El hombre respondio con tono compungido.
– Estabamos ayudando a regis… Lo lamento, agente. Deme esos nombres.
– Tengo los numeros y la descripcion de los vehiculos. Usted deme los nombres. Cuatro matriculas de California del 49: DB 6841, GX 1167, QS 3334 y TR 4191. Dese prisa.
– Si, senor -dijo el operador. Hubo un zumbido en la linea, Danny observo la agencia de Felix Gordean. Los segundos se alargaron; el hombre regreso-. Los tengo, agente.
Danny apoyo la libreta en la pared.
– Escucho.
– DB 6841 pertenece a Donald Willis Wachtel, calle Franklin 1638, Santa Monica. GX 1167 pertenece a Timothy James Costigan, calle Saticoy 11692, Van Nuys. En QS 3334 tenemos a Alan Brian Marks, Cuarta Avenida 209, Venice. El TR 4191 es de Augie Luis Duarte, Vendome Norte 1890, Los Angeles. ?Es todo?
Los nombres no le decian nada, aunque el «Duarte» le resultaba familiar. Danny colgo justo cuando se apagaba la luz de la ventana. Corrio a su coche, se puso al volante y espero.
Felix Gordean salio poco despues. Comprobo que la puerta estaba bien cerrada, apago las luces del garaje, retrocedio con el Rolls y viro en redondo para enfilar hacia el oeste por Sunset. Danny conto hasta cinco y lo siguio.
Resultaba facil seguir al Rolls. Gordean conducia con cautela y se mantenia en el carril central. Danny dejo que un coche se interpusiera entre ambos y se guio por la antena de Gordean, una larga vara de metal con una bandera ornamental en la punta. El resplandor de los faros que venian en direccion contraria la destacaba.
Viajaron hacia el oeste. Salieron del Strip y entraron en Beverly Hills. En Linden el coche de en medio viro a la derecha y se dirigio hacia el norte. Danny se acerco a Gordean, rozando el parachoques del Rolls con los faros, luego retrocedio. Dejaron Beverly Hills para entrar en Holmby Hills y Westwood, el trafico era casi nulo. Brentwood, Pacific Palisades, un verdor moteado de casas estilo espanol y terrenos baldios. Sunset Boulevard serpeaba en medio de una oscuridad verde y negruzca. Danny vio el reflejo de unos faros tras el.
Mantuvo la velocidad, los haces se intensificaron y desaparecieron. Miro por el espejo retrovisor, vio luces bajas a tres coches de distancia y a nadie mas en el camino; piso el acelerador y avanzo hasta que el Rolls de Gordean estuvo a menos de un tiro de piedra del morro del Chevy. Otro vistazo por el espejo: un coche detras.
Lo seguian.
Alguien lo vigilaba.
Doble vigilancia.
Danny trago saliva. A la derecha vio una hilera de terrenos desiertos, bordeados de tierra. Viro bruscamente a la derecha, tomo la cuneta de tierra y avanzo por un terreno pedregoso, castigando la parte inferior del Chevy. El otro coche seguia por Sunset, sin luces y a la misma velocidad, viro a la izquierda, puso primera, abandono el camino de tierra para volver al asfalto. Encendio las luces largas; segunda y tercera, apreto el acelerador. Un sedan pardo de posguerra, perdiendo terreno; la matricula enlodada, el conductor tal vez deslumbrado por sus luces.
De pronto el sedan viro a la derecha y tomo por una calle lateral mal iluminada. Danny freno y patino virando en redondo. El coche quedo parado frente al trafico. Se acercaban faros; arranco, salio del camino y avanzo calle arriba dejando atras Sunset y una salva de bocinazos.
Habia bungalows a ambos lados de la calle; un letrero indicaba que el lugar era «La Paloma Drive Norte, 1900». Danny acelero. La calle era cada vez mas empinada y no habia coches en movimiento a la vista. Las luces de las casas le daban un poco de claridad. La Paloma Drive se convirtio en una cima y se achato. Alli estaba su sedan pardo, al borde de la calle, la portezuela abierta.
Danny freno detras, encendio las luces altas, desenfundo el arma. Bajo y avanzo revolver en mano. Miro dentro y no vio nada salvo una pulcra tapiceria, retrocedio y vio un Pontiac Super Chief 48 abandonado en una calle despoblada rodeada de colinas oscuras.
El corazon le palpitaba aceleradamente, tenia la garganta seca y las piernas flojas, y le temblaba la mano del arma. Escucho y no oyo nada salvo sus propios ruidos; busco rutas de escape y vio una docena de calzadas que conducian a patios traseros y la sierra de las Montanas de Santa Monica.
Danny penso: «Actua como un policia, anda despacio, estas a cargo de un caso de homicidio.» Esa frase lo calmo; enfundo la 45, se arrodillo y registro el asiento delantero.
Nada en el asiento; la documentacion sujeta a la columna de direccion, donde debia estar. Danny desato la tira de plastico sin tocar superficies planas, la puso a la luz de sus faros y leyo:
Wardell John Hascomb, Iola Sur 9816 1/4, Los Angeles. Numero de permiso, California 416893-H; numero de matricula, California JQ 1338.
South Central, distrito negro, la zona donde el asesino habia robado el coche con que traslado a Martin Goines.
El.
Danny empezo a temblar. Regreso a Sunset y enfilo hacia el oeste hasta que encontro una gasolinera con telefono. Con manos tremulas, inserto una moneda en la ranura y llamo a Circulacion.
– ?Si? ?De parte de quien?
– Agente Upshaw, Hollywood Oeste.
– ?El que llamo hace media hora?
– Si, maldita sea. Busque esto en Vehiculos Robados: sedan Pontiac Super Chief 1948, JQ 1338 de California. Si es robado, quiero saber de donde se lo llevaron.
– Comprendido. -Silencio. Danny espero en la cabina, tiritando. Saco libreta y pluma para anotar los datos. Vio «Augie Luis Duarte» y comprendio por que le resultaba familiar: habia un Juan Duarte en el informe de la UAES que estudiaba. Eso no significaba nada. Duarte era un apellido mexicano tan extendido como Garcia o Hernandez.
La voz volvio.
– Lo robaron esta tarde frente a Normadie Sur 9945. El dueno es un tal Wardell J. Hascomb, negro, domiciliado en…
– Ya tengo eso.
– ?Sabe, agente? Su colega era mucho mas amable.
– ?Que?
El hombre parecia irritado, como si estuviera hablando con un cretino.
– El agente Jones. Llamo para que le repitiera esos cuatro nombres que le di a usted. Dijo que usted habia perdido las notas.
Ahora la cabina le parecio helada. No existia ese agente. Alguien, tal vez «el», lo habia observado mientras vigilaba la oficina de Gordean, tan cerca como para oir su conversacion con el empleado y deducir que estaba solicitando registros de vehiculos.
– Describa la voz -dijo Danny, tiritando.
– ?La de su colega? Demasiado culta para ser la de un detective, y…
Danny colgo, inserto la ultima moneda y marco la linea directa de la oficina de Hollywood. Una voz respondio «Detectives» y Danny dijo:
– El sargento Shortell. Digale que es urgente.
– Bien.
Un chasquido, un bostezo del veterano sargento.
– Si. ?Quien habla?
– Upshaw. Jack, el asesino me ha estado siguiendo en un auto robado.
– ?Que demonios…?
– Solo escuche. Me di cuenta, el escapo y abandono el coche. Anote esto: Pontiac Super 48, pardo, La Paloma Drive, saliendo de Sunset en Pacific Palisades, donde el camino se achata en una loma. Que dactiloscopia investigue el coche, usted interrogue. Se marcho a pie y alli solo hay colinas, asi que estoy seguro de que se nos ha escapado, pero hagalo de todos modos. Y deprisa… yo no estare alli para supervisar.
– Santo cielo.
– Ya lo creo. Consigame ademas los antecedentes de estos cuatro hombres: Donald Wachtel, Franklin 1638, Santa Monica; Timothy Costigan, Saticoy 11692, Van Nuys; Alan Marks, Cuarta Avenida 209, Venice; Augie