Triumph curse una enhorabuena oficial.

—?Y eso sera cuando? —Aplasto un trozo de hielo del fondo del vaso e hizo girar el resto, tratando de parecer interesada solo profesionalmente.

«Su boca sabria fresca, y sabrosa…» Miles parpadeo centrandose tambien en lo profesional, consciente de los ojos curiosos del personal de la embajada sobre ellos.

—No se. Desde luego, todavia no hemos acabado. Deberiamos transmitir de vuelta a los archivos de la embajada todos los nuevos datos recopilados por los dendarii. Ivan esta trabajando ahora mismo en lo que sacamos de la comuconsola de Galen. Va a ser mas dificil esta vez. Galen… Van der Poole, se ocultara. Y tiene un monton de experiencia a la hora de desaparecer. Pero si lo encuentras, ah, informame directamente a mi. Yo informare a la embajada.

—?Informar de que a la embajada? —inquirio Elli, alerta a su tono de voz.

Miles sacudio la cabeza.

—Todavia no estoy seguro. Puede que este demasiado cansado para pensar con claridad, ya vere si tiene mas sentido por la manana.

Elli asintio y se levanto.

—?Adonde vas? —pregunto Miles, alarmado.

—De vuelta a la Triumph, a poner la masa en movimiento, desde luego.

—Pero puedes transmitir por tensorrayo… ?Quien esta de servicio ahora mismo?

—Bel Thorne.

—Bien, muy bien. Vamos a buscar a Ivan. Transmitiremos el intercambio de datos desde aqui, y las ordenes tambien. —Estudio los circulos oscuros bajo sus luminosos ojos—. ?Y cuanto tiempo llevas sin dormir, por cierto?

—Oh, aproximadamente las ultimas, um —miro su crono—, treinta horas.

—?Quien tiene problemas para delegar el trabajo, comandante Quinn? Envia las ordenes, no a ti misma. Y duerme un poco antes de que empieces a cometer errores tambien. Te encontrare un lugar para que te acuestes, aqui mismo, en la embajada…

Ella lo miro a los ojos, sonriendo de pronto.

—… si quieres —se apresuro a anadir Miles.

—?Lo haras? —dijo ella en voz baja—. Me gustaria mucho.

Le hicieron una visita a Ivan, asaltaron su comuconsola, y transmitieron los datos seguros a la Triumph. Ivan, advirtio Miles con jubilo, tenia montones y montones de trabajo que hacer. Escolto a Elli hasta los tubos ascensores y sus habitaciones.

Elli se lanzo hacia el cuarto de bano nada mas entrar. Mientras colgaba el uniforme, Miles encontro la manta-gato arrugada en un oscuro rincon del armario, sin duda donde su aterrorizado clon la habia arrojado la primera noche. La negra piel emitio un extasiado ronroneo cuando la recogio. La tendio cuidadosamente sobre la cama, con una palmadita.

—Ahi.

Elli salio de la ducha en poquisimos minutos, ahuecandose los cortos rizos oscuros con los dedos, una toalla sujeta atractivamente alrededor de las caderas. Diviso la manta-gato, sonrio, y salto y hundio los dedos descalzos en ella. La manta se estremecio y ronroneo mas fuerte.

—Ah —suspiro Miles contemplandolos a ambos, feliz. Entonces la duda asalto su jardin del eden. Elli observaba la habitacion con interes. Trago saliva—. ?Es esta, ah, la primera vez que estas aqui? —pregunto con lo que esperaba que fuera un tono casual.

—Aja. No se por que, me esperaba algo medieval. Es mas parecido a una habitacion corriente de hotel de lo que cabria esperar de Barrayar.

—Esto es la Tierra —puntualizo Miles—, y la Era del Aislamiento termino hace cien anos. Tienes unas ideas muy raras respecto a Barrayar. Pero me preguntaba si mi clon habia, uh… ?estas segura de que nunca notaste ninguna diferencia en absoluto durante los cuatro dias? ?Tan bueno era?

Sonrio de lado, esperando su respuesta. ?Y si ella habia advertido algo, que? ?Era el realmente tan transparente y simple que cualquiera podia interpretarlo? Peor, ?y si ella habia notado alguna diferencia… y le gustaba mas el clon?

Elli parecio cohibida.

—Lo note, si. Pero de pensar que te pasaba algo raro, a darme cuenta de que no eras tu… tal vez si hubieramos pasado mas tiempo juntos. Solo hablamos a traves de enlace comunicador, menos durante el viaje de dos horas al centro de la ciudad para rescatar a Danio y sus alegres muchachos de la policia local. En esa ocasion pense que te habias vuelto majareta. Luego decidi que debias tener algun as en la manga, y que no me lo decias porque yo… —su voz se apago de pronto— habia caido en desgracia, de algun modo.

Miles calculo y respiro aliviado. Asi que el clon no habia tenido tiempo de… ejem. Sonrio con picardia.

—Veras, cuando me miras —explico ella—, me siento… bueno, bien. No una sensacion calida y mareante, aunque tambien esta eso…

—Calida y mareante —suspiro Miles feliz, apoyandose en ella.

—Basta, tonto, hablo en serio.

Pero lo rodeo con sus brazos. Firmemente, como si estuviera preparada para plantar batalla inmediata a quien quisiera arrebatarselo de nuevo.

—Bueno, veras… actuo de manera competente. Tu haces que no tenga miedo. No tengo miedo de intentarlo, no tengo miedo de lo que los demas puedan pensar. Tu… clon, santos dioses que bueno es saberlo, hacia que empezara a preguntarme que habia de malo en mi. Aunque cuando pienso en lo facilmente que te cogieron, aquella noche en la casa vacia, yo…

—Ssss —Miles silencio sus labios con un dedo—. No hay nada malo en ti, Elli. Eres mi Quinn, mi reina perfecta.

Su Quinn…

—?Ves a lo que me refiero? Supongo que te salvo la vida. Yo pretendia mantenerte…, mantenerlo a el, informado sobre la busqueda de Galeni, aunque fuera solo un informe de falta de progresos en el interin. Y eso habria sido su primera noticia de que habia una busqueda en marcha.

—Y habria ordenado detenerla.

—Precisamente. Pero luego, cuando se produjo el avance en el caso, yo… considere que seria mejor asegurarme. Guardarlo para luego, sorprenderte con el resultado final todo envuelto con un lazo grande… y recuperar tu aprecio, para ser sincera. En cierto modo, el impidio que lo mantuviera informado.

—Si te sirve de algun consuelo, no era por antipatia. Lo aterrorizabas. Tu cara… por no mencionar el resto de tu persona, produce ese efecto en algunos hombres.

—Si, la cara… —casi inconscientemente se toco una mejilla, luego se revolvio el pelo—. Creo que has puesto el dedo en la llaga. Tu me conociste cuando tenia mi antigua cara, y ninguna cara, y la cara nueva, y solo para ti fueron todas la misma cara.

El acaricio con la mano sin vendar el arco de sus cejas, la nariz perfecta; se detuvo en los labios para recolectar un beso, luego bajo por el angulo ideal de su barbilla y la piel de terciopelo de su garganta.

—Si, la cara… yo entonces era joven y tonto. Me parecio una buena idea en su momento. Solo mas tarde me di cuenta de que podria ser un inconveniente para ti.

—Yo tambien —suspiro Elli—. Durante los seis primeros meses, estuve encantada. Pero la segunda vez que un soldado se me insinuo en vez de acatar una orden, supe que, decididamente, tenia un problema. Tuve que descubrir y aprender todo tipo de trucos para que la gente respondiera a lo que hay dentro de mi, y no a la imagen externa.

—Comprendo.

—Por los dioses, mas te vale —ella lo miro un instante como si lo viera por primera vez, luego deposito un beso en su frente—. Acabo de darme cuenta de cuantos de esos trucos he aprendido de ti. ?Cuanto te amo!

Cuando se separaron en busca de aire tras el beso que siguio, Elli se ofrecio:

—?Un masaje?

—Eres el sueno de un borracho, Quinn.

Miles se tumbo, hundio la cara en la piel y dejo que ella se explayara a sus anchas. Cinco minutos en sus vigorosas manos le hicieron olvidar todas las ambiciones, menos dos. Una vez satisfechas, ambos durmieron como

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