convertia aquella camara en un objetivo mas interesante, en algo mas valioso que la camara principal.

– Si estas pensando en drogas la respuesta es no. Ya lo pensamos; pedimos a la DEA que trajeran uno de sus perros y lo pusimos a husmear por entre las cajas desvalijadas. Nada: ni rastro de drogas. Despues olfateo por las cajas que los ladrones no habian abierto y encontro algo en una de las mas pequenas.

Wish se rio un poco antes de continuar.

– Cuando la abrimos, el perro se volvio loco. Dentro encontramos cinco gramos de cocaina en una bolsita. ?Te imaginas? Al pobre tio lo pescaron porque alguien habia atracado el banco donde guardaba la coca.

Wish volvio a reirse, pero a Bosch le parecio un poco forzado. La historia no era para tanto.

– De todos modos -prosiguio Wish- el caso contra el tio fue desestimado por el juez porque el registro habia sido ilegal. Habiamos violado los derechos del hombre por abrir su caja sin una orden de registro.

Bosch salio de la autopista, entro en la localidad de Ventura y puso rumbo al norte.

– Todavia me sigue gustando la hipotesis de la droga, a pesar del perro -dijo Bosch al cabo de un cuarto de hora de silencio-. Esos animales no son infalibles. Si la mercancia estaba bien empaquetada, podrian habersela llevado sin dejar ningun rastro. Un par de cajas con cocaina dentro y el robo empieza a valer la pena.

– Tu siguiente pregunta va a ser sobre la lista de clientes, ?no?

– Si.

– Bueno, ahi si que hicimos un buen trabajo. Investigamos a fondo a todo el mundo, incluso las compras de aquello que la gente decia que habia en las cajas. No encontramos al ladron, pero seguramente le ahorramos millones a las companias de seguros.

Bosch se detuvo en una gasolinera para sacar un mapa de debajo del asiento y averiguar el camino a Charlie Company, mientras ella continuaba defendiendo la investigacion del FBI.

– La DEA examino todos los nombres de la lista, pero no encontro nada. Pasamos los nombres por el Ordenador Nacional de Inteligencia Criminal y encontramos un par de cosas, pero nada serio; casi todo muy antiguo. -Ella solto otra de aquellas risas falsas-. Uno de los que habia alquilado una de las cajas mas grandes habia sido condenado por posesion de pornografia infantil en los anos setenta. Cumplio dos anos de carcel en Soledad. Despues del asalto al banco lo localizamos y nos explico que no se habian llevado nada, que acababa de vaciar su caja. Pero dicen que los pedofilos nunca se separan de sus cosas; que guardan religiosamente todas sus fotos, peliculas e incluso cartas. Y, segun el banco, el hombre no habia entrado en la camara en los dos meses anteriores al asalto, asi que dedujimos que guardaba su coleccion en la caja. De todos modos, aquello no tenia nada que ver con el robo. Nada de lo que encontramos estaba relacionado.

Finalmente Bosch encontro el camino en el mapa y puso rumbo a Charlie Company, que estaba en pleno campo. Bosch estuvo pensando en la historia del pedofilo; habia algo que le preocupaba, pero aunque le estuvo dando vueltas en la cabeza no consiguio averiguar que. Al final lo dejo correr y paso a otra pregunta.

– ?Por que no se recupero nada de lo robado? Con todas esas joyas, bonos y acciones… y solo aparece una pulserita. Ni siquiera han salido los objetos sin valor.

– Porque estan esperando a que no haya moros en la costa -contesto Wish-. Por eso liquidaron a Meadows; desobedecio y empeno el brazalete antes de tiempo, antes de que le dieran el visto bueno. Sus companeros descubrieron que lo habia vendido y, como el no quiso confesar a quien, lo torturaron hasta que se lo dijo y luego lo mataron.

– Y por casualidad, el caso me toco a mi.

– Estas cosas pasan.

– Hay algo en esa historia que no tiene sentido -opino Bosch-. Empecemos con Meadows. Primero lo medio electrocutan y el les cuenta lo que quieren saber. Luego ellos le ponen la inyeccion mortal en el brazo y roban el brazalete de la casa de empenos, ?de acuerdo?

– De acuerdo.

– Si, pero no encaja. Yo tengo el recibo de la casa de empenos. Meadows lo habia escondido, asi que tuvieron que asaltar la tienda para llevarse el brazalete y tapar el golpe llevandose otras joyas. Pero si Meadows no les dio el recibo, ?como supieron donde estaba el brazalete?

– Porque el se lo dijo -contesto Wish.

– No creo. No me imagino a Meadows dandoles una cosa y no la otra. ?Por que iba a quedarse el recibo? Si le hubieran sacado el nombre de la tienda, le habrian sacado el escondite del recibo.

– Estas diciendo que murio antes de decirles nada. Y que ellos sabian que habia empenado el brazalete.

– Si. Lo torturaron para conseguir el recibo, pero el no se lo dio, no se rindio; por eso lo mataron. Se deshicieron del cuerpo y registraron el piso, pero seguian sin encontrar el resguardo, asi que tuvieron que robar la casa de empenos como unos vulgares cacos. La cuestion es: si Meadows no les dijo a quien vendio el brazalete y ellos no encontraron el resguardo, ?como averiguaron donde estaba?

– Harry, esto es especulacion sobre especulacion.

– Eso es lo que hacemos los policias.

– Pues no se… Hay varias posibilidades. Quiza siguieron a Meadows porque no confiaban en el y lo vieron entrar en la casa de empenos.

– O quiza tenian a alguien trabajando para ellos, un poli, que vio el brazalete en las listas mensuales de objetos empenados y se lo dijo. Las listas llegan a todos los departamentos de policia del condado.

– Este tipo de especulacion no lleva a ninguna parte.

Ya habian llegado. Bosch freno bajo un rotulo de madera con un aguila verde y las palabras Charlie Company. La verja estaba abierta, asi que siguieron un camino de grava, flanqueado por dos grandes acequias, que dividia los campos en dos, con tomates a la derecha y, a juzgar por el olor, pimientos a la izquierda. Al final del camino habia un granero de aluminio y una amplia casa estilo rancho, detras de la cual Bosch atisbo un huerto de aguacates. Al llegar a un aparcamiento circular delante del rancho, Bosch paro el motor.

Un hombre con un delantal blanco y limpio como su cabeza afeitada se asomo por una puerta lateral.

– ?Esta el senor Scales? -pregunto Bosch.

– ?El coronel Scales? No, pero es casi la hora de comer. Estara a punto de regresar de los campos.

El hombre no los invito a entrar, por lo que Wish y Bosch volvieron al coche para resguardarse de la solana. Al cabo de unos minutos llego un polvoriento camion blanco. En la puerta del conductor llevaba pintada una gran letra C con un aguila dentro. Seis hombres bajaron de la parte trasera, mientras otros tres salieron de la cabina y avanzaron hacia la casa a paso rapido. Todos tenian entre cuarenta y cincuenta anos, vestian pantalones militares de color caqui y camisetas blancas empapadas de sudor. Ninguno llevaba una cinta en la cabeza, ni gafas de sol, ni iba arremangado. Llevaban el pelo cortado al uno y los blancos lucian un bronceado del color de la madera quemada. El conductor, que vestia el mismo uniforme pero era al menos diez anos mayor que el resto, fue frenando hasta detenerse e indico a los otros que entraran en la casa. Al acercarse, Bosch observo que tendria unos sesenta y pocos anos, pero que se conservaba casi tan fuerte como lo habia sido a los veinte. El poco pelo que le quedaba sobre el craneo brillante era blanco, y su piel de color nuez. Llevaba guantes de trabajo.

– ?Puedo ayudarles? -pregunto.

– ?Coronel Scales? -inquirio Bosch.

– Si. ?Es usted policia?

Bosch asintio e hizo las presentaciones oportunas. Scales no parecio muy impresionado, ni siquiera cuando se menciono al FBI.

– ?Recuerda usted que hace siete u ocho meses el FBI le pidio informacion sobre un tal William Meadows, uno de sus hombres? -pregunto Wish.

– Claro que me acuerdo. Yo recuerdo todas las veces que ustedes suben por aqui a preguntar por uno de mis chicos. No me gusta, asi que me acuerdo. ?Quieren mas informacion sobre Billy? ?Se ha metido en algun lio?

– Ya no.

– ?Que significa eso? -pregunto Scales-. Lo dice como si hubiera muerto.

– ?No lo sabia? -dijo Bosch.

– Pues no. ?Que le paso?

A Bosch le parecio detectar autentica sorpresa y una cierta tristeza en el rostro de Scales. La noticia le habia dolido.

– Encontraron su cadaver hace tres dias en Los Angeles -contesto-; homicidio. Creemos que su muerte esta relacionada con un robo en el que participo el ano pasado. Seguramente recordara el incidente por la visita del FBI.

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