Agrego que el nombre de la taquigrafa le sonaba, y que recordaba al antiguo jefe de policia de El Monte.
Contemplo las fotos de la escena del crimen. Nos aseguro que sabia que habia estado alli. Me dirigio una mirada que parecia decir: «Esa es su madre. ?Como puede mirar esas fotos?»
Bill le pregunto si conservaba sus antiguas libretas de notas sobre los casos. Hallinen respondio que lo lamentaba, pero se habia deshecho de ellas hacia unos anos. Tenia voluntad de ayudar, pero su mente no se lo permitia.
Me volvi hacia Bill y le indique con un gesto que ya estaba bien. Recogimos el expediente y nos despedimos. Hallinen se disculpo de nuevo. Yo comente «El tiempo nos alcanza a todos», o algo asi, con tono condescendiente.
Hallinen senalo que lamentaba no haber encerrado a aquel cabron. Dije que se las habia tenido que ver con una victima muy astuta. Le agradeci su esfuerzo y su amabilidad.
Bill y yo volvimos al condado de Orange. En el trayecto, discutimos acerca de nuestros planes futuros. Bill dijo que estabamos librando una batalla por un suceso que no habia dejado memoria. Hablariamos con personas que ya eran de mediana edad en 1958. Nos moveriamos a traves de vacios en el recuerdo y de memorias tergiversadas por el paso del tiempo. Los viejos confundian las cosas sin querer. Deseaban complacer e impresionar. Querian demostrar su solvencia mental.
Mencione las libretas de notas de Hallinen. Bill comento que nuestro expediente escaseaba en informes complementarios.
Hallinen y Lawton trabajaron en el caso durante todo el verano. Probablemente llenaron media docena de libretas con notas. Teniamos que reconstruir su investigacion. Quizas hubiesen entrevistado al Hombre Moreno sin tomarlo por sospechoso. Le pregunte si Jack Lawton estaba casado. Bill respondio que si. Dos de sus hijos habian sido agentes por un tiempo. Antes, Jack habia trabajado con su viejo companero, Bill Farrington. Billy sabria si la mujer de Jack aun vivia. Podia ponerse en contacto con ella y averiguar si conservaba las libretas de notas de su esposo.
Para mi, las libretas de notas eran una apuesta a largo plazo. Bill se mostro de acuerdo en ello.
Apunte que la clave estaba en la Rubia. Ella conocia al Hombre Moreno, sabia que habia matado a Jean Ellroy, pero nunca lo habia delatado. Temia a las represalias o tal vez tuviese algo que esconder. Yo apunte que lo mas probable era que el le hubiese cerrado la boca definitivamente. La Rubia habia contado lo sucedido a alguien. Se habia ufanado de frecuentar la compania de un asesino o habia comentado el suceso como leccion de la que tomar nota. Transcurrio el tiempo y se le paso el miedo. Se lo conto a mas gente. Dos personas, seis o una docena se enteraron de la historia o de fragmentos de la misma.
Bill dijo que debiamos hacer publico nuestro caso. Yo indique que la Rubia habia hablado con gente que se lo habia contado a otra gente, y esta a otra. Bill manifesto que era la mejor publicidad que podia existir. Propuse instalar una linea telefonica gratuita para recibir informaciones. Bill dijo que se encargaria de arreglarlo con la compania.
Hablamos del caso Long. Bill sugirio que llamasemos a la Oficina del Forense y preguntasemos si guardaban las muestras de semen que habian recogido en los cuerpos de Bobbie Long y de mi madre.
Bill conocia un laboratorio que hacia pruebas de ADN por dos mil dolares. Alli podian determinar de forma concluyente si Bobbie Long y mi madre habian estado con el mismo hombre.
Le pedi que diera prioridad al caso Long. Respondio que no parecia gran cosa. Un desconocido al azar habia recogido a Bobbie y la habia matado. Era probable que mi madre hubiese conocido a la Rubia y al Hombre Moreno, o al menos a uno de ellos, antes de aquella noche.
Mencione el coche del Hombre Moreno y las tarjetas perforadas de IBM del expediente. Al parecer, la policia solo habia comprobado las matriculas de coches del valle de San Gabriel. Lavonne Chambers se refirio concretamente a un Oldsmobile del 55 o del 56. Yo imaginaba que la policia habria cotejado los datos de los vehiculos de todo el estado. Bill dijo que la pista de la tarjeta perforada era confusa. Los trabajos de Homicidios estaban llenos de pruebas inconsistentes.
Yo apunte que la clave de todo estaba en la Rubia. «
A la manana siguiente volamos a Sacramento. Al hacerlo, dejamos atras algunas malas noticias.
Bill llamo a la Oficina del Forense. Alli le dijeron que se habian deshecho de las muestras de semen, como solia hacerse con las pruebas antiguas. Habia que dejar espacio para almacenar las nuevas.
Alquilamos un coche y regresamos a casa de Charles Guenther. Bill lo habia llamado la noche anterior anunciandole nuestra visita. Le hizo algunas preguntas y Guenther dijo que el caso le resultaba vagamente familiar. El expediente tal vez le ayudase a recordar. Llevamos el expediente. Yo aporte cincuenta posibles preguntas.
Guenther se mostro amistoso. Tenia buen aspecto, con sus cabellos canosos y sus ojos azules como los de Ward Hallinen. En lugar de recibirnos con un «hola» corriente, lo hizo con frases de desprecio hacia O.J. Simpson. Enseguida, paso a nuestro caso.
Bill repaso los puntos clave. Guenther dijo que ahora lo recordaba. El y su companero, Duane Rasure, habian recibido una llamada. Una mujer denunciaba a su ex esposo. Investigaron al tipo. No consiguieron confirmar ni desmentir su culpabilidad.
Nos sentamos en torno a una mesilla auxiliar. Extendi encima de ella el contenido del sobre de Will Lenard Miller: tres fotos de este; informes de la Oficina del Sheriff del condado de Orange; copias de las declaraciones de la renta de Will Lenard Miller correspondientes a los anos 1957, 1958 y 1959; una factura de una empresa financiera con fecha 17/5/65; un teletipo de la Oficina del Sheriff del condado de Orange al Departamento de Policia de El Monte con fecha 4/9/70; una lista de chequeo con la caligrafia de Charlie Guenther; una hoja de notas que detallaba el historial delictivo de Will Lenard Miller, con dos acusaciones por librar cheques falsos en el 67 y el 69 y una falsificacion de tarjeta de credito en el 70; una carta de un abogado, con fecha 3/11/64, en la que se detallaban presuntas lesiones sufridas por Will Lenard Miller el 26/3/62 mientras trabajaba en la tienda de maquinaria C.K. Adams; una orden del tribunal municipal de Libertad Provisional del condado de Orange y un informe sobre las pruebas del detector de mentiras a que habia sido sometido Will Lenard Miller, con fecha 15/9/70.
Revisamos los documentos. Dejamos a un lado las declaraciones de la renta. Contemplamos las fotos de Will Lenard Miller.
Tenia los cabellos oscuros y era de constitucion robusta. Sus facciones eran toscas. No se parecia en absoluto a la descripcion del Hombre Moreno.
Guenther examino su lista de comprobaciones. Dijo que las anotaciones eran parte del procedimiento normal. Siempre hacia lo mismo cuando retomaba viejos casos. No tenia problemas de memoria; la lista, sencillamente, constituia un recordatorio personal.
Leimos la carta del abogado. En ella se pormenorizaban las desgracias de Will Lenard Miller en su lugar de trabajo.
Miller habia resbalado y se habia fastidiado la rodilla izquierda. Al cabo de poco tiempo habia empezado a sufrir mareos y lagunas mentales. Al caer habia recibido un golpe en la cabeza. Las lesiones fisicas acabaron por perjudicar su equilibrio psicologico.
Mencione un informe del Libro Azul. De acuerdo con Shirley Miller, mi madre se habia negado a llevar adelante una reclamacion por lesiones que habia presentado su esposo. Segun ella, lo habia «sacado de sus casillas».
Guenther dijo que Miller era un jodido lloron. Anadio que, sin duda, su aspecto no era el de un hispano.
Comprobamos la orden de libertad condicional. Will Lenard Miller habia colado unos cuantos cheques falsos. Le habia caido una multa de veinticinco dolares y dos anos de libertad condicional. Tuvo que reponer el dinero. Tambien se vio obligado a consultar a un asesor financiero. No podia hacer compras por valor superior a cincuenta dolares sin autorizacion previa.
Todos estuvimos de acuerdo.
Will Lenard Miller era un lamentable saco de mierda. Comprobamos las declaraciones de la renta. Confirmaron nuestra valoracion.
Will Lenard Miller duraba poco en los trabajos. En tres anos estuvo empleado en nueve tiendas de maquinaria