Miles aterrizo de pie, sobre piernas de goma, y casi solto el frasco. El lodo era denso y negro y tiraba de sus rodillas.

El cuerpo del teniente Murka, y su cabeza, yacian justo donde los habia dejado en el campo de batalla. Con manos frias y temblorosas, Miles saco el cerebro del frasco y trato de introducirlo por la herida ya cauterizada del disparo de plasma en el cuello. Testarudo, el cerebro se nego a cooperar.

—Ya no tiene cara de todas formas —critico la cabeza del teniente Murka desde donde yacia, a varios metros de distancia—. Sera feo como el pecado, caminando con mi cuerpo con esa cosa asomando.

—Callate, no tienes derecho a voto, estas muerto —le replico Miles. El resbaladizo cerebro se le escurrio entre los dedos y cayo al suelo. Lo recogio y trato de limpiarle la suciedad con la manga de su uniforme de almirante dendarii, pero el aspero tejido rayo la retorcida superficie del cerebro de Mark, danandolo. Miles coloco disimuladamente el tejido en su lugar, esperando que nadie lo advirtiera, y siguio intentando meter el cerebro por el cuello.

Miles abrio los ojos y se quedo mirando. Contuvo la respiracion. Temblaba, humedo de sudor. El plafon de la luz ardia firmemente en el hosco techo de la celda, el camastro era duro y frio.

—Dios. Gracias a Dios —jadeo.

Galeni se acerco, preocupado, apoyando un brazo contra la pared.

—?Esta bien?

Miles trago saliva, respiro profundamente.

—Uno sabe que se trata de un mal sueno cuando despertar aqui es una mejora.

Con una mano acaricio la fria, reconfortante solidez del camastro. La otra no encontro ninguna puntada en su frente, aunque sentia la cabeza como si algun aficionado hubiera estado practicando la cirugia con ella. Parpadeo, cerro los ojos, los volvio a abrir, y con esfuerzo se apoyo en el codo derecho. Tenia la mano izquierda hinchada y pulsante.

—?Que sucedio?

—Fue un empate. Uno de los guardias y yo nos aturdimos mutuamente. Por desgracia, eso siguio dejando a un guardia en pie. Me desperte hara cosa de una hora. Fue a maxima potencia. No se cuanto tiempo hemos perdido.

—Demasiado. Pero fue un buen intento. Maldicion —se detuvo justo antes de golpear con su mano mala el borde del camastro—. Estuve tan cerca. Casi lo tenia.

—?Al guardia? Parecia que el lo tenia a usted.

—No, a mi clon. Mi hermano. Sea lo que fuere —destellos del sueno acudieron a el, y se estremecio—. Un tipo nervioso. Creo que tiene miedo de acabar en un frasco.

—?Eh?

—?Uf! —Miles intento sentarse. El aturdidor le habia dejado una sensacion nauseabunda. Tenia espasmos en brazos y piernas. Galeni, que no se encontraba en mejor forma, regreso a su propio camastro y se sento.

Poco despues la puerta se abrio. «La cena», penso Miles.

El guardia los apunto con su aturdidor.

—Vosotros dos. Fuera.

El segundo guardia lo cubria desde atras, a varios metros de distancia, con otro aturdidor preparado. A Miles no le gusto la expresion de sus rostros, uno solemne y palido, el otro sonriendo nervioso.

—Capitan Galeni —sugirio Miles con voz algo mas aguda de lo que pretendia—. Creo que ahora seria un buen momento para que hablara con su padre.

Diversas expresiones cruzaron por el rostro de Galeni: furia, tozudez, reflexion, duda.

—Por ahi —el guardia les indico el tubo elevador.

Bajaron hacia el nivel del garaje.

—Usted puede hacerlo, yo no —murmuro Miles en un canturreo sotto voce.

Galeni siseo entre dientes: frustracion, conformidad, resolucion. Cuando entraron en el aparcamiento, se volvio bruscamente hacia el guardia mas cercano y rezongo:

—Quiero hablar con mi padre.

—No puede.

—Creo que sera mejor que me deje —la voz de Galeni era peligrosa, cargada, por fin, de miedo.

—No es cosa mia. Nos dio ordenes y se marcho. No esta aqui.

—Llamelo.

—No me dijo donde estaria —la voz del guardia era tensa e irritada—. Y si lo supiera, no lo llamaria de todas formas. Pongase ahi, junto a ese volador.

—?Como vais a hacerlo? —pregunto Miles de pronto—. Siento autentica curiosidad. Consideradlo mi ultima voluntad.

Se acerco al volador, buscando con la mirada un escondite, cualquier escondite. Si conseguia agacharse o pasar al otro lado del vehiculo antes de que dispararan…

—Os aturdiremos, volaremos hasta la costa sur, os dejaremos caer al agua —recito el guardia—. Si apareceis flotando en la costa, la autopsia solo revelara que os habeis ahogado.

—No es exactamente un crimen sangriento —observo Miles—. Mas facil para vosotros de esa forma, espero.

Si Miles los juzgaba bien, aquellos hombres no eran asesinos profesionales. De todas maneras, siempre habia una primera vez para todo. Esa columna de alli no era lo bastante ancha para detener una descarga aturdidora. Las herramientas de la pared opuesta ofrecian algunas posibilidades… sufria furiosos calambres en las piernas…

—Y asi el Carnicero de Komarr recibe por fin su merecido —comento el guardia solemne, con desapego—. Indirectamente.

Alzo el aturdidor.

—?Esperad! —chillo Miles.

—?A que?

Miles todavia buscaba una respuesta cuando las puertas del garaje se abrieron.

—?Soy yo! —grito Elli Quinn—. ?Quietos!

Una patrulla dendarii paso corriendo ante ella. En el instante que el guardia komarres tardo en apuntar, un tirador dendarii lo abatio. El segundo guardia se dejo llevar por el panico y corrio hacia el tubo elevador. Un dendarii lo detuvo a la carrera, y en cuestion de segundos lo tuvo boca abajo en el suelo con las manos a la espalda.

Elli se acerco a Miles y Galeni, sacando un sensor sonico de su oido.

—Dioses, Miles, no podia creer que fuera tu voz. ?Como has hecho eso? —al ver su aspecto, una expresion de extremo disgusto asomo a su cara.

Miles capturo sus manos y las beso. Un saludo militar habria sido mas adecuado, pero su adrenalina estaba aun bombeando y esto era mas sentido. Ademas, no iba de uniforme.

—?Elli, eres un genio! ?Tendria que haber sabido que el clon no te enganaria!

Ella se lo quedo mirando, casi retrocediendo, la voz agudizada hasta el punto de ruptura.

—?Que clon?

—?Como que que clon? Por eso estas aqui, ?no? Metio la pata… y has venido a rescatarme, ?no?

—?Rescatarte de que? Miles, me ordenaste hace una semana que encontrara al capitan Galeni, ?recuerdas?

—Oh —dijo Miles—. Si. Eso hice.

—Y eso hicimos. Llevamos toda la noche vigilando esta zona de edificios, esperando captar un analisis positivo de voz suyo, para poder notificarlo a las autoridades locales. No les gustan las falsas alarmas. Pero cuando finalmente aparecio en los sensores, parecio que seria mejor no esperar a las autoridades, asi que corrimos el riesgo… no creas que no se me pasaron por la cabeza visiones de dendarii arrestados en masa por irrupcion ilegal…

Un sargento dendarii se acerco y saludo.

—Maldicion, senor, ?como lo hace? —continuo caminando mientras consultaba un escaner, sin esperar respuesta.

—Solo para descubrir que habias llegado antes que nosotros.

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