podia aguardar, seguir en movimiento, esperar el momento oportuno.
Por Canon Drive hasta Elevado, por Comstock hasta Hillcrest y Santa Monica, y de regreso: una vigilancia inmovil era una invitacion a que los ubicuos policias de Beverly Hills lo sorprendieran fuera de su jurisdiccion disponiendose a cometer un delito de cierta magnitud. Cada vez que rodeaba la casa imaginaba mas horrores dentro: Loftis y su propio hijo, un cuchillazo para la parte de Mal que vivia para proteger a Stefan. A las dos horas de dar vueltas estaba mareado, habia llamado a la secretaria de Meeks para dejar un mensaje: nos vemos en Canon Drive. Pero el Cadillac de Buzz no habia aparecido y Mal estaba perdiendo la paciencia.
Santa Monica y de vuelta a Canon Drive. Mal vio a un repartidor que arrojaba periodicos a los porches y jardines, tuvo una idea, freno a tres casas de Claire y acomodo el espejo retrovisor para enfocar bien el porche. El chico arrojo el bulto, que choco contra la puerta; esta se abrio y un brazo androgino recogio el periodico. Si ya no lo sabian, lo sabrian pronto. Y si tenian mas cerebro que miedo, pensarian en Chaz.
Paso un lento minuto. Mal se movio con impaciencia y encontro un viejo sueter en el asiento trasero: ideal para romper una ventana a punetazos. Otros lentos segundos, y Claire y Loftis corrieron hacia el Lincoln aparcado en la calzada. Claire se puso al volante, Loftis se sento junto a ella; el coche retrocedio y viro hacia el sur: hacia la casa de Minear.
Mal se dirigio hacia la casa: un hombre alto, respetable y trajeado que llevaba un sueter plegado en la mano. Vio una ventana junto a la puerta, le dio un punetazo, metio la mano y manipulo el cerrojo. La puerta se abrio; Mal entro, cerro la puerta y echo el pestillo.
Habia por lo menos quince habitaciones para registrar. Mal penso: vestidores, estudios, lugares con escritorios. Fue hacia el escritorio que habia junto a la escalera. Extrajo media docena de cajones, hurgo en un armario cercano, buscando carpetas y papeles mientras miraba.
Ningun botin.
Regreso a la parte trasera de la casa, dos armarios mas. Aspiradoras, escobas, abrigos de vison, una plegaria a su viejo Dios presbiteriano: que no esten guardados en una caja fuerte. Un estudio junto a un cuarto de bano: biblioteca, escritorio. Ocho cajones de sastre: guiones de cine, papeles con membrete, documentos personales de Loftis, ningun fondo falso ni compartimiento secreto.
Mal salio de esa habitacion por una puerta lateral y olio cafe. Siguio el aroma hasta una amplia sala con una pantalla de cine y un proyector. Una mesa con una cafetera y papeles esparcidos, dos sillas, como en un estudio. Se acerco, se puso a leer y comprendio hasta que punto podria haber sido bueno Danny Upshaw.
El chico analizaba con rigor, pensaba con inteligencia, escribia con claridad. Habria resuelto facilmente los cuatro homicidios si el Departamento de Policia le hubiera concedido un par de dias mas. Todo estaba alli, en su primer informe, pagina tres, su segundo testigo presencial del secuestro de Goines. Claire y Reynolds habian marcado el dato con un circulo, confirmando lo que decia Minear: trataban de hallar al hijo de Loftis.
Pagina tres.
Testigo presencial Coleman Healy, interrogado por Danny Upshaw el primer dia que trabajaba en el caso.
Tenia casi treinta anos, la edad que correspondia. Segun la descripcion, era alto, delgado y llevaba barba, que indudablemente era postiza y se la quitaba cuando fingia ser su padre-amante. Habia oido y confirmado la descripcion hecha por un camarero, anadiendo que el hombre era maduro. Era el primer testigo -y el unico, segun Jack Shortell- que habia identificado a Martin Goines como homosexual, la primera pista homosexual de Upshaw al margen de las mutilaciones. Coleman con maquillaje pareceria maduro; si todo ello se relacionaba con los mechones de pelo plateado hallados por el doctor Layman junto al rio Los Angeles, se tenia a Coleman Masskie- Loftis Healy asesinando por su propia sed de sangre y por el vago deseo de vengarse de Reynolds, violador incestuoso.
Pero algo no encajaba: Danny habia interrogado a Coleman y habia conocido a Reynolds. ?Por que no habia captado su obvia semejanza?
Mal examino el resto del informe, sintiendo que el chico le daba impulso. Todo era perfectamente logico y audazmente inteligente: Danny empezaba a captar como funcionaba la psicologia del asesino. Habia un informe de seis paginas sobre su irrupcion en Tamarind 2307: era cierto, habia mandado al cuerno las restricciones jurisdiccionales; temia que el Departamento de Policia lo echara a perder, asi que no se sometio al detector de mentiras que lo habria revelado como inocente por lo de Niles, y prefirio tomar un tren nocturno. Junto con los informes habia fotografias donde aparecian dibujos hechos con sangre; Danny mismo las debia de haber tomado, y se habia arriesgado a hacer un analisis forense en territorio enemigo. Mal advirtio que se le humedecian los ojos, se vio solucionando el caso de Ellis Loew con las pruebas de Danny, cobrando fama gracias a ello. El Asesino Gloton en la camara de gas, enviado alli por ambos y por el mas improbable companero que habia tenido un oficial de policia: Buzz Meeks.
Mal se seco las lagrimas, apilo cuidadosamente las paginas y fotografias. Vio una letra de mujer en los margenes de una lista de individuos interrogados en el distrito negro: hoteles del Southside, con clubes de jazz cotejados con las notas de Danny. Se guardo esa pagina en el bolsillo, recogio el resto de los informes y se dirigio hacia la puerta principal. Al correr el pestillo, oyo una llave entrando en la cerradura; echo el pestillo, como Danny Upshaw en la calle Tamarind.
Claire y Loftis estaban en el porche; observaron el cristal roto y descubrieron a Mal con el fajo de papeles.
– Rompio usted nuestro trato -dijo Claire.
– Al diablo con el trato.
– Yo iba a matarlo. Al fin comprendi que no habia otra solucion.
Mal vio una bolsa de comestibles en los brazos de Loftis. Comprendio que no habian tenido tiempo de ver a Minear.
– ?Por la justicia? ?La justicia popular?
– Acabamos de hablar con nuestro abogado. Dijo que usted no tiene forma de acusarnos de homicidio.
Mal miro a Loftis.
– Todo saldra a la luz. Usted y Coleman, todo. El gran jurado y el juicio de Coleman.
Loftis se puso detras de Claire, la cabeza gacha. Mal miro hacia la calle y vio a Buzz bajando del coche. Claire abrazo a su prometido.
– Vayan a cuidar de Chaz -mascullo Mal-. Mato a un hombre por ustedes.
40
Viajaron hasta el distrito negro en el coche de Mal, con la lista de proveedores de heroina de Lux y la lista de Danny-Claire sujetas al salpicadero. Mal conducia; Buzz se preguntaba si habria matado al cirujano plastico de las estrellas; los dos hablaron.
Buzz conto las novedades primero: Mary Margaret y su desmayo confirmativo, todo sobre Lux menos la crucifixion. Le explico la operacion de Coleman, un ardid para mantenerlo a salvo de Dudley y satisfacer los deseos del padre; que Lux habia informado a Gordean sobre el incesto con propositos extorsivos; la historia de la cara quemada como artimana para ocultar la perversion ante los amigos izquierdistas de Loftis; los vendajes solo formaban parte del proceso postoperatorio. Buzz guardo para el final el episodio en que Lux destrozaba la cara de Coleman; Mal solto una exclamacion y aprovecho para mencionar al saxofonista Healy, interrogado por Danny Upshaw en Ano Nuevo. Por eso el chico no habia captado la perfecta semejanza entre Loftis y Coleman: ya no existia.
A partir de ahi, Mal hablo de Coleman. Este habia revelado que Martin Goines era invertido y habia enfatizado que el hombre era alto y canoso. Coleman llevaba una peluca gris y tal vez maquillaje cuando atacaba a sus victimas, y se habia afeitado la barba despues de hablar con Upshaw. Loftis y Claire habian pedido a Mondo Lopez que robara los archivos de Danny cuando descubrieron que estaba trabajando en los asesinatos: Juan Duarte lo habia identificado como policia. Mal relato el interrogatorio de Minear: Coleman era el tercer vertice del triangulo amoroso del 42-44, Chaz habia matado el chantajista Gordean para redimirse ante Claire y Loftis, y la pareja estaba buscando a Coleman. Y ambos convenian en que Martin Goines, viejo amigo de Coleman, era tal vez una victima de las circunstancias: estaba alli cuando el hombre-rata tenia que matar. Las victimas dos, tres y cuatro