canones y librarse rapidamente de sus victimas. Las autopistas y terraplenes constituian zonas de cuatro estrellas para ello. El calificaba las autopistas segun las posibilidades que ofrecian para abandonar cadaveres y su historial al respecto. Cada trozo de autopista de Los Angeles senalaba el lugar donde habia aparecido un cuerpo o el camino hacia la escena de un crimen. Cada rampa de entrada y salida llevaba a algun asesinato.

Los cadaveres tendian a amontonarse en los peores lugares del condado. Conocia cada kilometro de autopista desde y hasta cualquier poblacion maloliente que estuviese bajo la jurisdiccion de la Oficina del Sheriff. Los kilometros se acumulaban y pesaban en su culo cansado. Queria largarse para siempre de la zona de abandono de cadaveres.

Del condado de Orange al centro de Los Angeles habia unos ciento cincuenta kilometros. Vivia en Orange porque no era Los Angeles ni un gran mapa de asesinatos pasados y presentes. Casi todo Orange era blanco y monoliticamente conservador. El encajaba alli de manera superficial. Los polis eran bribones disfrazados de conservadores. Le gustaba la onda de aquel lugar. La gente se enfurecia con la misma mierda que el veia cada dia. El condado de Orange lo hacia sentirse ligeramente falso. Los polis se mudaban en manada a sitios como aquel para vivir la ilusion de que los tiempos pasados eran mejores y ellos personas diferentes. Muchos llevaban consigo un bagaje reaccionario. Hacia mucho tiempo que el habia echado el suyo a la basura.

Vivia alli para mantener sus dos mundos separados. La autopista no era mas que un simbolo y un sintoma. Siempre correria hacia delante y hacia atras, en un sentido u otro.

El cuartel general de la Brigada de Homicidios de la Oficina del Sheriff estaba en una nave de un poligono industrial apretujada entre una fabrica de herramientas y otra de chips para ordenador. Se trataba de un emplazamiento, pues supuestamente pronto se mudarian a unas instalaciones definitivas.

El Palacio de Justicia rezumaba elegancia. Ese lugar no se parecia ni remotamente a los locales que solia ocupar la policia. El exterior era de estuco blanco. El interior era de piedra blanca. En la sala principal habia cien escritorios; semejaba un local de ventas por telefono.

El Departamento de Casos No Resueltos estaba separado por una pared. Contiguo a esta habia un almacen con estanterias en las que se apilaban los expedientes de homicidios sin resolver.

Cada expediente estaba marcado con la letra Z y un numero de seis cifras. Stoner encontro el Z-483-362 y se lo llevo a su escritorio.

Habia pasado siete anos en aquel departamento, cuyo unico precepto era: examinar expedientes Z en busca de pistas viables y valorar cualquier informacion que pudiese ayudar a resolver el caso. El trabajo tenia tanto de relaciones publicas como de estudio antropologico.

Los policias destinados alli casi nunca resolvian casos de asesinato. Comprobaban denuncias telefonicas, estudiaban expedientes y se quedaban enganchados en los crimenes antiguos. Interrogaban a viejos sospechosos y hablaban con viejos detectives. Los casos no resueltos conllevaban mucho papeleo. A los policias a punto de jubilarse solian destinarlos a aquel departamento.

Stoner ingreso de joven. El capitan Grimm le habia reservado un trabajo especial. Grimm creia que el asesinato del Cotton Club podia resolverse. Le dijo a Stoner que se dedicase exclusivamente a el.

El trabajo le tomo cuatro anos. Era uno de esos casos de altos vuelos que podian significar la gloria profesional para quien los llevase.

Lo dejo reventado. Le hizo recorrer muchos kilometros de autopista.

Stoner miro el expediente Z que habia sacado de la estanteria. La foto de la autopsia era horripilante, casi tanto como las del instituto Arroyo. Tendria que advertir de ello al hombre.

Unos policias pasaron junto a su escritorio y le gastaron bromas sobre su jubilacion. A su companero, Bill McComas, acababan de ponerle un bypass cuadruple. Los tipos querian un parte con las novedades del caso.

Mac estaba debilmente bien. Iba a jubilarse al mes siguiente… menos que intacto.

Stoner aparto con un pie la silla del escritorio y se puso a sonar despierto.

Seguia viendo las cosas deprisa y brillantes.

Era un chico californiano. Su familia se marcho de Fresno durante la guerra y se instalo en el condado de Los Angeles. Sus padres lucharon como fieras. La guerra asusto a sus hermanas y a el lo cabreo.

Se crio en South Gate, en un tipico edificio de la posguerra, achaparrado, caluroso y con paredes de estuco. Alli reinaban los emigrantes rurales de Oklahoma. Les gustaban los coches trucados y la musica country. Trabajaban en la industria y sus ingresos correspondian a aquella epoca de bonanza economica. El viejo South Gate generaba obreros. El nuevo South Gate generaba drogadictos.

Crecio enganchado a las chicas y a los deportes y alimentando una vaga sensacion de aventura. Su padre era capataz en la empresa Proto-Tool. Abundaban los trabajos mal remunerados y faltos de alicientes. El decidio probar con Proto-Tool. Era muy aburrido y cansado. Se matriculo en el instituto y penso en estudiar magisterio. La idea no acabo de entusiasmarlo.

Sus hermanas se casaron con polis. Tenia un cunado en el Departamento de Policia de South Gate y otro en la Patrulla de Caminos. Le contaban historias tentadoras que encajaban con ideas que ya habia albergado.

Queria aventura. Queria ayudar a la gente. Al dia siguiente de cumplir veintiun anos hizo la prueba de admision para la Oficina del Sheriff del condado de Los Angeles.

Aprobo el examen. Paso las pruebas fisicas y la comprobacion de antecedentes familiares. En diciembre del 61 lo asignaron a la clase de la Academia del Sheriff.

La Oficina andaba escasa de mano de obra. Su primer destino fue la carcel del Palacio de Justicia. Alli conocio a muchos asesinos famosos. Conocio a John el Loco Deptula. Deptula entro a robar en una bolera y desperto a Roger Alan Mosser, una especie de factotum que dormia alli. Lo golpeo hasta matarlo y llevo el cadaver al Parque Nacional de Los Angeles. Decapito a Mosser y arrojo la cabeza a uno de los aseos portatiles de una zona de acampada. Ward Hallinen, de la Brigada de Homicidios de la Oficina del Sheriff, resolvio el caso.

Conocio a Jack LoCigno. LoCigno se cargo a Jack el Ejecutor Whalen. Fue un trabajo a sueldo. Ocurrio en el restaurante Rondelli's, en diciembre del 59. El golpe estuvo mal preparado desde el principio.

Conocio travestidos y atracadores armados. Los escucho y aprendio muchas cosas de ellos. Entro en la Academia y en cuatro meses completo un curso de justicia criminal. Conocio a una atractiva rubia llamada Ann Schumacher. Trabajaba en la fabrica de Autonetics, en Downey. Hicieron planes para salir la noche de su graduacion.

Se graduo de la Academia en abril del 62. Llevo a Ann al Crescendo, en el ultramoderno Sunset Strip. Ann estaba guapa. El estaba guapo, y llevaba una 38 de canon corto. Tenia veintiun anos y era inexpugnablemente frio.

Queria trabajar en un coche patrulla. La Oficina del Sheriff disponia de patrullas adscritas a catorce comisarias. El queria accion constante.

Le dieron trabajo en una prision.

Lo destinaron al Wayside Honor Rancho. Estaba a unos cien kilometros de su casa. Aquel trabajo inauguro su larga y desagradable relacion con las autopistas.

Wayside fue un buen entrenamiento en justicia americana antes de que esta se desmoronase, pero le quito parte de su juventud.

Wayside albergaba a reclusos condenados en el condado y los sobrantes del Palacio de Justicia. Su poblacion estaba constituida por blancos, negros y mexicanos que se odiaban mutuamente pero evitaban los enfrentamientos raciales. Wayside era un elemento eficiente en un sistema que todavia funcionaba. El sistema funcionaba porque las estadisticas de criminalidad no se disparaban y la mayoria de los criminales no empleaban la violencia. La heroina era la gran droga mala de la epoca. La heroina era una epidemia bien contenida. La heroina hacia que entrases a robar en casas y obligases a tu novia a hacer la calle para poder pagarte el habito. La heroina te dejaba atontado. La heroina no te hacia perder el juicio ni te llevaba a cortar a tu novia en pedazos como haria el crack veinte anos mas tarde. El sistema funcionaba porque casi siempre los criminales y los delincuentes se declaraban culpables y no molestaban con apelaciones rutinarias. El sistema funcionaba porque el colapso de las carceles aun no habia llegado. Los criminales estaban concienciados. Aceptaban la autoridad. Sabian que eran basura de los bajos fondos porque lo veian en television y lo leian en los periodicos. Estaban

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