me lo deje afuera, pero entonces pense: mas vale que lo entre antes de que eche raices y ya no pueda distinguirlo, y haga estacas de el. Ja, ja. El libro de cocina tambien lo tenemos.

Este ultimo era un volumen grueso y cuadrado, encuadernado en una especie de hojalata con un retrato de la reina en la portada. El diseno queria sugerir una lata de esas galletas tipicas del dia de la Coronacion.

– Si, mas de una vez lo he sacudido para ver si quedaba alguna dentro. Ja, ja. ?Por que crees que ahora la gente siempre Hace cosas que parezcan lo que no son? ?Crees que se trata de una suerte de escapismo llevado al extremo? ?Crees que los motivos son economicos o psicologicos?

– ?A que te dedicas tu? -(No me apetecia continuar con ese tema tan borde, no faltaba mas.)

– Oh, al mismo negocio. Dirijo una pequena editorial, se llama Hidebound Books.

?Como?… ?Leigh? De algun modo, habia asumido la… bueno, nada especifico, aunque si una amplia gama de posibilidades sin determinar. Asi que no todos eran directores de banco como Toni y yo predijimos.

– Somos cuatro gatos, pero…

– Por supuesto; publicasteis el libro de Toni, Mudos desgarros.

Hidebound Books; [8] el nombre estaba pensado como una ironia doble. Publicaban unos cuidados libros de bolsillo sobre temas diversos, en parte rellenando vacios editoriales, en parte reimpresiones acertadas; pero tambien una proporcion importante de obras originales. La monografia de Toni salio en una coleccion llamada -era una frase de Orwell- Como a mi me gusta.[9] En ella Toni decia que todo libro importante, cuando se publica por primera vez, es mal interpretado aunque sea elogiado o tenga exito. Si tiene exito, siempre hay alguien dispuesto a criticarlo en publico; y si la critica lo ensalza, nadie se va a preocupar de los errores de los criticos. Flaubert dijo que el exito no interesa nunca. Fueron los fragmentos absurdos de Madame Bovary los que hicieron de esta obra un exito. Segun Toni, la psicologia de aquellos que elogian el exito por razones equivocadas es incluso mas interesante que la de aquellos que lo desacreditan por las mismas razones.

– Si, es cierto, lo publicamos nosotros. No consiguio muchas criticas, pero ya era de esperar: era demasiado provocativo para la critica establecida. A mi me gusta mucho.

Leigh me explico sus teorias sobre el negocio, que parecian depender mucho de lo que llamaba «bancarrota creativa».

– No… realmente las cosas nos van bien. Ahora empezamos una nueva coleccion. Se va a llamar Libros Scavenger. Traducciones de obras punteras, ya sabes, lo que otros llaman obras fundamentales. Principalmente franceses, pienso.

– Suena interesante.

– ?Tentador?

– ?Que quieres decir?

– Necesitamos a alguien que la dirija. Tu has tenido una buena educacion.

Movio la mano a un lado y a otro del comedor (tan ruidoso hoy como hacia dos decadas). Sonrio con lo que parecia ser una sonrisa no comercial.

– Podemos arreglar lo de tu sueldo; ademas viajarias, conocerias a unos cuantos penseurs

– Harlow Tewson no va a ir a la bancarrota por el sueldo que me paga.

– Creo que nosotros tampoco. Mira, incluso tenemos tarjeta. -(Un lujoso trabajo de Kate Greenaway, con romanticos tulipanes enroscandose sobre las iniciales)-. Llamame.

Asenti. La noche comenzo a declinar con un queso derretido, cafe y conac (solo digno para un carajillo). El coronel Barker se levanto, y yo recorde, entonces, que cuando nos equivocabamos en la conjugacion de los verbos solia tirarnos con fuerza de las orejas en direcciones opuestas. Con todo, mientras estaba ahi de pie, esperando que sus antiguos alumnos se callaran y con la medalla despidiendo ocasionales reflejos desde la protuberancia de su estomago, parecia repentinamente incapaz de haber inspirado miedo alguna vez. Se habia convertido en el tipo de persona a quien le ofrecerias el asiento en el metro.

– Caballeros -comenzo-, iba a decir «chicos», pero ahora son ustedes mas grandes que yo. Caballeros, cada vez que vengo a estas cenas acabo creyendo que las cosas no estan ni la mitad de mal de lo que los periodistas quieren hacernos creer. En serio. He hablado con bastantes de ustedes esta noche y, sin exagerar en absoluto, me gustaria decir que el Colegio puede estar muy orgulloso de ustedes. - (Golpes de cubiertos, pataleos… como cuando anunciaban el equipo de rugby del colegio)-. Se que esta de moda arremeter contra cualquier cosa que haya funcionado bien durante muchos anos, pero no me voy a sumar a ese coro. Creo que si algo va bien durante anos es porque es BUENO. -(Mas pataleos)-. En fin, dejemonos de politica y de rollos. No voy a hacerles perder el tiempo con lo que yo piense. Lo dire de la forma mas simple que pueda. Cuando tengan mi edad -(gritos de «que dice» y «si esta hecho un pimpollo»; Barker sonrio; su voz adquirio la calidad de un calido graznido)-, sabran lo que yo siento. En mis manos he tenido a muchas personas: es como contemplar el fluir de un caudaloso rio de ninos hacia el gran mar de la madurez. Y nosotros los profesores somos sus guardianes, los encargados de la banca, los que hacemos que el trafico sea fluido. Ocasionalmente -(puso cara seria)-, tenemos que tirarnos al agua para sacar a alguno. Y aunque las aguas, a veces, bajen turbulentas, sabemos que este caudaloso rio de ninos al final llegara al mar. Esta noche me he convencido de que mis modestos esfuerzos han sido recompensados. Sere capaz de retirarme a mi caseta de esclusero con orgullo. Les doy las gracias. Ahora, un hombre viejo los dejara tomar el cafe en paz.

Llegue a casa algo bebido (Tim y yo hicimos un par de brindis por los ferrocarriles en el bar de la estacion de Baker Street, y sonreimos comentando el discurso de Barker), pero alegre. Marion ya estaba en la cama, con una voluminosa biografia del grupo Bloomsbury que la tenia aplastada como si fuese un pisapapeles. Me desate los cordones de los zapatos, trepe hasta la cama y deposite una mano sobre la parte superior delantera de su camison.

– He olvidado como eran -musite.

– Entonces, estas borracho -respondio ella, pero sin severidad.

Quite la mano tirando del camison hacia mi, y sople con fuerza hacia dentro. Luego, eche un vistazo.

– Si el pezon se pone verde, como en esos tests en los que te hacen soplar… si, vamos alla. Tienes razon otra vez, mi amor, como siempre. -(Me enderece para ponerme de rodillas y la mire como un nino pequeno)-. Esta noche Huevo Colgante me ha ofrecido trabajo.

– ?De que? -Retiro mi mano de encima del camison, adonde volvia confiada una y otra vez-: ?De que?

– A Huevo Colgante le llamaban Huevo Colgante -continue con el tono del viejo a quien se le hace una entrevista-, porque cuando nadabamos en el colegio, desnudos, cosa que hicimos hasta llegar a sexto curso, lo que quiero decir es que en sexto ya no fuimos a nadar mas, pero cuando ibamos antes, siempre era desnudos, y Leigh, recuerdo, creo que cualquiera de nuestra generacion seria capaz de recordarlo, podemos telefonear a Penny si no me crees, el lo confirmaria, tenia un huevo que le colgaba unos, oh, si no me falla la memoria y esas cosas, unos cinco centimetros por debajo del otro. Era la epoca en que estaban de moda las botas con elastico lateral, y nosotros, mis amigos y yo claro, soliamos decir que Huevo Colgante era el unico chico del mundo con un escroto con elastico lateral. Y ahora, Huevo Colgante me ofrece trabajo. No lo entiendo. ?Acaso no tengo ya uno?

Durante este discurso logre introducir la mano bajo las sabanas y hacerla ascender bajo el camison de Marion en direccion contraria a la que hasta entonces habia tomado.

– ?De que?

Pero para entonces mi mano habia logrado ocupar una zona de un

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