quedaron atonitos. La primera voz, una especie de enano machote con una cazadora de cuero marron y tejanos gastados, se volvio hacia el segundo, mas alto pero de aspecto mas debil, vestido a la inglesa (chaqueta de tweed, jersey con cuello en pico, corbata), y le dijo:
– ?Has entendido algo, Dave?
– Me suena a chino.
Luego, contradiciendo su aparente apacibilidad, me miro, dijo «Verdun» casi a gritos, y se paso el dedo indice de lado a lado del cuello.
– ?Entiendes algo, Marion?
Ella era de la misma estatura que el de la chaqueta de cuero, tenia uno de esos rostros ingleses rosados, pecosos y con algo de vello; su actitud, aunque tranquila, parecia mas directa.
– Algo -dijo-. Pero me parece que todo es una comedia.
– ?Si?
– Creo que este es ingles.
Hice como que no entendia nada. El de la chaqueta de cuero y Dave se acercaron a mi como pigmeos a un reportero de la television. Note como me examinaban la ropa, luego mi corte de pelo, luego el libro que llevaba en la mano. Era
Con un acento frances que no podia ser peor empezo la frase «Perdon, Mesie, ?es usted actuellement un ingles?»
Le puse el libro delante de la cara por miedo a reirme. Por aquel entonces, yo era exageradamente riguroso con respecto a la ropa. Cualquier desviacion de un estilo aseado y convencional, segun veia yo, era en cuanto a mi concierne, lo mismo que desviarse de la razon, la lucidez, la integridad y la estabilidad emocional. Rara vez me detenia a cuestionar mis prejuicios. A pesar de todo, ahi habia un hombre con tejanos viejos y descoloridos casi a punto de hacerme reir. Que trio mas extrano: el tipo ese, una chica que no llevaba maquillaje, por lo que yo pude ver, y «Dave», que parecia, bueno, que casi podria ser un amigo mio.
– Je suis practicamente seguro que c'est un Brit. -Dave, esta vez. El de la chaqueta de cuero toco con el dedo la solapa de mi chaqueta.
– ?Que haces aqui en Paris? -pregunto.
– Oh, de todo un poco. Un poco de investigacion, un poco de literatura, un poco de cambio y no hacer nada para no tener que hacer nada. ?Y tu?
– De vacaciones unas semanas.
– ?Y ellos?
– Dave trabaja aqui en un banco. Mickey esta becado en el Instituto Courtauld; por eso estamos aqui.
– ?Ah, si? -(Dios mio)-. ?Y sobre que esta trabajando?
– Pues sobre Moreau -sonrio.
– Cielos. Y supongo que habla frances muy bien…
– Su madre era francesa.
Bueno, a veces se pierde, como deciamos en el colegio. Dave y Mickey retrocedieron mecanicamente tarareando «El Danubio Azul».
– Bueno, Marion, ?y el?
– Pues es frances -contesto ella, sonriendo otra vez-, pero su ingles es excelente.
– Ip, ip, uga -grito Dave, y continuo parodiando el acento frances-: Tott-en'am, Ot-spure, Mi-chel Ja-zy. Bob-ee Moire. Pegmitame que lo bese.
Afortunadamente no lo hizo. El
Fuimos a un bar a tomar algo. Poco a poco descubrimos quien era ingles y quien frances, a pesar del curioso sistema de conversacion de Dave, que consistia principalmente en nombres propios pronunciados con un fuerte acento frances (o franse, como el decia) acompanado de una gesticulacion semihisterica. Marion no tenia amaneramiento alguno digno de destacar. Se hablara de lo que se hablara, permanecia serena. Era franca, abierta y brillante. Mickey, en cambio, era mas dificil de calar. Una mezcla de voluntad, encanto, competitividad y cierta astucia, que le hacia aparentar saber menos de lo que, en realidad, sabia hasta que tenia una idea aproximada de lo que sabian los demas. El tipo de persona que me hace reaccionar adoptando un tono academico, apocado, hasta cierto punto retorcido, aunque en el fondo ecuanime.
– Se que estas trabajando sobre Moreau -fue mi primer intento vacilante de conciliacion.
– Seria mas exacto decir que el me esta trabajando a mi. Una llave contra el suelo, y cuando tienes encima semejante peso te rindes.
Dave parecia estar a punto de intervenir, pero, por lo visto, no se le ocurrio que postura de lucha invocar.
– ?Pero por que no te gusta?
– Creo haber dicho antes que no es mas que un punetero academicista. ?No es asi? Quiero decir que la idea de un simbolismo academico me parece una jodida ridiculez.
– Es un menguado gigante.
– Admito lo primero. No tiene chispa. Es inteligente, sabe pintar y es original, de acuerdo en todo eso. Pero es muy frio, como sus colores, que parecen brillantes y perturbadores pero que si los miras con atencion, son colores desvaidos.
– No como los de…
– Redon, exacto.
– Redon -empezo Dave.
– Redon. Oxfor. Bahnbri. Burmeeng'am. Bugmingam.
– Entonces ?por que haces un trabajo sobre el?
– Por la beca, hombre, la beca. Me ha tocado justo aqui… ?Ay! [4]
Gimio mientras se apretaba la mano sobre el corazon, como si estuviera herido de muerte. Dave se inclino sobre el, poniendole la oreja sobre el pecho.
– Tiene que decirme la verdad, doctor -dejo escapar Mickey con un hilo de voz-. Tiene que decirmela, doctor. ?Es muy grave lo que tengo?
Dave le estiro un parpado para verle el ojo, le dio un par de palmaditas en la cara y se puso a consultarle el corazon otra vez. Marion contemplaba la escena impasible. Dave se puso serio.
– Usted es un hombre inteligente. Creo que podra enfrentarse con la verdad. Es grave, sin duda, pero probablemente no sera mortal. Tiene la cartera dislocada y su cuenta corriente esta en rojo. Se esta deshidratando, pero creo que podre remediarlo.
– Gracias, doctor, usted si que es un buen amigo. No lo habria aguantado si me lo hubiera dicho algun otro.
Se callaron y me miraron. No dije nada, preguntandome que estaba