– Claire, estan los fascistas y nosotros, y estamos tu y yo. ?Por que siempre complicas las cosas?
Considine, con voz de
– «Sabes que soy capaz de devorarte.»
– Me encantan tus dientes.
– «Me encantan tus ojos.»
– Claire, ?estamos peleando contra los fascistas o siguiendo un curso de fisiologia?
– «Cuando tengas cuarenta, yo tendre cincuenta y tres. ?Aun me querras entonces?»
Danny, remedando la voz insinuante de Considine:
– Estaremos juntos bailando en Moscu, carino.
– No te muestres tan satirico con el aspecto politico. No se si ella tendra tanto sentido del humor sobre el asunto. Hablemos de sexo. «Es maravilloso hacerlo contigo.»
– Las otras solo eran chicas, Claire. Tu eres mi primera mujer.
– «?Cuantas veces has dicho esa frase?»
Risa desdenosa, como la de un policia mujeriego que conocia.
– Cada vez que he dormido con una mujer de mas de treinta y cinco.
– «?Ha habido muchas?»
– Solo unos miles.
– «La causa necesita hombres como tu.»
– Si hubiera mas mujeres como tu, seriamos millones.
– «?Que significa eso?»
– Que me gustas de verdad, Claire.
– «?Por que?»
– Bebes como un hombre, dominas a Marx al dedillo y tienes unas piernas sensacionales.
Dudley Smith empezo a aplaudir, Danny abrio los ojos y noto que estaban turbios. Mal Considine sonrio.
– Claire tiene piernas sensacionales, en efecto. Ve a ver al barbero, agente. Te vere a medianoche.
El barbero del alcalde Bowron dio al severo peinado de Danny una forma Pompadour que le modifico los rasgos. Antes parecia lo que era: un anglosajon de pelo y ojos oscuros, un policia que usaba trajes o alguna combinacion de chaqueta con pantalones. Ahora tenia un aspecto ligeramente bohemio, algo latino, mas informal. El nuevo corte de pelo contrastaba abruptamente con el atuendo; cualquier policia que no lo conociera y le viera el bulto del arma en el sobaco izquierdo lo habria calado en el acto, pensando que se preparaba para alguna mision. Su nuevo aspecto y las chispeantes improvisaciones lo pusieron de buen talante, como si el episodio del Chateau Marmont fuera una extravagancia que se esfumaria para siempre en cuanto le echara el guante a Claire de Haven. Danny se dirigio a la oficina de Hollywood para prepararse para su segundo intento en el Marmont y su primer enfrentamiento con Felix Gordean.
Al entrar, vio ataques contra Mickey Cohen en las paredes: caricaturas donde Mickey metia dinero en los bolsillos del sheriff Biscailuz, azotaba con un latigo a un equipo de perros con el uniforme del Departamento del sheriff, pinchaba el trasero de ciudadanos inocentes con una navaja que le salia del gorro. Danny soporto miradas desdenosas, encontro la sala de archivos y se puso a leer antecedentes de crimenes sexuales. Le daba la mano a la bestia, preparandose para interrogar a Gordean.
Habia seis archivos de carpetas mohosas, llenas de informes y fotos enganchadas en la primera pagina. No estaban ordenadas alfabeticamente, y no seguian ninguna logica relacionada con el codigo penal: homosexualidad con exhibicionismo y abuso de menores, los delitos menores mezclados con los mayores. Danny hojeo los dos primeros casos del archivo superior y comprendio por que el sistema era tan chapucero: los hombres del escuadron no querian ver esos datos lamentables ni pensar en ellos. Consciente de que tenia que mirar, Danny se armo de valor.
Casi todo el material se relacionaba con homosexuales.
La tienda Broadway de Hollywood y Vine tenia un local para hombres en el cuarto piso. Se lo conocia como el Paraiso de la Fellatio. Homosexuales ingeniosos habian abierto agujeros en las paredes de los cuartos de bano, permitiendo a los ocupantes de casillas contiguas la practica de la copula oral. Si alguien aparcaba en un camino del Griffith Park con un panuelo azul atado a la antena de radio, era homosexual. En la esquina de Selma y Las Palmas se reunian ex convictos aficionados a la violacion anal y los efebos. La inscripcion latina de los cigarrillos Pall Mall -
Danny siguio leyendo, aprendiendo. Sintio flojedad en el estomago y en las rodillas. Cuando descubria una fecha de nacimiento entre 1900 y 1910 o un metro ochenta de altura y mas en los antecedentes de un varon blanco, miraba las fotos; todos los hombres que vio le parecieron demasiado feos y pateticos para ser su hombre, y la conclusion demostraba ser correcta cuando examinaba los informes en busca del grupo sanguineo. Thomas Milnes, 1,85, 4/11/07, aficionado a los menores, rogaba a los agentes que le pegaran; Cletus Wardell Hanson, 1,83, 29/4/04, llevaba consigo un taladro electrico para abrir agujeros que le permitieran chupar nuevas vergas, su especialidad eran los servicios de caballeros de los restaurantes. En ocasiones se hacia follar por pandillas enteras, un paquete de cigarrillos cada hombre. Willis Burdette, 1,90, 1/12/1900, un sifilitico que ejercia la prostitucion en la calle, muerto a golpes por media docena de sujetos a quienes habia contagiado la enfermedad. Darryl «Lavanda Azul» Wishnick, 1,80, 10/3/03, organizaba orgias en las colinas que rodeaban el Letrero de Hollywood y se acostaba con ninos bonitos con indumentaria de las fuerzas armadas.
En cuatro horas leyo cuatro archivos. Sintio retortijones de hambre y deseo la copa que habitualmente se tomaba a media tarde. Eso era reconfortante, tambien lo era el nuevo peinado por el que se seguia pasando los dedos, y las nuevas variaciones sobre su nueva personalidad, que esa noche mencionaria a Considine: en su apartamento nada debia parecer establecido puesto que acababa de llegar de Nueva York. Tendria que dejar el arma, las esposas y su placa en casa cuando hiciera de comunista. El contenido de los primeros cuatro cajones no congeniaba con su hombre, no correspondia con el mal trago que habia pasado frente a la ventana de Felix Gordean. Entonces paso al quinto archivador.
Estas fichas guardaban cierto orden. Cada carpeta tenia un sello: «No se instruyeron cargos», «Se retiraron las acusaciones», «Cotejar con futuros arrestos». Danny leyo las primeras. Se trataba de relaciones sexuales entre varones que eran arrestados pero no llegaban a los tribunales: un
Danny sintio un temblor. Los archivos presentaban paginas amarillas gemelas: dos hileras de fotos, ambos implicados en blanco y negro. Miro las paginas buscando fechas de nacimiento y datos fisicos, pero seguia volviendo a las fotos, superponiendolas, jugando con las caras, embelleciendolas, quitandoles ese aire carcelario. Al cabo de media docena de archivos, adquirio un ritmo: un vistazo a las fotos, una ojeada al informe, nuevo vistazo a las fotos y la accion visualizada con versiones embellecidas de los dos reos presentados en la primera pagina. Bocas sobre bocas, bocas sobre entrepiernas, sodomia, fellatio, sesenta y nueve, un trabajo de Camara Humana, Una vocecita que repetia «Es para la investigacion» cuando algun detalle resultaba tan nitido que le revolvia el estomago. Ninguna descripcion de un sujeto maduro y alto que le llamara la atencion; solo esas fotos en rapida sucesion, como breves apariciones.
Colchas humedas de semen.
Un rubio desnudo conteniendo el aliento, las venas de las piernas palpitantes.
Primeros planos de penetraciones desagradables.
«Es para la investigacion.»
Danny desbarato la serie de imagenes. Todas las caras bonitas se volvieron canosas, cuarentonas. Todas eran su asesino. Saber que el asesino solo gozaba causando dolor le ayudo a frenar sus fantasias, Danny recupero el dominio de sus piernas y vio que se habia arrancado un mechon de pelo. Cerro el archivador con