dano.
– Confio en ti.
Su sonrisa dejo entrever sus colmillos, y Elphame se sintio desconcertada, pero no tuvo tiempo para sentir nada mas, porque el se tendio a su lado y desplego una de sus enormes alas para taparla. El ala permanecio a unos centimetros por encima de ella, inmovil, como una manta viviente, y su calor la envolvio. Desde tan cerca, Elphame se dio cuenta de que la piel de la parte inferior estaba cubierta con unos pelos pequenos y finos. Entonces percibio su olor. Olia a pino y a sudor, y a algo salvaje que ella no sabia definir, pero que resultaba muy agradable a sus sentidos. Volvio la cabeza, lenta y cuidadosamente. La cara de la criatura estaba muy cerca de la suya, y el la estaba mirando con intensidad.
– ?Que eres tu? -le pregunto.
– Soy el hombre que te conoce desde que naciste.
Aquello no tenia sentido.
– Pero si no eres un hombre, y no me conoces.
– Te conozco desde tu nacimiento, Elphame. Te he visto siempre a traves de mis suenos. Y soy un hombre, en parte.
– ?Y la otra parte?
– Mi madre era humana. Mi padre era Fomorian. Tengo la sangre de ambas razas en mis venas.
Elphame sintio mucho frio de nuevo.
– Pero… eso no es posible. Los Fomorians fueron expulsados de Partholon hace mas de un siglo.
El queria explicarselo, intentar mitigar el miedo y la confusion que veia en sus ojos, pero su finisimo oido habia captado un sonido. Alzo la cabeza hacia el viento. Entre el ruido de la tormenta que se avecinaba, oyo unos cascos. Tenia que ser Cuchulainn.
– Elphame, escuchame -le dijo con urgencia-. Tu gente se acerca. No puedo quedarme. Ellos solo verian al Fomorian, y no al hombre.
Elphame pestaneo. A traves del dolor intento concentrarse en su rostro. Vio al hombre; a un hombre bello, heroico.
– Escuchame y recuerda lo que voy a decirte. Ahora no te estoy dejando. Siempre estare cerca de ti, esperando tu llamada. ?Lo entiendes?
– Yo… -comenzo ella, pero el sonido de la voz de su hermano, que la llamaba con desesperacion, corto sus palabras-. ?Vete! -le dijo a Lochlan.
El subio el ala, y el frio de la noche volvio a cubrir a Elphame. Antes de ponerse en pie, Lochlan le acaricio la mejilla con los dedos.
– Llamame, corazon mio. Respondere.
Despues se deslizo sigilosamente por el bosque y desaparecio.
Capitulo 14
– ?Cuchulainn! ?Esta aqui! -grito Brighid.
La Cazadora galopo hasta Elphame y se detuvo con un derrape. Cuchulainn, que iba detras, salto del caballo y se puso de rodillas junto a su hermana. Entonces, Elphame se vio rodeada por la luz de las antorchas, mientras la noche estallaba con caballos, jinetes y centauros.
– ?El! ?Oh, no! ?Por favor, no!
Cuchulainn le tomo una mano, y la sintio fria como el marmol. Elphame estaba cubierta de sangre y tenia la cara muy palida, y si no hubiera pestaneado y murmurado su nombre, el habria creido que estaba muerta.
Elphame penso que su hermano parecia un nino, y quiso reconfortarlo, pero tenia mucho frio. Tenia la sensacion de que todas sus fuerzas se habian ido con Lochlan, y hablar le costaba un gran esfuerzo.
– Cuchulainn, apartate -le dijo Brenna con calma, y con firmeza, y sin la timidez con la que se dirigia a el habitualmente.
Cu la miro sin entenderla.
– ?Vamos, apartate! Tengo que ver a tu hermana.
Brenna le dio la orden con tanta energia que el guerrero obedecio sin pensar.
La Sanadora se arrodillo junto a Elphame.
– Traed antorchas, y algo con lo que taparla.
La luz hizo que Elphame tuviera que cerrar los ojos de dolor, pero fue un alivio sentir que tapaban su desnudez con varias capas. Era extrano que no hubiera pensado en lo poco que llevaba mientras Lochlan habia estado alli.
– Elphame, ?quien soy? -le pregunto la Sanadora.
– Brenna -susurro ella.
– ?Y donde estas?
– En el bosque… Me he caido por un barranco -dijo, e intento senalarlo, pero el dolor del hombro la hizo gemir.
Brighid siguio el medio gesto de Elphame con la mirada, y portando su antorcha, desaparecio por un lado del barranco.
Brenna palpo con delicadeza y rapidez el hombro herido de Elphame, su cabeza, y finalmente la herida llena de musgo del costado.
– Has hecho bien en rellenarla. Ya habias perdido demasiada sangre.
– Yo no… -iba a decir Elphame, pero su Sanadora la interrumpio.
– No hables. Tienes que reservar las fuerzas para el viaje de regreso. Bebete esto -le indico. Y con suavidad, ayudo a Elphame a levantar la cabeza mientras le ponia el odre en los labios.
Elphame bebio con avidez. El vino tenia especias y era dulce y fresco, y ella sintio que su energia la llenaba. Pudo sonreirle a su hermano.
– Estoy bien, Cu -susurro.
– No -replico Brenna-. Todavia no estas bien. Cuchulainn, necesito una tela para ponerle el brazo en cabestrillo, y otra para vendarle la herida del costado.
Cuchulainn se quito la camisa y comenzo a rasgar el lino en vendas largas.
– Solo quiere presumir de torso -dijo Elphame con la voz temblorosa, pero los hombres y centauros se echaron a reir, como Brenna. Cuchulainn intento fruncir el ceno, pero solo consiguio poner una expresion de felicidad, y Elphame temio que se echara a llorar.
– Acabas de tranquilizarme mucho en cuanto a la severidad de la herida de tu cabeza -dijo la Sanadora.
La sonrisa de Cuchulainn se hizo enorme.
– Habia un jabali muerto al fondo del barranco -dijo Brighid, que acababa de regresar-. Y creo que esto es tuyo -le entrego a Cuchulainn su daga, pero estaba observando a Elphame con una expresion de curiosidad y cautela.
– Por Epona, Elphame, ?un jabali? -pregunto Cuchulainn. Habia recuperado algo de color, pero volvio a palidecer.
Brenna comenzo a atar con cuidado las tiras de lino a la cintura de Elphame, y la salvo de tener que responder. Cerro los ojos y apreto los dientes para soportar el dolor, e intento concentrarse. Lochlan. No habia sido una aparicion, puesto que ella le habia visto matar al jabali, el mismo jabali que habia encontrado Brighid. El la habia sacado del barranco, le habia taponado la herida y la habia cubierto con su ala para darle calor. ?No deberia decirles que la habia salvado?
El habia dicho que su padre era un Fomorian.
«Solo verian al Fomorian, y no al hombre».
Aquello no era posible. Los Fomorians habian sido derrotados y expulsados de Partholon mas de un siglo antes. Las razas diferentes de Partholon se habian unido para asegurar que la horda de demonios fuera erradicada y que nunca volviera a amenazar a las gentes de Partholon, en particular a sus mujeres. Intento apartarse de la cabeza las historias de violaciones y destruccion que habia estudiado. El ser que acababa de salvarle la vida no podia ser un Fomorian. No tenia sentido.