su regreso, Meadows se habia instalado en el sur de California. Sin embargo, su curriculum era muy breve: policia militar, destructor de tuneles y traficante de droga. En el archivo habia una solicitud para entrar en el Departamento de Policia de Los Angeles que habia sido rechazada por dar positivo en los analisis de drogadiccion. El siguiente documento del archivo era una hoja del Ordenador Nacional de Inteligencia Criminal que mostraba los antecedentes penales de Meadows. Su primera detencion, por posesion de heroina, se remontaba a 1978. Le dieron libertad condicional. Al ano siguiente lo volvieron a arrestar, esta vez por posesion con intencion de venta. Meadows alego simple posesion y lo sentenciaron a dieciocho meses en Wayside Honor Rancho. Cumplio diez. En los dos anos siguientes hubo varias detenciones por consumo de droga, ya que las marcas de pinchazos recientes se castigan con hasta sesenta dias en una celda del condado. Meadows estuvo saliendo de la carcel por una puerta y entrando por otra hasta 1981. Ese ano lo encerraron una buena temporada por intento de robo, un delito federal. La hoja de antecedentes no especificaba si el robo fue a un banco, pero Bosch supuso que lo seria para que entrara en la jurisdiccion del FBI. Meadows fue condenado a cuatro anos en Lompoc y cumplio dos.

Solo llevaba libre unos cuantos meses cuando lo volvieron a detener por robar un banco. Debieron de pescarlo con las manos en la masa porque Meadows se declaro culpable y paso cinco anos en Lompoc. Habria salido al cabo de tres, pero lo pillaron en un intento de fuga. Tras sentenciarlo a cinco anos mas, lo trasladaron a Terminal Island.

«Tantos anos en chirona… -penso Bosch-. Yo no sabia nada de todo aquello. Pero ?que habria hecho de haberlo sabido?» Bosch imagino que la carcel debio de cambiar a Meadows mas que la guerra.

En 1988 Meadows salio de la prision federal de Terminal Island y lo enviaron a un centro de reinsercion para veteranos del Vietnam, en libertad condicional. El lugar se llamaba Charlie Company y estaba en una granja al norte de Ventura, a unos sesenta y cinco kilometros de Los Angeles. Meadows paso alli casi un ano.

Despues de aquello no habia nada mas. El delito de consumo de drogas que le habia empujado a llamar a Bosch un ano antes nunca fue procesado porque no constaba en sus antecedentes. No habia ningun otro contacto con la policia desde que salio de la carcel.

El expediente contenia otro papel, escrito a mano, y Bosch adivino que se trataba de la letra limpia y clara de Wish. Era un historial de los empleos y domicilios de Meadows. La informacion, recogida en los archivos de la Seguridad Social y el Registro de Vehiculos, estaba listada en una columna a la izquierda del papel. Sin embargo, habia espacios en blanco; periodos en los que se ignoraba su ocupacion. Cuando volvio de Vietnam, Meadows habia trabajado para el Distrito de Aguas del Sur de California. Fue inspector de canerias, pero al cabo de cuatro meses perdio el puesto por retrasos y ausencias injustificadas. A partir de entonces debio de intentar ganarse la vida vendiendo heroina, porque su proximo empleo legal no fue hasta que salio de Wayside en 1979. Meadows entro a trabajar en el Departamento de Aguas y Electricidad como inspector subterraneo, en la division de alcantarillas. Perdio el trabajo al cabo de seis meses por las mismas razones que en la anterior ocasion. Hubo otros empleos esporadicos y despues de que saliera de Charlie Company estuvo unos meses trabajando en una mina de oro en el valle de Santa Clarita. Nada mas.

La lista contenia casi una docena de domicilios. La mayoria eran apartamentos en el barrio de Hollywood, pero tambien constaba una casa en San Pedro, anterior a la detencion de 1979. Si en esa epoca habia traficado, Bosch dedujo que Meadows conseguiria la droga del puerto de Long Beach, por lo que la casa de San Pedro habria sido ideal.

Bosch tambien averiguo que Meadows habia residido en el apartamento de Sepulveda desde que abandono Charlie Company. En el expediente no habia nada sobre el centro de reinsercion ni lo que Meadows hizo alli, pero Bosch encontro el nombre del oficial encargado de su libertad condicional en las copias de sus informes semestrales. Se llamaba Daryl Slater y trabajaba en Van Nuys. Bosch tomo nota de su nombre y de la direccion de Charlie Company. Luego coloco ante el la hoja de arrestos, el historial de empleos y domicilios y los informes de libertad condicional, y comenzo a escribir una cronologia, empezando con el traslado de Meadows a la prision federal en 1981.

Cuando hubo terminado, muchos de los espacios en blanco se habian llenado. Meadows habia pasado un total de seis anos y medio en la penitenciaria federal. En 1988 le concedieron la libertad condicional, patrocinado por el programa de reinsercion de Charlie Company, donde paso diez meses antes de mudarse al apartamento de Sepulveda. Los informes de ese periodo revelaban que habia conseguido un puesto como operador de un taladro industrial en una mina de oro del valle de Santa Clarita. En 1989 obtuvo la libertad absoluta y al dia siguiente dejo el trabajo. Desde entonces no se le conocia ningun empleo, segun la Seguridad Social. Hacienda tambien corroboraba el hecho, ya que Meadows no habia presentado la declaracion desde 1988.

Bosch se fue a la cocina, cogio una cerveza y se preparo un bocadillo de jamon y queso, que se comio de pie, al lado del fregadero, mientras intentaba ordenar mentalmente todos los datos del caso. En su opinion, Meadows habia estado tramando el golpe desde el momento en que salio de Terminal Island, o al menos de Charlie Company. Resultaba claro que tenia un plan. Estuvo trabajando legalmente hasta que cumplio el periodo de libertad condicional y entonces lo dejo para poner en marcha su proyecto. Bosch estaba seguro de ello. Eso significaba que, bien en la carcel o bien en el centro de reinsercion, Meadows conocio a los hombres que habian robado el banco con el. Y que luego lo habian matado.

Sono el timbre. Bosch consulto su reloj; eran las once de la noche. Cuando llego hasta la puerta y se acerco a la mirilla, vio a Eleanor Wish. Dando un paso atras, echo un vistazo al espejo del recibidor y descubrio a un hombre que le miraba con ojos oscuros y cansados. Finalmente se paso la mano por el pelo y abrio la puerta.

– Hola -dijo ella-. ?Firmamos una tregua?

– Vale. ?Como sabes donde…? No importa, entra.

Wish llevaba el mismo traje que antes, asi que aun no habia pasado por casa. Bosch noto que se fijaba en los papeles desparramados sobre la mesa.

– Ya ves, sigo trabajando -explico Bosch-. Estaba repasando algunos detalles del expediente de Meadows.

– Muy bien. Bueno, pasaba por aqui y solo venia a decirte que… Ha sido una semana bastante dura para los dos. Quiza podamos volver a empezar a partir de manana.

– Si -dijo Bosch-. Y oye, siento lo que te he dicho antes… y lo de tu hermano. Tu solo querias ser amable y yo… ?Puedes quedarte unos minutos? ?Quieres una cerveza?

Bosch fue a la cocina a buscar dos botellas frias. Le paso una a ella y la condujo hasta la terraza. Fuera hacia fresco, pero de vez en cuando soplaba un viento calido procedente del canon. Eleanor contemplo las luces del valle. Los focos de los estudios Universal barrian el cielo a intervalos regulares.

– Que bonito -comento ella-. Nunca habia estado en uno de estos sitios. Las llaman casas colgantes, ?no?

– Si.

– Deben de dar miedo durante un terremoto.

– Y cuando pasa el camion de la basura.

– ?Como viniste a un lugar asi?

– Unos tios, esos de los focos de alla abajo, me dieron un monton de dinero por usar mi nombre y mi «asesoramiento profesional» en un programa de television. Como no tenia nada mas en que gastarlo, me compre esto. Cuando era pequeno y vivia en el valle de San Fernando siempre me preguntaba que se sentiria viviendo en una de estas casas. Se la compre a un guionista de cine; aqui es donde trabajaba. Es bastante pequena; solo tiene una habitacion, pero no creo que nunca vaya a necesitar mas.

Ella se apoyo en la barandilla para mirar pendiente abajo y, siendo de noche, apenas distinguio el perfil del robledal. El tambien se apoyo y, distraidamente, empezo a rasgar la etiqueta de cerveza y a tirar los trozos por el balcon. El papel dorado revoloteaba y brillaba en la oscuridad hasta desaparecer.

– Tengo unas cuantas preguntas -dijo Bosch-. Quiero ir a Ventura.

– ?Podemos hablar de eso manana? No he venido aqui para comentar los archivos. Llevo dandoles vueltas casi un ano.

Вы читаете El eco negro
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату