– ?Supongo que no seria sobre su comportamiento conmigo! ?Darcy!
– No, no… sobre su sobrino. Estara preparado para presentarse ante ti en unos pocos meses; Hinchcliffe me ha dado su palabra. -Ya habian llegado al vestibulo y Witcher sostenia el sombrero, el abrigo y los guantes de Bingley.
– Gracias, Darcy. -Bingley logro esbozar una sonrisa que, aunque discreta, sorprendio a Darcy por su sinceridad-. Agradezco inmensamente tu apoyo en esto. Siempre has sido un buen amigo.
Darcy no espero a que la gigantesca puerta principal terminara de cerrarse para dar media vuelta y buscar nuevamente el refugio de su biblioteca. Casi se desploma en la silla. Permanecio alli inmovil, y ni siquiera se inmuto cuando un criado entro en silencio para atizar el fuego de la chimenea.
La repentina necesidad de
Darcy lanzo una estocada. Su oponente imaginario esquivo el movimiento. Volvio a atacar. Esta vez el golpe fue esquivado, pero el oponente lanzo un rapido contragolpe. Levanto el estoque para bloquear el ataque, luego doblo la muneca y uso el filo para desequilibrar a su enemigo. No tuvo exito. Bloquear… bloquear otra vez, atacar. Darcy solto una carcajada.
La llama de la lampara se reflejaba de manera intermitente sobre la espada, mientras Darcy practicaba las formas clasicas de avance y retroceso. Adelante y atras sobre la pista a oscuras, Darcy persiguio, acecho y otras veces se enfrento a su enemigo imaginario, hasta que unas gotas de sudor aparecieron en su frente y el brazo que sostenia el estoque sucumbio al peso del arma. Con un movimiento final en forma de arco, levanto el estoque a manera de saludo y, haciendo una inclinacion, le presento sus respetos a la oscuridad que le sirvio de contrincante.
Sintiendo un agudo dolor en los costados, agarro la lampara, se deslizo en silencio por el corredor y devolvio la lampara y el estoque a la biblioteca. Volvio a colocar el arma en la vitrina y recogio su ropa. A pesar de que estaba cansado, sabia que todavia no se sentia preparado para sucumbir al sueno.
Capitulo 12
Con su acostumbrada precision, Darcy estampo su firma en el ultimo documento de negocios que esperaba encontrar antes de marcharse de Londres para pasar la Navidad en Pemberley, y se lo entrego a Hinchcliffe para que le echara la arenilla secante y lo sellara. ?Por fin estaba libre de los aspectos tediosos de su regreso a la ciudad y podia dedicar su atencion a actividades mas placenteras! Aunque, en realidad, la velada de esa noche en casa de lord y lady Melbourne en Whitehall no respondia exactamente a todo lo que el consideraba placentero, reconocio para sus adentros, mientras cerraba los libros de contabilidad. Unicamente la muy anunciada aparicion de la Catalani podia haberlo convencido de aceptar una de las invitaciones de lady Melbourne, porque, en general, el siempre seguia el consejo que le habia dado a Bingley y evitaba al grupo de esa dama tanto como era posible.
La manera en que lady Melbourne alentaba las excentricidades del principe regente no era la unica razon para que Darcy mantuviera una actitud distante. Los rumores sobre las intrigas y las irregularidades que ocurrian dentro de las paredes de Melbourne House se remontaban a treinta anos atras, hasta el nacimiento del heredero del vizconde, y llegaban hasta la actualidad en forma de chismes sobre la escandalosa conducta de la nueva esposa del heredero. Darcy habia estado presente en la boda del honorable William Lamb con lady Caroline Ponsonby, durante una de sus escasas visitas a la ciudad mientras su padre estaba enfermo. Consideraba a Lamb como un buen tipo, sensato en su objetivo de seguir una carrera politica y de un caracter mas serio de lo que podian esperar sus electores a juzgar por sus antecedentes. Pero su matrimonio con lady Caroline, que ya era conocida por una conducta poco convencional, fue, en opinion de Darcy, una imprudencia. En esto Darcy habia tenido mucha razon, y mientras asentia para autorizar a Hinchcliffe a guardar los libros, penso en cual de las dos damas tendria mas probabilidades de dar un espectaculo esa noche: ?la temperamental diva o la impredecible lady Caroline?
– Otro buen dia de trabajo, Hinchcliffe -le dijo Darcy a su secretario en tono elogioso-. Usted ha supervisado todo de manera admirable. Nunca podria haber conseguido tantas cosas sin contar antes con su atencion.
– Un placer, senor -respondio el sombrio secretario, bajando ligeramente los ojos-. ?Ya ha fijado fecha para su partida hacia Pemberley, senor? Me gustaria empezar a disponerlo todo.
– El martes 17, creo, si logro ver a Lawrence el lunes. ?Ya hemos recibido respuesta a mi solicitud?
– Llego esta tarde, senor Darcy. -Hinchcliffe abrio su omnipresente carpeta de cuero, extrajo una nota un poco arrugada y manchada de pintura y leyo: «El senor Thomas Lawrence tendra el gusto de recibir al senor Fitzwilliam Darcy a las dos y media el lunes 16 de diciembre, en su residencia, Cavendish Square»-. ?Envio confirmacion, senor?
– Si, hagalo. Si mi entrevista sale bien y el esta de acuerdo, Lawrence hara un retrato de la senorita Darcy cuando ella venga a Londres conmigo en enero. -Darcy sonrio al ver la expresion de sorpresa de Hinchcliffe-. De hecho, tengo total confianza en que podre convencerla de que venga conmigo. No para la temporada social, claro, es demasiado joven, pero habra reuniones suficientemente tranquilas, operas y obras de teatro y… -anadio en voz baja despues de hacer una pausa-: y sera estupendo tenerla entre nosotros, ?no es asi?
– Asi sera, en efecto, senor Darcy. -La expresion de ternura que cruzo fugazmente por el rostro de Hinchcliffe confirmo lo que Darcy sabia desde hacia anos. El podia estar seguro de la lealtad de su secretario, pero la depositaria de la devocion de Hinchcliffe era su hermana, que habia nacido el mismo ano en que el entro a trabajar para la familia.
El reloj de la biblioteca dio las cuatro, y como si estuviera planeado, Witcher abrio la puerta en ese momento, pero no para hacer el esperado anuncio de que el te estaba listo.
– Senor Darcy, lord Dyfed Brougham esta aqui para…
– Si, si, estoy aqui para verte, Fitz; y se que estas en casa. No trates de deshacerte de mi con algun cuento chino, ?porque se que estas aqui! -La elegante e imponente figura de lord Brougham invadio el umbral de la puerta y luego paso junto al mayordomo-. Buen intento, Witcher, pero Fitz me recibira, ?no es asi, viejo amigo? - le dijo a Darcy con una sonrisa triunfal.
– Dy, ?no tienes nada mejor que hacer que perturbar a mis empleados? -Darcy sacudio la cabeza al dirigirse a su viejo amigo de la universidad.