perdi mi virginidad. Mentalmente, me pase el brazo por encima del hombro durante un segundo; luego lo aparte. En la cama, Annick actuaba, reaccionaba, demandaba, acusaba, perdonaba, desaparecia. Podiamos, por supuesto, seguir siendo amigos. Hacia mas de un mes que no la habia visto.
Dejaba atras toda una hilera de libros: la mayoria
La maquina tragaperras, con un monton de francos antiguos en el estante de encima. Un instrumento milagroso e ironico: se ponen cosas dentro de el y luego, aparentemente al azar, pero en realidad de acuerdo con un programa, son devueltas. Se creia salir ganando pero de hecho no era verdad, aunque si se seguia jugando el tiempo suficiente era posible acabar a la par. Ademas, ?lo que se ponia y se ganaba no tenia valor real! Piezas gastadas, de museo, circulos de cobre ya opacos. Si uno era proclive al desenfreno, la maquina se ofrecia como un simbolo bastante melancolico.
Mis maletas, ridiculamente bien alineadas, enfundadas en prevision de cualquier
La puerta, por la cual entro Annick. ?Por la cual queria yo todavia que regresara? ?Por la cual ella, de saberlo, regresaria?
Sobre el escritorio, una hilera de botellas de bebidas alcoholicas, una por cada calvados que yo habia consumido. A su lado una papelera que no vacie, con deliberada negligencia. Aunque no deje alli nada a proposito, era perfectamente consciente de lo que habia dentro. Un ejemplar de
El ultimo objeto era yo. Tan repleto como mis maletas; tuve que sentarme sobre mi mismo para que todo me cupiera dentro. Los equivalentes morales y sensuales de los programas de teatro estaban todos alli, empaquetados cronologicamente y sujetos con gomas. Mira esto, y esto, y esto. Mira como reaccionaste aqui, y aqui. ?No era un poco despreciable? Y Dios, mira esto, si no te averguenzas no te dirijo mas la palabra ?Estas avergonzado? Ese es el tiquet. De acuerdo, ahora puedes mirar esto otro… Ahi no estuviste del todo mal: sensibilidad genuina, diria, compasion, incluso (aunque es arriesgado mencionar la palabra) sabiduria. Sabiduria instintiva, quiza, mas que de esa que se tarda tanto en aprender; pero no por eso hay que menospreciarla.
Lo aprete todo hasta ponerlo en su sitio, ajuste las hebillas, me levante de la silla con un chirrido final, recogi mis maletas externas y me fui. En el bolsillo llevaba el libro que acababa de comenzar:
Tercera Parte
«Las cosas y los actos son como son,
y sus consecuencias seran las que tengan que ser; ?por que entonces deseamos ser defraudados?
Obispo Butler
Supongo que ya soy mayor, ?O la palabra «adulto» seria mejor, mas… adulta? Si vinieran a hacerme una encuesta, irian poniendo las cruces en todas las casillas convenientes. Me sorprende lo bien camuflado que estoy. Edad: treinta / Casado: Si / Hijos: Uno / Trabajo: Si / Casa: Si / Con prestamo: Si / (Hasta aqui solido como una roca) Coche: Discutible / ?Miembro de un jurado alguna vez?: Una vez, en la que se declaro al acusado inocente tras una larga discusion sobre «dudas razonables» / Animales domesticos: No, porque lo ensucian todo / Vacaciones en el extranjero: Si / Perspectivas: Mejorar el nivel economico / Felicidad: Oh, si; ahora o nunca.
Compongo semejantes testimonios en mi cabeza durante las escasas noches en que el sueno me falla y el panico campa por sus respetos en mi mente. Aunque, a veces las categorias pueden ser diferentes: mas torvas y dinamicas, elegidas para ahuyentar los tornadizos miedos de la noche. Saludable, raza blanca, britanico, acabo de hacer el amor, no soy pobre, no tengo defectos fisicos, no estoy acosado por la religion, no soy paranoico por exceso de nervios o emociones. Es curioso como la lista iba corriendo el velo ante los rechazos; pero los rechazos proporcionan el consuelo adecuado si ya estas en la cama al lado de tu mujer, mientras abajo, con un ruido sordo y tranquilizador, la nevera cambia de marcha. Me siento aliviado de nuevo, satisfecho de estar en mi piel.
Adulto, si, eso es un consuelo que tambien lo abarca todo. Al menos, concluyo que debe serlo. Hace pocos anos era una preocupacion que me agobiaba. ?Por que no habia descubierto ninguna luz verde o alguna senal desde los boxes, algun saludo celestial (no demasiado publico) que me informara de que ya he llegado? Este sentimiento, sin embargo, comenzo a desaparecer; en gran parte porque nadie me desafiaba. Nadie aparecia diciendome: Tu has eludido ese problema,
Y hay otras formas de calmar los miedos nocturnos. De vez en cuando, despierto en la cama mientras afuera, en la oscuridad, una nueva fecha aparece en el calendario, me vuelvo hacia Marion, que esta durmiendo despatarrada y con la cabeza casi colgando de la cama. Trastornado, torpe como un pato maniobro cautelosamente hacia su camison, que se le enreda en las piernas mientras se acurruca para acabar durmiendose otra vez. El ardid (?esta Marion consintiendo calladamente?) tiene por finalidad poseerla, y despertarla poco a poco con algo mas fuerte que un beso. Esta vez se agita con mas renuencia de lo habitual.
– ?Que pasa?
– Adivina -digo entre risas.
– Hmm.
– MMMMMMM.
– ?Que dia es, Chris?
– Domingo.
– Estoy muy cansada.
– Bueno, no queria decir domingo/lunes, querida. Es, hum, sabado/domingo. Las doce pasadas. Las cero treinta, exactamente.