Recogi los tableros de corcho y las graficas y lo facture todo hacia el este. Bill traslado nuestro numero 1- 800 a un servicio de contestador. Lleve conmigo el expediente.
Bill siguio trabajando en el caso. Perdio un socio y gano otro. Joe Walker era un analista criminologo de la Oficina del Sheriff de Los Angeles. Conocia intimamente la red informatica de las fuerzas del orden. Estaba completamente colgado del caso Karen Reilly. Creia que a Karen la habia matado un asesino en serie negro. Queria trabajar en el caso Jean Ellroy. Bill le dijo que podia hacerlo.
Eche de menos a Bill. Se habia convertido en mi mejor amigo. Durante catorce meses me habia cuidado y guiado.
Y en el momento exacto en que entrabamos en un callejon sin salida, me soltaba. Me enviaba con mi madre y con mis motivos aun por resolver.
En casa, no volvi a colgar los tableros de corcho. No precisaba hacerlo. Ella estaba siempre alli, conmigo.
Aparecio
Las vacaciones terminaron. Me llamo una productora de television que trabajaba para el programa
Acepte. La productora dijo que querian filmar en los escenarios autenticos.
Respondi que me pondria a soltar palabrotas. Llame a Bill y le conte la noticia. Le parecio fantastica. Senale que debiamos dar mas densidad al reportaje. Teniamos que saturarlo de detalles de la vida de mi madre. Queria gente que llamara y dijese: «Yo conocia a esa mujer.»
Tal vez los Wagner viesen el programa. Tal vez el retrato de mi madre les abrumara. Ella enviaba a su hijo a la iglesia, y ahora su hijo sacaba provecho de su muerte. La convertia en una mujer fatal barata. Cuando joven habia sido un artista del engano. Ahora, era un asesino de personajes. Difamaba a su madre. Hacia suma y balance de la vida de esta, se equivocaba en las cuentas y ofrecia al mundo un balance erroneo. El hijo fundamentaba su reclamacion de propiedad sobre su memoria en recuerdos tergiversados y en las mentiras del inutil de su padre, quien la habia malinterpretado sistematicamente.
Volvi a aquel dormitorio a oscuras y a la epifania del merendero. El nuevo equilibrio de la memoria. La implicacion de Bill. El vinculo exclusivo que yo no queria romper. Tal vez los Wagner viesen el programa. Lo que resultaba seguro era que no habian leido el libro que habia dedicado a mi madre, o no habian reaccionado ante su aparicion. No estaban al corriente de las noticias. O quizas hubiesen visto mi nombre en periodicos o revistas y no se hubiesen detenido a leer que decian. Leoda me subestimaba. Yo la detestaba por ello. Queria restregarle por las narices a mi madre de la vida real y espetarle: «Mira como era y como, a pesar de todo, la venero.»
Ella podia hacerme callar con unas cuantas palabras severas. Podia decirme que no les habia preguntado nada, que no habia buscado los origenes de mi madre en Tunnel City, Wisconsin, que no habia basado mi retrato en suficientes datos.
Yo no queria regresar todavia. No queria romper el vinculo. No queria perturbar el fondo de sexo que aun lo definia. Los muertos pertenecen a los vivos que mas obsesivamente los reclaman. Era toda mia.
La filmacion de nuestro reportaje duro cuatro dias. En un par de escenas Bill y yo apareciamos en la comisaria de El Monte. Revivi el momento en el deposito de pruebas. Abri una bolsa de plastico y saque una media de seda.
No era la misma. Alguien habia puesto una media vieja, la habia retorcido y le habia hecho unos cuantos nudos. No habia ninguna cuerda de persiana. Omitimos el detalle de la doble ligadura.
El director alabo mi actuacion. Fue un rodaje rapido.
El equipo lo celebro con vitores y algunas risas. Aquello semejaba una fiesta en honor de Jean Ellroy.
Hable con el actor que representaba al Hombre Moreno. Me llamo Pequeno Jimmy. Yo lo llame gilipollas. El tipo era delgado y desagradable. Se parecia al de los retratos robot. Conoci a la actriz que haria de mi madre. La llame Mama y ella, a mi, Hijo. Era pelirroja. Parecia salida de Hollywood mas que del campo de Wisconsin. Bromee con ella. «No vayas persiguiendo hombres mientras estoy fuera este fin de semana», le dije. «?Largate de una vez, Jimmy! Necesito un poco de accion…», repuso.
Mama y el Hombre Moreno se echaron a reir. Pasamos un buen rato. Bill vino todos los dias. Era un torbellino de actividad.
Filmaron la secuencia del Desert Inn en una cocteleria destartalada de Downey. El decorado resultaba anacronico. Conoci a la actriz que representaba a la Rubia. Era una vulgar ligona de bar. El Hombre Moreno vestia de manera impecable. Lucia un impecable traje de seda. Mi madre llevaba un remedo del vestido con que la habian encontrado.
Filmaron unas cuantas tomas con los tres. Pintaron al Hombre Moreno como un malvado. Mi madre tenia un aspecto demasiado saludable. La Rubia daba el tono exacto. Yo pretendia una estampa negra. Los realizadores lograron una fiel exposicion de los hechos.
Nos desplazamos calle abajo hasta el Harvey's Broiler. Vi veinte coches de epoca alineados ante el local. Se suponia que el Harvey's Broiler era el Stan's Drive-In. Una actriz secundaria estaba preparada para colgarse al cuello la bandeja e interpretar el papel de Lavonne Chambers.
El Hombre Moreno y mi madre llegaron en un Oldsmobile del 55. Lavonne les llevo el menu al coche. Los actores iban con los microfonos incorporados y estaban a punto para actuar. El productor me dio unos auriculares. Escuche su dialogo y unos cuantos comentarios al azar. El Hombre Moreno hacia una interpretacion realista dirigida a mi madre.
Filmaron el asesinato en el lugar donde se habia cometido. El equipo ocupo el instituto Arroyo. Llegaron unidades moviles, furgonetas con el equipo de sonido, un vehiculo-cantina y una furgoneta vestuario. Algunos vecinos se acercaron a mirar. En cierto momento llegue a contar treinta y dos personas.
Se encendieron los focos y King's Row se volvio alucinogena. El Oldsmobile del 55 se detuvo. Se produjo un casto preludio al asesinato seguido de un asesinato simulado. Observe el preludio y el asesinato y el abandono del cuerpo veinticinco veces. No resultaba doloroso. A esas alturas, ya era un profesional del asesinato. Era mas que el hijo de una victima y menos que un detective de homicidios.
Filmaron dos escenas en mi antigua casa, para lo cual pagaron una compensacion a Geno Guevara. Conoci a un actor que me interpretaba a mi como era entonces, a la edad de diez anos. Llevaba ropas como las que yo vestia el 22 de junio del 58.
El Departamento de Policia de El Monte habia cerrado el cruce de Bryant con Maple. El equipo de filmacion ubico tres coches de epoca en la calle. Aparecio el jefe Clayton. Se congregaron espectadores. Un taxi de los anos cincuenta se materializo en el cruce. El director ensayo con el Ellroy nino y con el policia que le daba la noticia.
Esbozaron la escena de la llegada. El taxi se detuvo. El nino se apeo. El agente le dijo que su madre estaba muerta. Entre treinta y cuarenta personas observaban.
Filmaron la escena una y otra vez. El mundo comenzo a dar vueltas. Yo era el chico del taxi, media vida atras. La gente me senalaba y agitaba la mano.
Filmaron una escena domestica en la cocina de mi antigua casa. La cocina estaba decorada al estilo de los anos cincuenta. Mi madre llevaba un uniforme blanco. Yo iba vestido igual que en la escena anterior. Mi madre me llamaba a la cocina y me decia que tomase la cena. Yo me dejaba caer en una silla y no le hacia caso. Era todo pura comedia televisiva. Bill dijo que deberian haberme tomado contemplando el vestido de mi madre.
Hicimos un alto para el almuerzo. Llego un camion con el servicio. Un tramoyista dispuso en el jardin delantero de la casa de Geno Guevara una mesa para veinte. Llegaba hasta la calle, y algunos gamberros del barrio se llevaron los platos y a punto estuvieron de arruinar la fiesta.