– ?Quien sabe? -respondio el ayudante del forense-. Quiza llevaba un tiempo desenganchado y decidio volverse a chutar. Un yonqui es un yonqui, tio. No busques mas razones.

Mientras examinaba las cicatrices, Bosch se fijo en mu marca de tinta azul sobre la piel del biceps izquierdo. La camisa enrollada le impedia ver lo que ponia.

– Subele la manga -dijo Bosch, senalando con el dedo.

Sakai lo arremango hasta el hombro, revelando un tatuaje azul y rojo. El dibujo era el de una rata, estilo tebeo, con una sonrisa malevola, dentuda y vulgar. La rata estaba de pie sobre las patas traseras; sostenia una pistola en una mano, y en la otra una botella de licor marcada «XXX». Sakai intento leer las palabras azules que habia encima y debajo del dibujo, a pesar de que estaban parcialmente borradas por el tiempo y el estiramiento de la piel.

– «Primura», no, «Primero». «Primero de Infanteria.» Este tio estuvo en el ejercito. La parte de abajo no la entien…, espera, esta en otro idioma. «Non… Gratum… Anum… Ro…» El final no se lee.

– Rodentum -dijo Bosch.

Sakai lo miro.

– Es latin macarronico. Significa: «Peor que el culo de una rata» -explico Bosch-. Este hombre era una rata de los tuneles. En Vietnam.

– Ah -dijo Sakai, mirando a su alrededor-. Pues al final ha acabado en un tunel. Bueno, mas o menos.

Bosch alargo la mano hasta el rostro del hombre muerto y le aparto los rizos canosos de la frente y de los ojos sin expresion. Este gesto, sin guantes, hizo que los demas dejasen sus tareas y contemplaran un comportamiento tan extrano como antihigienico. Bosch no les presto atencion; se quedo mirando aquella cara durante un buen rato, ajeno al mundo. En cuanto se dio cuenta de que conocia ese rostro tan bien como el tatuaje, le asalte la imagen de un hombre joven: huesudo y moreno, con el pelo rapado. Vivo, no muerto. Entonces se puso en pie y se volvio rapidamente.

Aquel movimiento tan brusco e inesperado le hizo chocar con Jerry Edgar, que finalmente habia llegado y se disponia a examinar el cadaver. Los dos dieron un paso atras, momentaneamente aturdidos. Bosch se llevo una mano a la frente, mientras Edgar, que era mucho mas alto, se palpaba la barbilla.

– ?Mierda, Harry! -exclamo Edgar-. ?Estas bien?

– Si. ?Y tu?

Edgar se miro la mano para ver si sangraba. -Si, perdona. ?Por que has pegado ese salto? -No lo se.

Bosch empezo a alejarse del grupo y su companero lo siguio, despues de echarle un vistazo rapido al cadaver.

– Lo siento, Harry -se disculpo Edgar-. He tenido que esperar una hora a que alguien viniera a sustituirme. Dime que has encontrado.

Mientras hablaba, Edgar seguia frotandose la mandibula.

– Aun no estoy seguro -le respondio Bosch-. Quiero que busques uno de esos coches patrulla con un terminal conectado al ordenador central. Uno que funcione. A ver si consigues los antecedentes de Meadows,

Billy, mejor dicho, William. Fecha de nacimiento: alrededor de 1950. Tambien necesitamos su direccion. Prueba con el Registro de Vehiculos.

– ?Es ese el fiambre?

Bosch asintio.

– ?No ponia el domicilio en la documentacion?

– No llevaba documentacion. Lo he identificado yo, asi que compruebalo en el ordenador. Tiene que haber alguna referencia a los ultimos anos; al menos como toxicomano, en la Division Van Nuys.

Edgar se dirigio lentamente hacia la fila de coches negros y blancos en busca de uno con una pantalla en el salpicadero. Como era un hombre corpulento, parecia que caminase despacio, pero Bosch sabia por experiencia lo que costaba seguirle el paso. Ese dia iba impecablemente vestido con un traje marron con finas rayas blancas. Llevaba el pelo muy corto y tenia la piel tan suave y negra como la de una berenjena. Mientras se alejaba, Bosch no pudo evitar preguntarse si habria llegado tarde a proposito para no tener que ponerse el mono y entrar en la tuberia, lo que habria arruinado su estupendo conjunto.

Bosch fue a buscar una camara Polaroid al maletero de su coche y regreso al lugar donde estaba el cuerpo. Se coloco con una pierna a cada lado del cadaver y empezo a hacerle fotos de la cara. Decidio que tres serian suficientes y las fue dejando una a una sobre la tuberia. Al observar los estragos causados por el tiempo en aquel rostro, Bosch penso en la sonrisa ebria que mostraba la noche en que todas las ratas del Primero de Infanteria salieron de la tienda de tatuajes de Saigon. Habian tardado cuatro horas, pero los que formaban aquel grupo de soldados agotados se convirtieron en hermanos de sangre gracias al dibujo que todos se habian tatuado en el hombro. Bosch recordo a Meadows participando del espiritu de companerismo y tambien del miedo que los embargaba a todos.

Harry se alejo del cuerpo mientras Sakai y Osito acercaban una pesada bolsa de plastico negro con una cremallera en el centro. Una vez desdoblada y abierta, los hombres del forense levantaron a Meadows y lo depositaron sobre ella.

– Parece la Fea Durmiente -comento Edgar.

Cuando Sakai subio la cremallera, Bosch observo que habia pillado algunos de los rizos canosos de Meadows. A este no le habria importado; una vez le habia contado a Bosch que el estaba destinado a acabar en una bolsa como aquella. Segun el, todos lo estaban.

Edgar sostenia una libretita en una mano y una estilografica de oro en la otra.

– William Joseph Meadows, nacido el 21 de julio de 1950. ?Crees que se trata de el, Harry?

– Si.

– Pues tenias razon; tiene antecedentes, aunque no son solo por drogadiccion. Tambien hay atraco a un banco, intento de robo, posesion de heroina. Hace mas o menos un ano lo arrestaron por vagabundear por aqui mismo. Y hay un par de peleas entre yonquis, entre ellas la que has mencionado de Van Nuys. ?Que era para ti?, ?un confidente?

– No. ?Has encontrado su direccion? -Vive en el valle de San Fernando en Sepulveda, cerca de la fabrica de cerveza. Es un barrio dificil para vender una casa. -Edgar hizo una pausa-. Si no era un chivato, ?de que lo conocias?

– No lo conocia, al menos en los ultimos anos. Fue en otra vida.

– ?Y eso que significa? ?Cuando lo conociste? -La ultima vez que vi a Billy Meadows fue hace unos veinte anos. El era… Fue en Saigon.

– Si, fue en Vietnam hace ya veinte anos. -Edgar se acerco a las fotos y examino las tres instantaneas de Billy-. ?Lo conocias mucho?

– No…, bueno, tanto como era posible llegar a conocer a alguien en aquel lugar. Aunque aprendes a confiar tu vida a otras personas, cuando todo se acaba te das cuenta de que a la mayoria apenas los conoces. Ni siquiera lo volvi a ver cuando regresamos. Hable con el por telefono el ano pasado; eso es todo.

– ?Y como lo has reconocido?

– Al principio no me he dado cuenta, pero al ver el tatuaje en el brazo, me ha venido la imagen de la cara, Supongo que uno se acuerda de tipos como el. Bueno, al menos yo si.

– Supongo que si-Permanecieron un momento en silencio. Bosch intentaba decidir que hacer, pero solo podia pensar en la casualidad de ser llamado a ver un cadaver y descubrir que era Meadows. Edgar rompio el encantamiento.

– Bueno, ?quieres decirme que es eso tan sospechoso que has encontrado? Donovan esta que muerde con todo el trabajo que le estas dando.

Bosch le conto a Edgar lo que no encajaba: la ausencia de huellas en la caneria, la camisa sobre la cabeza, el dedo roto y el hecho de que no hubiera una navaja.

– ?Una navaja? -pregunto su companero.

– Necesitaba algo con que cortar la lata en dos para hacerse una olla…, si es que la olla era suya.

– Podria haberla traido consigo. O tal vez alguien entro y se llevo la navaja una vez muerto. Si es que habia una navaja.

– Puede ser, pero no hay huellas que lo confirmen.

– Bueno, sabemos por sus antecedentes que era un yonqui total. ?Ya era asi cuando lo conociste?

– Mas o menos. Consumia y vendia.

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