Jean y Bobbie. Bobbie y Jean.

Dos victimas de asesinato. Dos escenas del crimen casi identicas y separadas por pocos kilometros.

En la Brigada de Homicidios de la Oficina del Sheriff reinaba un consenso rotundo; alli todo el mundo pensaba que a las dos mujeres las habia matado el mismo hombre.

Stoner se inclinaba por la misma idea. Yo tambien, pero con reparos. En mi opinion el Hombre Moreno no era un asesino en serie.

Me obligue a no sacar conclusiones. Sabia que el motivo de mi rechazo era, en parte, estetico. Los asesinos en serie me aburrian e irritaban. Constituian una rareza estadistica en la vida real, pero una autentica peste en los medios de comunicacion. Novelas, peliculas y espectaculos televisivos los celebraban como monstruos y explotaban su potencial en sencillas tramas de suspense. Los asesinos en serie eran unidades de maldad autocontenidas, el contraste perfecto para el policia topico con los nervios de punta. La mayoria de esos psicopatas sufrian espantosos traumas infantiles. Los detalles daban para un buen psicodrama y les proporcionaba cierta aura de victimas. Los asesinos en serie eran folladores compulsivos y drogados y ninos maltratados por dentro. Asustaban de entrada y eran tan prescindibles como una caja de palomitas de maiz vacia. Sus impulsos hiperbolicos absorbian a lectores y espectadores y los distanciaban de su propio arrebato fantasmal. Los asesinos en serie eran muy poco prosaicos. Eran mundanos, ingeniosos y frios. Hablaban con un eco nietzscheano. Eran mas atractivos sexualmente que el retorcido cabron que habia matado a dos mujeres por lujuria y panico y habia aplicado la presion exacta a un gatillo de dos tiempos.

Yo tambien saque partido de los asesinos en serie. En mis tres novelas los rechace a sabiendas. Eran buenos figurantes para una trama, pero pura basura literaria desde cualquier otro punto de vista. Yo estaba convencido de que a mi madre y a Bobbie Long no las habia matado ningun asesino en serie. Incluso dudaba de que a ambas las hubiera matado el mismo hombre. El Hombre Moreno se habia dejado ver en publico con la Rubia y con mi madre. Al parecer, su furia habia ido en aumento conforme avanzaba la noche. El tipo conocia el instituto Arroyo. Probablemente viviese en el valle de San Gabriel. Los psicopatas calculadores no cagan donde comen.

La Rubia conocia al Hombre Moreno. Sabia que habia matado a mi madre. La Rubia tenia un mal historial con los hombres y se complacia con cada pequeno triunfo que conseguia sobre ellos.

Quiza conocio al Hombre Moreno en el hipodromo. El hombre habia matado a aquella jodida enfermera el ano anterior y aun estaba un poco desmelenado. Habia llevado a Bobbie a cenar, la habia atraido a su cubil y le habia propuesto un revolcon. Bobbie le habia exigido un pago y el hombre se habia puesto furioso. Habia perdido la cabeza por completo.

Quiza lo de la pelirroja le hubiese servido de leccion. Quiza lo hubiese transformado por completo, lo hubiese sacado del marasmo y le hubiera ensenado que la violacion y el sexo consensuado estaban incompletos sin el estrangulamiento. Quiza fue asi como se convirtio en asesino en serie.

Quiza Jean y Bobbie lo hubiesen sacado de sus cabales de la misma manera. Quiza mato a las dos mujeres y se recluyo de nuevo en alguna especie de agujero negro psiquico. El estrangulamiento con una media era un modus operandi habitual. El Hombre Moreno asfixio a mi madre con una cuerda de persiana y una media. Bobbie Long fue estrangulada con una sola ligadura.

Tal vez las hubieran matado dos hombres distintos.

Deje de prestar atencion al tema. Stoner me habia advertido de que no me aferrase a ninguna teoria o reconstruccion hipotetica que se ofreciera.

Pase cuatro dias a solas con los expedientes. Me encerraba y me concentraba en los informes, anotaciones y fotos de los tableros. Stoner tenia duplicados de los Libros Azules de los casos Long y Ellroy. Nos llamabamos tres o cuatro veces al dia y discutiamos algun punto en concreto de las indagaciones o la logica general del caso. Coincidiamos en que Jim Boss Bennett no era el Hombre Moreno. Estaba demasiado pegado a la botella y, claramente, demasiado desquiciado como para seducir a una mujer en el transcurso de una larga velada o de un dia entero en las carreras. Jim Boss Bennett era alcoholico. Iba detras de mujeres alcoholicas. Las encontraba en los locales mas baratos. El Desert Inn era un local de categoria, para lo habitual en el. El frecuentaba tugurios donde servian cerveza barata y vino ordinario con hielo. Stoner dijo que probablemente fuese violador desde hacia mucho tiempo. No habia penetrado a Margaret Telsted, pero tal vez si a otras mujeres, una decena de ellas, quiza. Probablemente hubiese obtenido muy poco de otros intentos de violacion debido a impotencia alcoholica o a mala planificacion estrategica. A mi madre le gustaban los tipos sin clase. Tenia impulsos igualitarios. Pero Jim Boss Bennett era demasiado vulgar y penoso incluso para ella. A mi madre le encantaba el aroma a macho de clase baja. Pero Jim Boss Bennett andaba escaso en aroma y sobrado de olor a sudor. No era su tipo.

Hablamos de las dos mujeres que habian denunciado a sus maridos. La numero uno se llamaba Marian Poirier. Su ex, eterno faldero, se llamaba Albert. Al parecer, el hombre mantenia relaciones con Jean Ellroy y dos mujeres mas de Packard-Bell Electronics.

La senora Poirier habia admitido que no tenia pruebas. Dijo que su marido conocia a otras dos mujeres asesinadas. Anadio que era «demasiada coincidencia». No dio sus nombres. Jack Lawton le escribio una carta en la que le pedia que los mencionase. La senora Poirier respondio sin hacer referencia a la peticion de Lawton. Stoner desecho el testimonio de la mujer. Esta, segun sus palabras, debia de ser una chiflada.

La mujer numero dos se llamaba Shirley Ann Miller. Su ex era Will Lenard Miller. Presuntamente, Will habia matado a Jean Ellroy. Presuntamente, una noche, mientras dormia, Will habia balbuceado: «?No deberia haberla matado!» Presuntamente, Will habia repintado su Buick de dos tonos pocos dias despues del asesinato. Presuntamente, Will prendio fuego a un almacen de muebles en 1968.

Encontre un monton de notas sobre Will Lenard Miller. La mayor parte de ellas estaba fechada en 1970. Vi el nombre de Charlie Guenther media docena de veces.

Guenther era el antiguo companero de Stoner. Segun este, Guenther vivia cerca de Sacramento. Debiamos tomar un avion e ir a verlo para repasar con el las notas sobre Miller.

Hablamos de Bobbie Long y de mi madre. Especulamos sobre la posibilidad de que en vida se hubiesen conocido.

Las dos trabajaban a pocos kilometros de distancia. Las dos habian huido despues de que su matrimonio fracasase. Las dos eran reservadas y autosuficientes. Las dos eran distantes, aunque superficialmente comunicativas.

Mi madre bebia. Bobbie era jugadora compulsiva. A mi madre el juego la aburria. El sexo dejaba fria a Bobbie.

Nunca se habian conocido. Nuestras conjeturas carecian de fundamento.

Dedique algun tiempo a Bobbie. Apague las luces del salon y me tendi en el sofa con fotos de ella y de mi madre. Tenia a mano un interruptor de la luz. Podia pensar a oscuras y encender las luces para contemplar a Bobbie y a Jean.

Me sobraba Bobbie. No queria que me distrajera de mi madre. Cogi la foto de esta y deje a un lado la de Bobbie.

Bobbie era una victima tangencial.

Bobbie se abre paso hasta el principio de la cola del cafe. Bobbie juega hasta endeudarse y convence a un amigo de jugar a cartas. El juego era una obsesion banal. La verdadera emocion estaba en el riesgo de autoaniquilacion y en la apuesta por la trascendencia a traves del dinero. La obsesion sexual era un impulso alejadisimo del amor. Ambas aficiones compulsivas resultaban mortificantes, destructoras. El juego siempre tenia que ver con la autoabnegacion y el dinero. El sexo era una estupida disposicion glandular y, en ocasiones, el camino para un gran amor pernicioso.

Las dos, Jean y Bobbie, eran tristes y solitarias. Estaban en el mismo nivel. Si uno pasaba por el tamiz todos los fragmentos de datos dispersos de sus expedientes, podia decir que se referian a la misma mujer.

Yo no lo veia asi. Bobbie se proponia destacar. Jean buscaba esconderse, salir de si misma y, quizas, entregarse a algo extrano, nuevo o mejor.

Bobbie Long no era nuestro verdadero foco de atencion. Se trataba de la victima de un asesinato que tenia una relacion posible o probable con el que nos interesaba y proporcionaba un dato posible o probable sobre el progresivo deterioro mental del Hombre Moreno. En el caso Long no existian testigos presenciales. En el 59, los amigos de Bobbie eran cincuentones y probablemente ya estuviesen todos muertos. El Hombre Moreno tambien debia de estar muerto. Probablemente llevara una existencia muy dura y frecuentase los bares. Probablemente fumara y le diese al whisky o a cualquier otra bebida destilada. Probablemente hubiese reventado de cancer en 1982. Probablemente estuviera conectado a una mascarilla de oxigeno en la pintoresca La Puente.

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