sobre y lo arrojo al asiento de atras.

– Tengo que llamar -anuncio Wish.

– Tranquila, tomate unos minutos para despertarte -repuso Bosch rapidamente-. Ya llamare yo. De todas formas he de ir al lavabo y de paso traere cafe y agua.

Bosch abrio la puerta y salio del coche antes de que ella pudiera rechazar el plan.

– Harry, ?por que me has dejado dormir? -le pregunto.

– No lo se. ?Cual es su numero?

– Lo deberia llamar yo.

– Dejame a mi. Dame el numero.

Cuando ella se lo entrego, Bosch se encamino hasta un restaurante cercano, un lugar abierto las veinticuatro horas llamado Darling's. Durante todo el trayecto estuvo en las nubes, haciendo caso omiso de los mendigos que se habian levantado con el sol. Intentaba asimilar que el topo era Rourke, pero no acababa de comprender a que estaba jugando. Si Rourke estaba compinchado con los ladrones, ?por que les habia puesto a vigilar la camara acorazada? ?Queria quizas que cogieran a su gente?

Bosch diviso unos telefonos delante del restaurante.

– Llegas tarde -respondio Rourke inmediatamente.

– Nos olvidamos.

– ?Bosch? ?Donde esta Wish? Era ella quien tenia que hacer la llamada.

– No se preocupe, Rourke. Ella esta vigilando la camara tal como nos dijo. ?Que esta haciendo usted?

– Yo he estado esperando a que me llamaseis. ?Os habeis dormido o que? ?Que esta pasando?

– No esta pasando nada, pero usted ya lo sabe, ?no es asi?

Hubo un silencio durante el cual un mendigo se acerco a la cabina y le pidio dinero a Bosch. Bosch le puso la mano en el pecho y lo empujo con firmeza.

– ?Esta usted ahi, Rourke? -le dijo al telefono.

– ?Que significa eso? ?Como voy a saber lo que esta pasando si vosotros no me llamais cuando deberiais? Tu y tus indirectas, Bosch. No te entiendo.

– Dejeme preguntarle algo. ?Ha puesto usted gente en las salidas del tunel o todo el montaje del plano, el puntero y el tio del Equipo de Operaciones Especiales eran solo para disimular?

– Dile a Wish que se ponga. No entiendo que me estas diciendo.

– Lo siento, ella no puede ponerse en este momento.

– Bosch, voy a retirarte por hoy. Pasa algo. Llevas toda la noche aqui. Creo que deberias… No, mandare a un par de agentes para relevaros. Voy a tener que llamar a tu teniente y…

– Usted conocia a Meadows.

– ?Que?

– Lo que he dicho, que lo conocia. Tengo su expediente: el completo, no la version censurada que usted le dio a Wish para que me la pasara a mi. Se que usted fue su superior en Saigon.

Mas silencio.

– Fui el superior de mucha gente, Bosch. No los conocia a todos.

Bosch nego con la cabeza.

– Muy pobre, teniente Rourke. Una excusa muy pobre. Ha sido peor que admitirlo. ?Sabe que le digo? Que ya nos veremos.

Bosch colgo el telefono y entro en Darling's, donde pidio dos cafes y dos aguas minerales. Espero de pie junto a la caja registradora a que la chica le sirviera mientras miraba por la ventana. Solo podia pensar en Rourke.

La chica volvio con las bebidas en una caja de carton. Bosch pago, le dio propina y regreso a los telefonos publicos. Desde alli llamo de nuevo al numero de Rourke sin otro plan que descubrir si este seguia junto al telefono o se habia marchado. Colgo despues de que sonara diez veces. A continuacion telefoneo a la centralita del Departamento de Policia y le pidio a la telefonista que llamara al FBI y preguntara si tenian a un Equipo de Operaciones Especiales trabajando en la zona de Wilshire o Beverly Hills, y si necesitaban ayuda. Mientras esperaba, Bosch destapo uno de los cafes y bebio un sorbito al tiempo que se esforzaba en comprender el plan de Rourke.

La telefonista volvio a la linea con la confirmacion de que el FBI tenia a un Equipo de Operaciones Especiales en el distrito de Wilshire, pero este no habia solicitado refuerzos. Bosch le dio las gracias y colgo. Por fin empezaba a entender las acciones de Rourke. Bosch dedujo que no debia de haber nadie intentando asaltar el Beverly Hills Safe &c Lock. El asunto de la camara era simplemente un montaje con la camara como senuelo. Bosch recordo que habia dejado escapar a Tran. Su funcion habia sido hacer salir a la superficie al segundo capitan y a sus diamantes, para que Rourke pudiera cazarlo. Bosch se lo habia servido en bandeja.

Cuando llego al coche vio que Eleanor estaba hojeando el archivo de Meadows, pero aun no habia llegado a la carta del congresista.

– ?Donde has estado? -pregunto alegremente.

– Rourke tenia un monton de preguntas. -Bosch le quito el archivo de las manos y le dijo-: Aqui hay algo que quiero que veas. Por cierto, ?de donde sacaste el archivo de Meadows que me mostraste?

– No lo se, me lo dio Rourke. ?Por que?

Bosch encontro la carta y se la paso sin decir nada.

– ?Que es esto? ?Mil novecientos setenta y tres?

– Leela. Este es el expediente de Meadows, el que pedi que me copiaran y me enviaran desde San Luis. En el que Rourke te dio para mi no estaba esta carta. La censuro. Lee y veras por que.

Bosch echo una ojeada a la puerta de la camara acorazada. Ni pasaba nada, ni creia que fuera a pasar. Entonces observo a Eleanor mientras leia. Ella arqueo una ceja al leer por encima las dos paginas, sin reparar en el nombre.

– Parece que Meadows era una especie de heroe. No se… -De pronto sus ojos se abrieron al llegar al final de la carta-. Copia para el teniente John Rourke.

– Aja, pero te has saltado la primera referencia.

Bosch le senalo la frase que citaba a Rourke como comandante de Meadows.

– Es el topo -sentencio Bosch-. ?Que hacemos?

– No lo se. ?Estas seguro? Esto no prueba nada.

– Si fuera una casualidad, Rourke deberia haber dicho que conocia a Meadows, aclarar las cosas. Como hice yo. Pero el no lo hizo porque queria ocultar la conexion. Cuando lo he llamado se lo he dicho y el me ha mentido, porque no sabia que teniamos esto.

– ?Y ahora sabe que lo sabes?

– Si, aunque no se cuanto porque le he colgado. La cuestion es: ?que hacemos? Aqui seguramente estamos perdiendo el tiempo; todo esto es una farsa. Nadie va a entrar en esa camara acorazada. Seguramente cogieron a Tran despues de que sacara sus diamantes. Lo hemos llevado directamente al matadero.

En ese instante Bosch se dio cuenta de que posiblemente el Ford blanco pertenecia a los ladrones, no a Lewis y Clarke. Habian seguido a Bosch y a Wish para llegar hasta Tran.

– Espera un momento -le interrumpio Eleanor-. No estoy segura. ?Y las alarmas de esta semana? ?Y la boca de incendios y el fuego provocado? Yo creo que el asalto ocurrira tal como pensabamos.

– No lo se. Nada tiene sentido en estos momentos. Quiza Rourke esta llevando a su gente a una trampa. O a una masacre.

Los dos miraron fijamente la camara acorazada. Ya no llovia tanto y el sol habia salido por completo y se reflejaba en la puerta de acero. Fue Eleanor quien rompio el silencio.

– Creo que debemos pedir ayuda. Tenemos a Han-Ion y Houck al otro lado del banco y tambien al Equipo de Operaciones Especiales, a no ser que formen parte de la farsa de Rourke.

Bosch le conto que habia comprobado la vigilancia del Equipo de Operaciones Especiales y que al parecer aquello era verdad.

– ?Entonces que esta haciendo Rourke?

– Controlarlo todo.

Tras darle vueltas unos minutos, decidieron avisar a Orozco en la comisaria de Beverly Hills. Pero antes Eleanor llamo a Hanlon y Houck.

– ?Estais despiertos? -le dijo al Motorola.

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