Galeni alzo bruscamente la mirada, sospechando sarcasmo, pero solo encontro en sus ojos, confio Miles, ironia compasiva.
Galeni abrio la mano en un breve gesto de acuerdo y de comprension.
—Si. Y no. Ninguno de los cadetes que entraron en el servicio cuando lo hice yo han visto todavia una guerra. Yo la vi desde la calle…
—Sospechaba que estaba usted mas intimamente relacionado con la Revuelta komarresa de lo que revelan los informes de seguridad —observo Miles.
—Como aprendiz reclutado por mi padre —confirmo Galeni—. Algunas incursiones nocturnas, misiones de sabotaje… era bajo para mi edad. Hay lugares en los que un nino puede meterse como si jugara, mientras que un adulto es detenido. Antes de cumplir catorce anos habia ayudado a matar hombres… No abrigo ninguna ilusion sobre las gloriosas tropas imperiales durante la Revuelta de Komarr. Vi a hombres que llevaban este uniforme — se paso un dedo por los pantalones verdes— hacer cosas vergonzosas. Por furia o miedo, por frustracion o desesperacion, a veces solo por mala fe. Pero no vi que hubiera ninguna diferencia palpable para los cadaveres, para la gente corriente pillada en el fuego cruzado, ya resultaran quemados con el fuego de plasma de los malvados invasores o volados en pedazos por las implosiones gravitatorias de los buenos patriotas. ?Libertad? Dificilmente podemos pretender que Komarr fuera una democracia antes de que llegaran los barrayareses. Mi padre decia que Barrayar habia destruido Komarr, pero cuando yo miraba alrededor, Komarr seguia alli.
—No se pueden cobrar impuestos a una tierra yerma —murmuro Miles.
—Una vez vi a una nina pequena… —se detuvo, se mordio los labios, continuo—: Lo que si constituye una diferencia palpable es que no haya guerra. Yo pretendo, pretendia, crear esa diferencia palpable. Una carrera en el servicio, un retiro honorable, subir hasta ocupar un cargo ministerial… luego pasar a las filas del lado civil, luego…
—?El virreinato de Komarr? —sugirio Miles.
—Esa pretension seria un poco megalomaniaca —dijo Galeni—. Un nombramiento en el personal, desde luego —su mirada se apago de manera visible mientras contemplaba la celda y arrugo los labios en una risa silenciosa, autodespectiva—. Mi padre, por otro lado, quiere venganza. La dominacion extranjera de Komarr no es solo un abuso, sino intrinsecamente maligna por principio. Tratar de convertirla en no extranjera por integracion no es un compromiso, es colaboracion, capitulacion. Los revolucionarios komarreses murieron por mis pecados. Y asi una y otra vez. Una y otra vez.
—Entonces, sigue intentando persuadirle para que se pase a su bando.
—Oh, si. Creo que seguira hablando hasta que apriete el gatillo.
—No es que le este pidiendo, um, que sacrifique sus principios ni nada por el estilo, pero la verdad es que no creo que cometiera ningun pecado extra si usted, digamos, suplica por su vida. «El que lucha y huye vive para luchar otro dia», y todo eso.
Galeni sacudio la cabeza.
—Precisamente por esa logica no puedo rendirme. No voy a hacerlo porque no puedo. Si diera marcha atras, el lo haria tambien, y se veria obligado a razonar que habria que matarme igual que ahora finge razonar lo contrario. Ya ha sacrificado a mi hermano. En cierto sentido, la muerte de mi madre fue consecuencia de esa perdida, y de otras que le infligio en nombre de la causa. Supongo que eso hace que todo parezca muy edipico —anadio, en un destello de reflexion—, pero… la angustia de tomar las decisiones dificiles siempre ha atraido su alma romantica.
Miles sacudio la cabeza.
—Admito que conoce usted al hombre mejor que yo. Y sin embargo… bueno, la gente siente fascinacion por las elecciones dificiles, y deja de buscar alternativas. La voluntad de ser estupido es una fuerza muy poderosa…
Esto provoco una risita de Galeni, y una mirada pensativa.
—… pero siempre hay alternativas. Sin duda es mas importante ser leal a una persona que a un principio.
Galeni alzo las cejas.
—Supongo que eso no deberia sorprenderme, viniendo de un barrayares. De una sociedad que tradicionalmente se organiza por juramentos internos de lealtad en vez de un marco externo de ley abstracta… ?es debido a la politica de su padre?
Miles se aclaro la garganta.
—A la teologia de mi madre, en realidad. Desde dos puntos de partida completamente distintos llegan a esta extrana interseccion en sus puntos de vista. La teoria de ella es que los principios vienen y van, pero que las almas humanas son inmortales, y que por tanto hay que decantarse hacia lo importante. Mi madre tiende a ser enormemente logica. Es betana, ya sabe.
Galeni se adelanto con interes, las manos relajadas sobre las rodillas.
—Me sorprende que su madre haya tenido algo que ver con su educacion. La sociedad barrayaresa tiende a ser tan, er, radicalmente patriarcal… Y la condesa Vorkosigan tiene fama de ser la mas invisible de las esposas politicas.
—Si, invisible —reconocio Miles alegremente—, como el aire. Si desapareciera uno apenas se daria cuenta. Hasta la proxima vez en que hubiera que respirar.
Reprimio un arrebato de anoranza de casa y un temor atroz… «si no regreso esta vez…».
Galeni sonrio, amablemente incredulo.
—Es dificil imaginarse al gran almirante claudicando ante, ah, presiones matrimoniales.
Miles se encogio de hombros.
—Cede ante la logica. Mi madre es una de las pocas personas que conozco que casi ha conquistado por completo la voluntad de ser estupido —fruncio el ceno, introspectivo—. Su padre es un hombre bastante inteligente, ?no? Quiero decir, dadas sus premisas. Ha eludido a Seguridad, ha podido preparar al menos unos cuantos planes de accion temporalmente efectivos, tiene seguidores, es sin duda persistente…
—Si, supongo que si.
—Mm.
—?Que?
—Bueno… hay algo en todo este asunto que me molesta.
—?Yo diria que mucho!
—No personalmente. Logicamente. En abstracto. Como plan, hay algo que no encaja desde mi punto de vista. Claro que es un lio: hay que correr riesgos, siempre pasa cuando tienes que convertir un plan en accion. Pero por encima de todo estan los problemas practicos. Algo intrinsecamente retorcido.
—Es atrevido. Pero si tiene exito, lo conseguira todo. Si su clon toma el imperio, se plantara en el centro de la estructura de poder barrayaresa. Lo controlara todo. Poder absoluto.
—Chorradas —dijo Miles.
Galeni alzo las cejas.
—El hecho de que el sistema de comprobaciones y equilibrios de Barrayar no este escrito no significa que no exista. Debe usted saber que el poder del Emperador no consiste mas que en la cooperacion de los militares, los condes, los ministros, el pueblo en general. A los emperadores que no cumplen su funcion al gusto de todos estos grupos les suceden cosas terribles. El desmembramiento del loco emperador Yuri no fue hace mucho tiempo. Mi padre estuvo presente en aquella sangrienta ejecucion, cuando era nino. ?Y la gente se pregunta todavia por que nunca ha intentado tomar el Imperio para si!
»Asi he aqui que tenemos el cuadro de esa imitacion mia, pretendiendo hacerse con el trono de un sangriento golpe, y eso seguido por una rapida transferencia de poder y privilegios a Komarr, digamos que incluso con la concesion de su independencia. ?Resultados?
—Continue —dijo Galeni, fascinado.
—Los militares se sentiran ofendidos, porque estare tirando por la borda sus victorias tan duramente conseguidas. Los condes se ofenderan, porque me habre alzado por encima de ellos. Los ministros se ofenderan, porque la perdida de Komarr como fuente de impuestos y nexo comercial reducira su poder. El pueblo se ofendera por todos estos motivos mas el hecho de que a sus ojos soy un mutante fisicamente sucio segun la tradicion de Barrayar. El infanticidio por defectos de nacimiento obvios sigue realizandose en secreto en el campo, a pesar de que hace cuatro decadas de su prohibicion, ?lo sabia? Si se le ocurre algo mas desagradable que ser