– ?Chaz Minear, Reynolds Loftis?

Acierto en «Loftis»: Lux tenso los musculos de la cara y los distendio en una sonrisa falsa.

– No, no eran ellos.

– Pamplinas -exclamo Buzz-. Di lo que sabes.

Lux se encogio de hombros: falso.

– Claire me gustaba, y tambien le gustaba a Loftis. Senti celos. Cuando lo mencionaste, lo recorde todo.

Buzz rio: su recurso patentado contra las mentiras.

– Mas pamplinas. A ti solo te gusta el dinero, asi que dime algo mas convincente.

El medico saco su escalpelo y se tamborileo la pierna con el.

– Bien, probemos con esto. Loftis compraba heroina para Claire, lo cual no me agradaba. Queria que ella dependiera de mi. ?Satisfecho?

Una manana fructifera: una adicta que follaba con mexicanos, Benavides probable violador de ninas, Loftis vendiendo H mayuscula a una camarada.

– ?A quien le compraba el?

– No lo se. De veras.

– ?Tienes algun otro dato util?

– No. ?Tu tienes alguna chica rechazada por Howard para animar la clinica?

– Te vere en la iglesia, doc.

Un monton de mensajes le esperaba en la oficina, resultados parciales de las averiguaciones telefonicas de la secretaria. Buzz los hojeo.

Predominaban los datos de rutina junto con algunas noticias consabidas sobre los mexicanos: asociacion ilicita, ataques violentos, palizas, encierros en reformatorios. Ningun dato sexual sobre Samuel Tomas Ignacio Benavides, el «diablo encarnado»; ningun dato politico sobre ninguno de los tres ex miembros de bandas de White Fence. Buzz miro el ultimo mensaje: la respuesta del Departamento de Policia de Santa Monica.

Senor Meeks:

3/44 R. Loftis y otro hombre, Charles (Eddington) Hartshorn, nacido el 6/9/1897, fueron interrogados durante la redada de Antivicio en un bar de pervertidos de Santa Monica (Knight in Armor, Lincoln Sur 1684, S. M.) Esto consta en una ficha de interrogatorios. De Circulacion y Registros sobre Hartshorn: ningun antecedente criminal, ninguna infraccion de transito, abogado. Residencia: Rimpau Sur 419, Los Angeles. Espero que esto sirva de ayuda. – Lois.

Rimpau Sur 419 estaba en Hancock Park: distrito de lujo, fortuna tradicional; Reynolds Loftis estaba liado con Claire de Haven, y ahora parecia que jugaba con dos barajas. Buzz se paso una maquina de afeitar electrica por la cara, se puso colonia en los sobacos y se quito un resto de pastel de la corbata. Los ricachones siempre lo ponian nervioso; ricachon y maricon era una combinacion con la que nunca habia trabajado.

Siguio recordando a Audrey Anders durante el viaje; fingio que su Old Spice era el Chanel n? 5 de Audrey en los sitios apropiados. El 419 de Rimpau Sur era una mansion espanola en cuyo frente habia una gran extension de cesped con arriates de rosas. Buzz aparco y llamo al timbre, esperando que Hartshorn estuviera solo: ningun testigo si las cosas se ponian feas.

Se abrio una mirilla, luego la puerta. Una apetitosa rubia de unos veinticinco anos tenia la mano en el picaporte, pulcritud intachable en falda de tartan y blusa rosa y abrochada.

– Hola. ?Es usted el agente de seguros que viene a ver a papa?

Buzz cubrio con la chaqueta la culata de la 38.

– Si, soy yo. En privado, por favor. A ningun hombre le gusta discutir asuntos tan serios en presencia de su familia.

La muchacha asintio, lo condujo a traves del vestibulo hasta un estudio repleto de libros y lo dejo alli, con la puerta entreabierta. Buzz vio un mueble bar y penso en tomar una copa. Un trago de media tarde daria cierto encanto a la situacion. Pero una voz lo interrumpio.

– Phil, ?a que viene esto de verme «en privado»?

Un hombre bajo, regordete y calvo acababa de abrir la puerta. Buzz le mostro la placa.

– ?Que es esto?-dijo el hombre.

– Fiscalia de Distrito, senor Hartshorn. Solo quise evitar un mal rato a su familia.

Charles Hartshorn cerro la puerta y se apoyo en ella.

– ?Es por Duane Lindenaur?

Buzz quedo desconcertado por el nombre, luego recordo la edicion vespertina de Tattler: Lindenaur era una victima de los asesinatos de homosexuales de que le habia hablado Dudley Smith, el caso en que trabajaba ese detective que acababan de reclutar.

– No, senor. Estoy con la Division del Gran Jurado, y estamos investigando a la Policia de Santa Monica. Necesitamos saber si lo maltrataron cuando registraron el Knight in Armor en el 44.

Las venas palpitaron en la frente de Hartshorn. Hablo con fria voz de picapleitos.

– No le creo. Duane Lindenaur intento extorsionarme hace nueve anos con afirmaciones falsas que pretendia comunicar a mi familia. Le hice frente por la via legal, y hace unos dias lei que lo habian asesinado. Temi que apareciera la policia, y ahora se presenta usted. ?Soy sospechoso de la muerte de Lindenaur?

– No lo se ni me importa -replico-. Esto es por la Policia de Santa Monica.

– No, no lo es. Esto es por las falsas afirmaciones que Duane Lindenaur hizo contra mi y mi desdichada presencia en un bar donde se encontraban algunas personas poco respetables cuando lo registro la policia. Tengo una coartada para la hora de la muerte de Duane Lindenaur y los otros hombres segun la estiman los periodicos, y quiero corroborarla sin implicar a mi familia. Si usted cuenta una sola palabra a mi esposa y a mi hija, perdera la insignia y la cabeza. ?Comprende?

El tono del abogado parecia mas tranquilo, pero su rostro era un nudo de nervios. Buzz recurrio de nuevo a la diplomacia.

– Reynolds Loftis, senor Hartshorn. Lo arrestaron con usted. Digame que sabe sobre el y le dire al detective que trabaja en el caso Lindenaur que lo deje en paz, que usted tiene una coartada. ?Le parece bien?

Hartshorn se cruzo de brazos.

– No conozco a ningun Reynolds Loftis y no hago tratos con polizontes que apestan a colonia barata. Larguese de mi casa.

Hartshorn estaba muy nervioso. Buzz fue hasta el mueble bar, lleno un vaso de whisky y se lo ofrecio al abogado.

– Para tus nervios, Charlie. No quiero que sufras un ataque cardiaco.

– ?Larguese de mi casa, gusano!

Buzz dejo el vaso, aferro a Hartshorn por el cuello y lo aplasto contra la pared.

– Estas tratando mal a la persona equivocada, abogado. No te conviene joderme los planes. Voy a explicarte la situacion: o me hablas de ti y Reynolds Loftis o voy al salon y le cuento a tu hijita que papa chupa vergas en el servicio de caballeros de Westlake Park y le dan por el culo en Selma y Las Palmas. Y si le dices una palabra a alguien, saldras en Confidential follando negros. ?Entiendes?

Hartshorn estaba rojo como la grana y al borde de las lagrimas. Buzz le solto el cuello, vio la huella de una manaza y cerro esa manaza en un puno. Hartshorn camino hasta el mueble bar y cogio la botella de whisky. Buzz giro hacia la pared, conteniendo el punetazo en el ultimo momento.

– Canta lo de Loftis, maldicion. Ponmelo facil, asi podre largarme de aqui.

Se oyo un tintineo de vidrio, seguido por un suspiro y un silencio. Buzz miro la pared. Hartshorn hablo con voz hueca y muerta.

– Reynolds y yo solo tuvimos… una aventura. Nos conocimos en la fiesta que organizaba un belga, un director de cine. El hombre estaba muy en boga, y organizaba muchas fiestas en clubes para la gente como nosotros… como el. Lo de Reynolds nunca fue serio porque el salia con un guionista, y habia un tercer hombre entre ambos. Yo era un extrano… asi que nunca…

Buzz dio media vuelta y vio a Hartshorn derrumbado en una silla, entibiandose las manos con un vaso de whisky.

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