en la mano, no pudo ver la alegre sonrisa que la muchacha le dirigio cuando le hizo una reverencia y cerro la puerta al salir.
– … O, al menos, como un personaje muy estupido -concluyo Darcy con despreocupacion. Se dirigio hasta la mesa y comenzo a levantar las tapas para examinar lo que les habian traido de comer-. Charles, ?no tienes hambre? Esto parece bastante apetitoso. -Levanto uno de los platos-. ?Charles?
Bingley levanto la vista al oir su nombre y, lanzandole a Darcy una extrana sonrisa, le alcanzo un plato y se reunio con el junto a la bandeja.
– Creo que elegire sentirme divertido, en particular porque tu eres un «personaje muy estupido».
– Estoy de acuerdo -contesto Darcy antes de comenzar a devorar los sencillos pero sabrosos alimentos que les habian ofrecido.
Despues de un rapido paseo por los alrededores, al regresar a la posada se alegraron de encontrar el carruaje listo para partir. Tras introducir los ladrillos calientes, subieron al coche. Bingley dio la orden; los caballos se inclinaron hacia delante y los dos caballeros se recostaron contra los cojines. Cuando los caballos alcanzaron un galope estable, Darcy se inclino hacia delante y abrio su maletin de viaje, del cual saco
– Ah, ?quieres leer? -En la voz de Bingley habia una nota de decepcion.
– Si, si no te importa. Solo queda una hora de luz. Pero te prometo dejarlo antes de que haya que encender las lamparas. ?Te gustaria leer
– ?Cenas conmigo en Grenier's?
– Agradezco tu invitacion, Bingley, pero debo quedarme en casa. Manana tengo una agenda llena de citas que atender. ?Que te parece una cena en Erewile House manana por la noche?
– ?Esplendido!, como diria sir William Lucas. -Bingley se rio entre dientes y luego se puso serio-. Darcy, estoy pensando en hacer una oferta por Netherfield.
– ?Una oferta? Es un poco prematuro, ?no crees?
– Pense que Netherfield tenia tu aprobacion.
– Si, esta bastante bien -dijo Darcy, midiendo sus palabras con cuidado-, pero yo no te aconsejaria comprarlo, al menos no todavia. Esta ha sido tu primera experiencia de la vida en el campo. Te ha resultado agradable. Pero creo que debo recordarte que tus hermanas no se llevan la misma impresion.
– ?Ah, Caroline! -replico Bingley en tono peyorativo-. Solo algo tan magnifico como Pemberley la dejaria satisfecha, e incluso si yo tuviera la oportunidad de tener una propiedad asi, los dos sabemos que no estoy preparado para eso. ?Netherfield es perfecto!
– Tal vez. Sin embargo, no me parece prudente apresurarse. ?Tienes un contrato de alquiler por un ano? Tomate ese ano. Hertfordshire no es el unico condado de Inglaterra.
El carruaje disminuyo la marcha a medida que se iba aproximando al peaje de Highgate. Como el bullicio del peaje no estimulaba la conversacion, Darcy se recosto entre las sombras, mientras observaba a su amigo con disimulo. Bingley tenia el ceno fruncido, en un extrano gesto que indicaba un subito desconcierto. No obstante, cuando el coche comenzo a avanzar hacia Mayfair, ya parecia haberse librado de su inquietud.
– Espero que no tengas que pasar todo el tiempo ocupado en asuntos de negocios, antes de regresar a Derbyshire.
– No todo el tiempo, no. Tengo la placentera tarea de buscar regalos de Navidad para Georgiana. Tambien hare alguna visita a mi club.
– Claro, pero ?que hay de cosas divertidas como… una obra de teatro o una visita a St. Martin's? Oi que Belcher se va a enfrentar a Cribb y, despues de lidiar con un recien llegado, a un tipo de Belgica. Bleret, creo. - Bingley no se dio por vencido al ver que Darcy se limitaba a encogerse de hombros-. La Catalani se va a presentar en casa de lady Melbourne; con seguridad ya habras terminado de hacer cuentas para entonces, ?no?
– Estas muy bien informado, Charles -contesto Darcy secamente, y su voz adquirio de repente un inexplicable tono de irritacion-. Por favor, deja tus recomendaciones a Hinchcliffe, y tratare de complacerte tantas veces como pueda.
– ?Tu secretario! Oh, no me atreveria. Creo que no me cuento entre sus favoritos, Darcy.
– ?Acaso Hinchcliffe ha sido impertinente contigo? Lo lamento mucho.
– No te disculpes. -Bingley sonrio al ver la turbacion de su amigo-. Se lo valioso que es Hinchcliffe para ti. Tanto el como Fletcher son muy admirados, ya lo sabes. De hecho, he oido a varios caballeros entre nuestras amistades lamentandose por no haber podido quitarte ni al uno ni al otro. ?Que maravilla de lealtad!
Darcy fruncio el ceno con expresion culpable al oir las palabras de Bingley y miro por la ventana. El coche entro en Grosvenor Square y se detuvo con suavidad frente a Erewile House.
– Ademas, probablemente es un gran honor ser despreciado por Hinchcliffe. Por otro lado, si el alguna vez descubre que fui yo quien lo ha delatado, me negara los servicios del sobrino que esta instruyendo. Asi que no digas nada, te lo ruego.
Darcy solto un grunido en senal de aceptacion y comenzo a organizar su maletin de viaje para que lo introdujeran en la casa. Un lacayo abrio la puerta del coche. Tras el, con una lampara en la mano, estaba el venerable mayordomo de Erewile House, con una expresion que reflejaba una mezcla de alivio y deferencia.
– Senor Darcy. ?Que alegria tenerlo en casa!
– Gracias, Witcher -respondio Darcy al bajar del coche-, pero usted no deberia estar aqui con este frio, buen hombre.
– Gracias, senor, pero la senora Witcher estaba tan segura de que el tiempo empeoraria antes de que usted llegara, que solo se quedara tranquila si yo le digo que usted esta bien.
– Entonces quiero que vaya y le informe enseguida de que he llegado bien. El lacayo puede ocuparse de lo que se necesite. -Darcy se volvio hacia la puerta del coche-. Bingley, no te retrasare mas. ?Manana a las ocho?
– A las ocho.
Darcy asintio con la cabeza y el lacayo cerro la portezuela. Subio las escaleras mientras el coche de Bingley arrancaba y en segundos entro en el calido y acogedor vestibulo de su casa de Londres.
– Disculpeme, senor, pero el senor Fletcher desea saber si usted quiere tomar un bano antes de cenar. - Witcher se le acerco desde atras para ayudarlo a quitarse la chaqueta, el sombrero y los guantes-.
– Puede decirle a Fletcher que un bano es una excelente idea. Y la cena en hora y media me complaceria enormemente.
– Muy bien, senor. ?Y el ponche, senor?
– Ya voy para la biblioteca. Gracias, Witcher.
– Senor Darcy. -Witcher se inclino mientras su amo comenzaba a subir las escaleras hacia su refugio. Al entrar, Darcy encontro el fuego ardiendo en la chimenea y el ponche prometido en una bandeja al lado de su sillon favorito. Una rapida mirada a la brunida tapa de su escritorio dejo ver su libro de citas y la correspondencia cuidadosamente organizada y anotada con la clara letra de Hinchcliffe. Sus libros ya habian sido desempaquetados y reposaban en espera de su atencion sobre el estante reservado a lo que estaba leyendo en el momento.
Todo estaba como deberia estar. Con un suspiro, se acerco a la botella de licor. Se sirvio una buena cantidad en el vaso que estaba sobre la bandeja y apago la vela antes de acomodarse en el sillon junto a la chimenea y poner los pies sobre el escabel. Le dio un largo sorbo a su bebida y, cerrando los ojos, se recosto. Trato con todas