UPSHAW, CONSODINE, MEEKS

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De nuevo era policia, contratado y pagado, actuando con veteranos. La bonificacion de Howard lo habia liberado de su deuda con Leotis Dineen, y si el gran jurado lograba echar a la UAES de los estudios el seria rico. Tenia las llaves de la casa de Ellis Loew y contaba con secretarios de la ciudad que se encargarian alli del trabajo de mecanografiado y archivo. Tenia una lista de rojos no tocados por jurados anteriores. Y tenia la gran lista: jerarcas de la UAES a quienes ensuciar con mugre criminal, sin abordajes directos ahora que se valian de francos subterfugios, pues los periodicos habian publicado articulos donde se afirmaba que la investigacion habia concluido. Una hora antes habia ordenado a su secretaria que llamara a su contacto local con los federales, a Circulacion y Registros de la ciudad y el condado y a las oficinas de registros penales de California, Nevada, Arizona y Oregon, pidiendo informes sobre arrestos acerca de Claire de Haven, Morton Ziffkin, Chaz Minear, Reynolds Loftis y tres pachucos sospechosos: Mondo Lopez, Sammy Benavides y Juan Duarte, cuyos nombres aparecian con asteriscos que los calificaban como «conocidos miembros de bandas juveniles». El encargado de delincuencia juvenil de Hollenbeck era el unico que habia respondido a la llamada; decia que los tres eran manzanas podridas, miembros de una banda mexicana a principios de los 40, antes de largarse y «politizarse». Los Angeles Este seria su primera parada, en cuanto su secretaria le comunicara las demas respuestas a las llamadas.

Buzz examino su oficina buscando algo con que matar el tiempo, vio el Mirror en el felpudo y lo cogio. Busco la pagina editorial y alli descubrio una nota firmada por Victor Reisel, menos de veinticuatro horas despues de que el cornudo Mal le hubiera expuesto su plan a Loew.

El titulo era «Rojos, 1 – Ciudad de Los Angeles, O. Tres expulsados, ningun testigo en la base». Buzz leyo:

Todo se redujo a dinero, el comun denominador que todo lo iguala. Se preparaba un gran jurado, un importante gran jurado que habria tenido tanto alcance como las audiencias del Comite de Actividades Antiamericanas Internas de 1947. Una vez mas se iba a indagar el acecho comunista en la industria cinematografica, esta vez dentro del contexto de los problemas laborales de la ciudad de Los Angeles.

La Alianza Unida de Extras y Tramoyistas (UAES) actualmente tiene contratos con varios estudios de Hollywood. El sindicato esta plagado de comunistas y «camaradas». La UAES esta planteando exigencias contractuales exorbitantes, y un grupo local de Transportistas al que le gustaria tener la oportunidad de llegar a un acuerdo amistoso con los estudios y realizar el trabajo de la UAES por salarios y beneficios razonables organiza piquetes contra ellos. Dinero. La UAES aboga implicitamente por el fin del sistema capitalista pero quiere mas dinero. Los Transportistas, sin compromiso ideologico, quieren demostrar su empeno trabajando por sueldos que los anticapitalistas desprecian. Hollywood, el mundo del espectaculo: un mundo loco.

Locura 1: La mayoria de las peliculas prosovieticas realizadas a principios de los 40 tenian guiones escritos por miembros del llamado Monopolio de Cerebros de la UAES.

Locura 2: Los miembros del Monopolio de Cerebros de la UAES pertenecen a un total de 41 organizaciones que la Fiscalia General del Estado ha calificado de organos comunistas.

Locura 3: La UAES quiere mas de ese sucio dinero capitalista, los Transportistas quieren empleos para su gente, varios patriotas de la Fiscalia de Distrito de Los Angeles tenian la mision de reunir pruebas para que un gran jurado indagara hasta donde llegaba la influencia de esos adoradores del dinero en el mundo del cine. Afrontemoslo: Hollywood constituye una herramienta propagandistica insuperable, y los comunistas son el enemigo mas sutil y mas cruelmente inteligente con que jamas se ha enfrentado Estados Unidos. Logrado el acceso al cine y a su presencia en nuestra vida cotidiana, comunistas bien situados podrian sembrar incesantes y cancerosas semillas de traicion: sutiles satiras y ataques contra Estados Unidos, inyectados subliminalmente para que el publico y los cineastas bien intencionados no supieran que les lavaban el cerebro. Los hombres del fiscal de distrito establecieron contacto con varios subversivos, y se proponian que admitieran sus errores y se presentaran como testigos, pero el dinero -el comun denominador que todo lo iguala-asomo su cabeza para brindar socorro y alivio al enemigo.

El teniente Malcolm Considine, de la Oficina de Investigaciones de la Fiscalia, declaro: «La ciudad nos habia prometido dinero, luego se echo atras. Nos falta personal y ahora carecemos de fondos, y una larga lista de asuntos criminales conspira contra el tiempo que necesitamos. Podriamos comenzar a reunir mas pruebas en el ano fiscal 51 o 52, pero ?cuanto habran penetrado los comunistas en nuestra cultura para entonces?»

Cuanto, esa es la pregunta. El teniente Dudley Smith, del Departamento de Policia de Los Angeles, companero del teniente Considine en esta, lamentablemente, breve empresa, declaro: «Si, y todo se redujo a dinero. La ciudad tiene poco, y seria inmoral e ilegal buscar financiacion exterior. Los rojos no tienen escrupulos en explotar el sistema capitalista, mientras que nosotros nos atenemos a sus reglas, aceptando los defectos inherentes a una filosofia por lo demas justa y humanitaria. Esta es la diferencia entre ellos y nosotros. Ellos se rigen por la ley de la selva, nosotros no la aceptamos porque amamos la paz.»

Rojos, 1; la ciudad de Los Angeles y el publico amante del cine, O.

Un mundo loco.

Buzz dejo el periodico, recordando al loco Dudley en el 38: casi habia matado a un negro drogadicto a golpes de manopla por haberle babeado el abrigo de cachemira con que lo habia sobornado Ben Siegel. Llamo por el interfono.

– Carino, ?alguna respuesta a esas llamadas?

– Aun estoy a la espera, senor Meeks.

– Ire a Los Angeles Este. Deja los mensajes en mi escritorio, por favor.

– Si, senor.

Era una manana fresca que amenazaba lluvia. Buzz tomo por Olympic, desde Hughes Aircraft hasta Boyle Heights con un minimo de semaforos en rojo, sin paisajes bonitos, tiempo para pensar. La calibre 38 que llevaba encima le formaba extranos pliegues en los michelines; su tarjeta de identificacion y el numero de Racing Form le deformaban los bolsillos como un lastre que lo obligaba a tirar de la entrepierna para equilibrar el peso. Benavides, Lopez y Duarte habian pertenecido a las bandas White Fence, Flats de la calle Uno o Apaches; los mexicanos de los Heights ansiaban portarse como buenos americanos y le darian buena informacion. Ademas, la idea lo aburria.

Sabia por que: hacia anos que no estaba con una mujer que no fuera una ramera o una actriz de segunda categoria ansiosa de llegar a Howard. Audrey Anders lo tenia a mal traer, al extremo de que aun su magnifico trato con la Fiscalia perdia importancia. Apostar con Leotis Dineen era estupido; perseguir a Audrey era estupido pero significaba algo: una razon para dejar de atiborrarse de bistecs, platos gratinados y pastel de melocotones y perder unos cuantos kilos para que sus trajes de calidad le sentaran bien, aunque ambos nunca podrian verse en publico.

El paisaje iba y venia; la mujer permanecia. Buzz trato de concentrarse en el trabajo. Viro al norte en Soto, internandose en las laderas escalonadas de Boyle Heights. Los judios habian cedido el vecindario a los mexicanos antes de la guerra; Brooklyn Avenue habia cambiado el olor a pastrami y pollo por el de maiz y cerdo frito. La sinagoga de Hollenbeck Park era ahora una iglesia catolica; los viejos con gorros que jugaban al ajedrez bajo los turbintos habian sido reemplazados por pachucos con pantalones color caqui: arrogantes y acicalados, caminaban con un contoneo y hablaban como convictos. Buzz rodeo el parque, observandolos y sacando conclusiones: hombres en paro, poco mas de veinte anos, quiza vendiendo cigarrillos de marihuana de cincuenta centimos y cobrando proteccion a los comerciantes judios demasiado pobres para mudarse al nuevo canon kosher de Beverly y Fairfax. White Fence, Flats o Apaches, con tatuajes que los identificaban entre el pulgar y el indice izquierdo. Peligrosos cuando los excitaban el mescal, la

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