Saco su libreta y miro la lista de preguntas que habia preparado.

– Robos de casas, Vandrich. ?Sabias si George Wiltsie estaba involucrado en el asunto, o conoces a alguien relacionado con Felix Gordean que haga ese trabajo?

Vandrich nego con la cabeza.

– No. Como te decia, George Wiltsie y yo salimos una vez. La charla no era su fuerte, asi que nos limitamos a lo nuestro. Nunca menciono al tal Lindenaur. Lamento que lo hayan matado, pero yo solo compro cosas bonitas en las tiendas. No me asocio con gente que roba en casas.

Danny anoto «No».

– ?Que me dices de dentistas y mecanicos dentales, hombres capaces de fabricar postizos?

Vandrich enseno sus dientes perfectos.

– No. Y no he visitado a un dentista desde la escuela secundaria.

– Un joven, tal vez un chico, con la cara llena de cicatrices, la cara quemada envuelta en vendajes. Robaba casas durante la guerra.

– No. Que asco.

Danny anoto «No» dos veces.

– Estaca cortante. Es un palo largo de madera con una o varias hojas de afeitar en la punta. Es un arma de cuando la guerra, para rasgar los trajes de colores chillones de los mexicanos.

– Doble asco, y asco por los pachucos con trajes de colores chillones en general.

No, no, no, no, subrayados. Danny hizo su pregunta clave.

– Hombres altos, canosos, cuarentones. Pelo canoso y atractivo, fulanos que conocen clubes de jazz, con dinero para comprar droga. Homosexuales que frecuentaban las fiestas de Gordean en tus tiempos.

– No -respondio Vandrich.

Danny paso a una hoja en blanco.

– Este es tu plato fuerte, Cyril. Felix Gordean. Todo lo que sepas, todo lo que hayas oido, todo lo que hayas pensado.

– Felix Gordean es… una… obra… de… arte -dijo Vandrich, arrastrando las palabras-. No sale con hombre, mujer ni bestia, y solo se excita cuando la gente se sincera, cuando admite lo que es, y entonces le brinda sus servicios. Tiene una agencia artistica legal, y conoce a muchos jovenes, tipos sensibles y creativos… y… tienden a ser…

Danny quiso gritar MARICA, PUTO, INVERTIDO, PEDERASTA, y arrojar la inmundicia de los archivos del Escuadron Hollywood por la garganta de Vandrich, para que el la escupiera hacia fuera y Danny pudiera escupir sobre ella. Se acaricio las mangas de la chaqueta y dijo:

– Se excita cuando logra que los demas confiesan que son homosexuales, ?no?

– Pues… si.

– Puedes decirlo, Vandrich. Hace cinco minutos tratabas de coquetear conmigo.

– Es… es una palabra dificil. Es desagradable, clinica y fria.

– Conque Gordean hace que estos homosexuales confiesen. ?Despues que?

– Luego le agrada exhibirlos en sus fiestas y ponerlos en contacto. Les consigue trabajos de actor, luego cobra dinero por presentarlos. A veces celebra fiestas en su casa de la playa y mira por unos espejos. El puede mirar hacia dentro, pero los tipos del dormitorio no pueden ver que hay detras.

Danny recordo su primera incursion en el Marmont: espiando, la entrepierna apretada contra la ventana, meciendose.

– Conque Gordean es miron de maricas, y le gusta ver como follan los invertidos. Veamos esto. ?Lleva registros de su servicio de presentacion?

Vandrich habia apoyado la silla contra la pared.

– No. Por lo menos no los llevaba entonces. Se decia que tenia una excelente memoria, y le aterraba anotar cosas… por temor a la policia. Pero…

– ?Pero que?

– P-pero se… dice que le gusta memorizarlo todo, y una vez le oi decir que su mayor sueno era tener informacion sobre todos sus conocidos y un modo lucrativo de usarla.

– ?Como el chantaje?

– S-si, yo pense en eso.

– ?Crees que Gordean es capaz?

Ningun jadeo, tartamudeo ni titubeo.

– Si.

Danny acaricio el suave cuello de piel, pegajoso de sudor.

– Largate de aqui.

Gordean ocultaba informacion.

La agencia artistica era su sistema para satisfacer su voyeurismo.

Chantaje.

Ninguna reaccion sospechosa de Gordean ante la mencion de Duane Lindenaur, extorsionador; Charles Hartshorn -«bajo y calvo»-quedaba fuera de sospecha por su aspecto, un dato corroborado por los comentarios del sargento Frank Skakel y su advertencia sobre el poder de Hartshorn: el abogado quedaba al margen por el momento. Si Gordean mismo actuaba como extorsionador, lo de Lindenaur era pura coincidencia: los dos hombres se movian en un mundo plagado de victimas del chantaje. La agencia de talentos era el lugar para empezar.

Danny regreso a Los Angeles por la carretera de la costa, con las ventanillas abiertas para quedarse con la cazadora puesta y abrochada. Siguiendo las ordenes de Considine, aparco a tres calles del cuartel de Hollywood y camino el resto del trayecto. Llego a la sala de reuniones a tiempo para su cita del mediodia.

Sus hombres ya estaban alli, sentados en la primera fila de sillas. Mike Breuning y Jack Shortel charlaban y fumaban. Gene Niles estaba a cuatro sillas de distancia, hojeando una pila de documentos. Danny cogio una silla y se sento frente a ellos.

– Aun tiene facha de policia -comento Shortell.

– Si -admitio Breuning-, pero los comunistas no lo notaran. Si fueran tan listos no serian comunistas, ?verdad?

Danny rio.

– Terminemos con esto, Upshaw -dijo Niles-. Tengo mucho que hacer.

Danny saco libreta y pluma.

– Yo tambien. Sargento Shortell, usted primero.

– He hecho mis deberes. Llame a noventa y un talleres dentales, describi nuestro hombre a los encargados y obtuve un total de dieciseis candidatos: tipos raros, con antecedentes. Elimine a nueve por el grupo sanguineo, cuatro estan actualmente en la carcel. Hable con los otros tres. Ninguna pista, y los tres tienen coartadas. Seguire trabajando, y lo llamare si doy con algo.

– De acuerdo -dijo Danny, volviendose a Breuning-. Mike, ?que tienen usted y el sargento Niles?

Breuning consulto un cuaderno.

– No tenemos nada. En cuanto a las mordeduras, consultamos los archivos del Departamento de Policia, el condado y los municipales. Encontramos a un marica negro que le arranco la verga a mordiscos a su amiguito, un gordo rubio con antecedentes de violacion de ninas que muerde a las pequenas y dos fulanos que concuerdan con la descripcion, ambos en Atascadero por asalto con agravantes. En cuanto los bares, nada. Los aficionados a los mordiscos no andan por los bares de homosexuales diciendo: «Muerdo. ?Quieres probar?» Los policias con experiencia en homosexuales con quienes hable lo tomaron a risa. Archivos de Antivicio y delincuentes sexuales, nada. Robo, el mismo resultado. Compare los dos archivos, ninguna coincidencia. El chico de las quemaduras, nada. Habia seis candidatos maduros y canosos, todos bajo custodia o con coartada para las noches de las muertes, con testigos respetables. Los nuevos interrogatorios, cero: ya es historia antigua. El distrito negro, Griffith Park, la zona donde abandonaron a Goines, nada. Nadie vio nada, a nadie le importa un comino. Los soplones, olvidalo. Este tipo es un solitario, y apuesto mi pension a que no se asocia con elementos criminales. Hable personalmente con los tres unicos candidatos que consegui en la Oficina de Libertad Condicional del estado y el condado: dos de ellos eran damiselas y el otro una verdadera joya, un fulano alto y canoso con pinta de predicador que se tiro a tres infantes de Marina durante la guerra y se lubricaba el miembro con pasta de dientes.

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