– ?Lo viste de nuevo?
– No. No volvi a verlo.
Danny penso: y nunca lo veras, pues ahora sabe que estoy al corriente de sus pasos.
– ?Gordean lleva registros de su servicio de presentaciones?
– No. Tiene miedo de hacerlo.
Danny le dio un codazo.
– Te gustan los juegos, asi que aqui tienes uno. Yo digo una cosa y tu la asocias con Gordean, a quien sin duda conoces a fondo. Y mirame, asi sabre si estas mintiendo.
El chico se volvio, mirandolo de frente. Sus atractivos rasgos estaban maltrechos y demacrados. Danny le clavo los ojos, pero los labios tremulos lo obligaron a mirar hacia el mar.
– ?Conoce Gordean a algun musico de jazz, gente que frecuente los clubes del distrito negro?
– No lo creo. No es su estilo.
– Piensa deprisa. Estaca cortante. Es un palo con hojas de afeitar en la punta, un arma.
– No se de que estas hablando.
– Un hombre como el que viste en la parada de autobuses, un hombre que use los servicios de Gordean.
– No. Nunca habia visto a ese hombre de la parada de autobuses, y no conozco a ningun…
– Dentistas, mecanicos dentales, hombres que puedan hacer postizos.
– No. Demasiado tosco para Felix. Oh Dios, todo esto es tan raro.
– Heroina. Tipos que la vendan, tipos que la usen, tipos que puedan conseguirla.
– No, no, no. Felix odia a los adictos, opina que son vulgares. ?Podemos darnos prisa? Nunca tardo tanto cuando salgo a pasear, y Felix podria preocuparse.
Danny sintio ganas de aporrearlo de nuevo; clavo los ojos en el agua, imaginando aletas de tiburon que hendian las olas.
– ?Callate y responde! El servicio. Felix se excita cuando otros admiten lo que son, ?verdad?
– Cielos… si.
– ?Alguno de esos cuatro hombres que mencione son maricas que el descubrio?
– N-no lo se.
– ?Maricas en general?
– Donald y Augie, si. Tim Costigan y Al Marks son simples clientes.
– ?Han trabajado alguna vez para el servicio Augie y Don?
– Augie si, es todo lo que se.
– ?Christopher! ?Te has caido al agua y te has ahogado?
Danny dejo de mirar el oleaje para observar la playa. Felix Gordean estaba de pie en el porche trasero, una figura diminuta iluminada por faroles de papel. Detras de el habia una cristalera entreabierta; los dos tipos fornidos estaban abrazados en el suelo, en el interior.
– Por favor, ?puedo irme?-murmuro Christopher.
Danny volvio a mirar sus tiburones imaginarios.
– No hables de esto con Gordean.
– ?Como le explico lo de mi nariz?
– Dile que te mordio un tiburon.
– ?Christopher! ?Ven de una vez!
Danny regreso a La Paloma Drive. Una luz de arco voltaico alumbraba el Pontiac abandonado; Mike Breuning estaba sentado en el capo de un coche policial sin insignias, mirando el trabajo de un tecnico de dactiloscopia. Danny apago el motor e hizo sonar el claxon; Breuning se le acerco y se apoyo en la ventanilla.
– Ninguna huella salvo las del dueno del coche. Las identificamos porque tiene registrada un arma. Ningun antecedente con los nombres que le diste a Shortell, quien esta interrogando a los vecinos. ?Que paso? Jack dijo que el asesino te perseguia.
Danny se apeo del coche, molesto por el remoloneo de Breuning.
– Estaba vigilando una agencia del Strip, una agencia artistica dirigida por un tipo que ademas es alcahuete de homosexuales. Obtuve algunos numeros de permisos de conducir y llame a Circulacion. Luego llamo un tipo que se hizo pasar por policia y tambien los averiguo. Alguien me siguio y huyo cuando me di cuenta. Robaron este coche en el distrito negro, cerca del lugar donde robaron el coche en que trasladaron el cadaver de Martin Goines. Tengo un testigo presencial que vio cerca de la agencia artistica a un hombre cuya descripcion concuerda con la del asesino. Eso significa que hay que poner a esos cuatro hombres bajo vigilancia. Ahora.
Breuning solto un silbido.
– Nada salvo las huellas del dueno -informo el tecnico desde el coche.
– Usted y Jack interrogaran a los vecinos. Se que no servira de mucho, pero quiero que lo hagan. Cuando terminen, revisen las hojas de servicio de las companias de taxis para ver si recogieron a alguien en las Palisades y en Santa Monica Canyon. Interroguen a los conductores de autobuses de la linea Sunset. Tuvo que huir de algun modo. Quiza robo otro coche, asi que haga indagaciones en las oficinas de Los Angeles Oeste, el Departamento de Policia de Samo y el Departamento del sheriff de Malibu. Ire a casa un momento, luego me dirigire al Southside para ver donde robaron el Pontiac.
Breuning saco una libreta.
– De acuerdo, pero ?donde esperas conseguir mas hombres para vigilar a esos cuatro? Gene, Jack y yo tenemos trabajo de sobra, y Dudley me conto que te tiene ocupado en esa operacion con los comunistas.
Danny penso en Mal Considine.
– Conseguiremos los hombres.
La lampara se apago; la calle quedo a oscuras.
– ?Que pasa con Augie Luis Duarte? El asesino no es mexicano y ninguna de sus victimas lo eran. ?Por que lo has incluido?
Danny decidio revelar lo de Gordean.
– Es parte de una pista que segui por mi cuenta. El alcahuete es un tal Felix Gordean, que dirige un refinado servicio de presentacion para homosexuales. George Wiltsie trabajaba para el, el asesino estaba vigilando su oficina, Duarte fue uno de los nombres que le di al empleado de Circulacion, y fue uno de los maricas de Gordean. ?Satisfecho?
Breuning silbo de nuevo.
– Quiza Dudley pueda conseguirnos los hombres necesarios. Es bueno para eso.
Danny entro en el coche con una sensacion rara: el enviado de Dudley Smith le daba la razon.
– Manos a la obra -dijo-. Si averiguais algo, llamadme a casa.
Viro en redondo y bajo por La Paloma hasta Sunset, pensando en un bocadillo, un trago y un paseo por el distrito negro. Sunset estaba llena de coches; Danny viro hacia el este y se unio a una estela de luces. Tenia la mente en blanco, pasaron los kilometros. Luego, al llegar al Strip, se aterro como ese medio segundo en la casa de la playa. Esta vez eran tomas cortas con la Camara Humana.
Cy Vandrich intentando seducirlo.
Breuning rechazando las estacas cortantes como si uno de esos artefactos lo atacara.
Niles y sus dos reos; «segun un contacto que tengo en el condado usted no es el buen chico que parece».
«Actua bien, bazofia del condado», y un policia tumbado a sus pies.
La persecucion, como un robo de coches a la inversa; tenia que ser el, no podia ser el, era demasiado que fuera el, era demasiado que no fuera el.
Gordean leyendole la mente.
Golpes a un homosexual patetico.
Las tomas se disolvieron en un ansia de beber una copa que lo acompano el resto del camino. Danny abrio la puerta y parpadeo ante la inesperada luz del salon; vio la botella que habia en la mesita y penso que entraba en una pesadilla. Desenfundo el arma, comprendio que era una locura y la enfundo; camino hasta la mesa, vio una nota apoyada contra la botella y leyo:
Ted: