desmembrado vivo, bueno, ese pobre clon va de cabeza a ello. Ni siquiera estoy seguro de que yo pudiera asaltar el Imperio y sobrevivir, incluso sin las complicaciones komarresas. Y ese chico solo tiene… ?cuantos, diecisiete, dieciocho anos? Es un plan estupido. O…

—?O?

—O es algun otro plan.

—Mm.

—Ademas —dijo Miles mas despacio—, ?por que Ser Galen, que si no he interpretado mal odia a mi padre mas que ama a nadie… por que iba a tomarse todas estas molestias para poner sangre Vorkosigan en el trono imperial de Barrayar? Es una venganza de lo mas oscuro. ?Y como, si por algun milagro logra que el muchacho consiga el poder, se propone entonces controlarlo?

—?Condicionamiento? —sugirio Galeni—. ?La amenaza de descubrirlo?

—Mm, tal vez.

Llegados a esta situacion, Miles guardo silencio. Pasado un buen rato, volvio a hablar.

—Creo que el autentico plan es mucho mas sencillo e inteligente. Pretende soltar al clon en medio de la pugna de poder solo para crear el caos en Barrayar. Los resultados de esa pugna son irrelevantes. El clon no es mas que un peon. Hay prevista una revuelta en Komarr para que coincida con el momento de maximo clamor en Barrayar, cuanto mas sangrienta mejor. Debe de tener un aliado en el entramado preparado para intervenir con suficientes fuerzas militares y bloquear la salida del agujero de gusano de Barrayar. Dios, espero que no haya hecho un pacto diabolico con los cetagandanos.

—Intercambiar una ocupacion barrayaresa por una cetagandana me parece un movimiento demasiado tonto… sin duda no esta tan loco. ?Pero que le ocurrira a su carisimo clon? —dijo Galeni, siguiendo los hilos.

Miles sonrio, maligno.

—A Ser Galen no le importa. Es solo un medio para lograr un fin —abrio la boca, la cerro, la volvio a abrir —. Excepto que… no paro de oir mentalmente la voz de mi madre. De ahi es de donde saque ese perfecto acento betano, ?sabe?, el que uso para el almirante Naismith. La oigo ahora mismo.

—?Y que es lo que dice? —las cejas de Galeni se alzaron, divertidas.

—«Miles —dice—, ?que has hecho con tu hermano pequeno?»

—?Pero el clon no lo es! —rio Galeni.

—Al contrario, segun la ley betana mi clon es exactamente eso.

—Una locura —Galeni se detuvo—. Su madre no esperaria que cuidara de esa criatura.

—Oh, si, claro que lo haria —suspiro Miles, sombrio. Un nudo de silencioso panico se convirtio en un bulto en su pecho. Complejo, demasiado complejo…

—?Y esa es la mujer que, segun usted, esta detras del hombre que esta detras del Imperio barrayares? No lo comprendo. El conde Vorkosigan es el mas pragmatico de los politicos. Mire todo el esquema de integracion komarres.

—Si —dijo Miles cordialmente—. Mirelo.

Galeni le dirigio una mirada recelosa.

—Personas antes que principios, ?eh? —dijo lentamente por fin.

—Aja.

Galeni se sento cansinamente en su camastro. Poco despues, murmuro:

—Mi padre fue siempre un hombre de grandes… principios.

10

A cada minuto que pasaba las posibilidades de ser rescatados parecian mas remotas. Pasado un tiempo, les entregaron otra comida con aspecto de desayuno, lo cual indicaba, si semejante reloj era digno de confianza, que para Miles era el tercer dia de encierro. Al parecer el clon no habia cometido ningun error inmediato y obvio que revelara su verdadera naturaleza a Ivan o Elli. Y si era capaz de enganar a Ivan y Elli, podria enganar a cualquiera. Miles se estremecio.

Inhalo profundamente, se levanto del camastro y se puso a realizar una serie de ejercicios con intencion de expulsar de su cerebro los residuos de la droga. Galeni, hundido esa manana en una desagradable mezcla de resaca, depresion y furia impotente, se quedo acostado y lo observo sin hacer ningun comentario.

Resoplando, sudoroso y mareado, Miles recorrio la celda para refrescarse. El lugar empezaba a apestar, y eso lo empeoraba. Sin demasiadas esperanzas, entro en el cuarto de bano y trato de atascar el desague. Como sospechaba, el mismo sistema sensor que conectaba el agua al pasar la mano la desconectaba antes de que hubiera una inundacion. El inodoro funcionaba de la misma forma. Y aunque por algun milagro consiguiera que sus captores abrieran la puerta, Galeni habia demostrado las pocas posibilidades que tenian de luchar contra sus aturdidores.

No. Su unico punto de contacto con el enemigo se hallaba en el caudal de informacion que esperaban sacarle. Despues de todo, era la unica razon por la que seguia con vida. Tal como estaban las cosas, era algo potencialmente muy poderoso. Sabotaje informativo. Si el clon no iba a cometer errores por su cuenta, quiza necesitara un pequeno empujoncito. ?Pero como lo conseguiria Miles, atiborrado de pentarrapida? Podria plantarse en el centro de la celda y hacer confidencias falsas al plafon de la luz, como si hablara con el capitan Galeni, pero no esperaba que se las tomaran en serio.

Estaba sentado en el camastro mirandose los pies helados (se habia quitado los calcetines humedos para ponerlos a secar) cuando se abrio la puerta. Dos guardias con aturdidores. Uno apunto a Galeni, que lo miro sin moverse. El dedo del guardia permanecia tenso sobre el gatillo; ninguna vacilacion por su parte. Hoy no necesitaban a Galeni consciente. El otro hizo un gesto a Miles. Si el capitan iba a ser aturdido instantaneamente, no tenia mucho sentido que Miles atacara unilateralmente a los guardias; suspiro, obedecio y salio al pasillo.

Miles resoplo, sorprendido. El clon le esperaba, mirandolo con ojos devoradores.

El alter Miles iba vestido con su uniforme de almirante dendarii. Le sentaba perfectamente, hasta las botas de combate.

Sin perder ni un segundo, el clon ordeno a los guardias que escoltaran a Miles hasta el estudio. Esta vez lo ataron firmemente a una silla en el centro de la habitacion. Interesante, Galen no estaba alli.

—Esperad fuera —dijo el clon a los guardias.

Estos se miraron, se encogieron de hombros y obedecieron llevandose un par de sillas acolchadas para estar comodos.

El silencio que se hizo al cerrarse la puerta fue profundo. El duplicado camino lentamente alrededor de Miles a la distancia segura de un metro, como si Miles fuera una serpiente que pudiera golpear de pronto. Se retiro para encararse a el desde un metro y medio de distancia, apoyado en la comuconsola, agitando un pie. Miles reconocio la postura como propia. Nunca volveria a utilizarla sin ser dolorosamente consciente de ello: un pequeno trocito de si mismo que el clon le habia robado. Uno de muchos trocitos diminutos. Se sintio subitamente perforado, desgastado, harapiento. Y temeroso.

—?Como, ah…? —empezo a decir Miles, y tuvo que detenerse para aclararse la garganta reseca—. ?Como conseguiste escapar de la embajada?

—Acabo de pasar la manana atendiendo los deberes del almirante Naismith —le dijo el clon. A reganadientes, Miles hizo un gesto con la cabeza—. Tu guardaespaldas creyo que me entregaba a la seguridad de la embajada barrayaresa. Los barrayareses creeran que mi guardia komarres es un dendarii. Y yo gano un poco de tiempo sin tener que dar explicaciones. Bonito, ?no?

—Arriesgado —observo Miles—. ?Que esperas conseguir que merezca la pena? La pentarrapida no funciona demasiado bien conmigo, ya sabes.

De hecho, Miles advirtio que el hipospray no estaba a la vista. Desaparecido, como Ser Galen. Curioso.

—No importa —el clon hizo un brusco gesto de desden, otro trocito arrancado de Miles, twang—. No me importa si dices la verdad o mientes. Solo queria oirte hablar. Verte, solo una vez. Tu, tu, tu… —la voz del clon se redujo a un susurro, twang—, como he llegado a odiarte.

Miles se aclaro de nuevo la garganta.

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