dan a la llanura que se extiende por miles de kilometros hacia la Patagonia y el fin del continente. Las banderolas y los techos de vidrio y todas las ventanas estan rotos y no se los repone porque sus enemigos los vuelven a romper; lo mismo sucede con las luces exteriores, los focos altos y los faroles de la calle, que han sido destrozados a pedradas, salvo algunas lamparas altas que seguian prendidas esa tarde, suaves luces amarillas en la claridad del atardecer; las paredes y los muros exteriores estaban cubiertos de carteles y pintadas politicas que parecian repetir en todas sus variantes la misma consigna -
Luego de hacer sonar varias veces la puerta de hierro cerrada con cadena y candado, de asomarse por la ventana y de golpear las manos, los recibio el mismo Luca Belladona, alto y atento, extranamente abrigado para la epoca, con una tricota negra de cuello alto y un pantalon de franela gris, con una gruesa campera de cuero y botines Patria, y los hizo pasar de inmediato a las oficinas principales, al final de una galeria cubierta, con los cristales rotos y sucios, sin entrar en la planta, que, les dijo, visitarian mas adelante. Habia -igual que en el frente exterior- frases y palabras escritas a lo largo de las paredes interiores donde Luca anotaba, segun explico, lo que no podia olvidar.
En el patio interior se veia una superficie verde que cubria todo el piso hasta donde daba la vista, una pampa uniforme de yerba porque Luca vaciaba el mate por la ventana que daba al patio interior, al costado de su escritorio, o, a veces, cuando recorria el pasillo de un lado a otro, usaba el pozo de aire, que comunicaba el patio con los depositos y las galerias, para cambiar la yerba, golpeando luego el mate vacio contra la pared, mientras esperaba que se calentara el agua, y tenia entonces un parque natural con palomas y gorriones que revoloteaban sobre el manto verde.
Su dormitorio estaba al fondo, sobre el ala oeste, cerca de una de las antiguas salas de reunion del directorio, en una pieza chica que habia sido en el pasado el cuarto de los archivadores, con un catre, una mesa y varios armarios con papeles y cajas de remedios. De ese modo no tenia que moverse demasiado mientras realizaba sus calculos y sus experimentos, sencillamente se quedaba en esa ala de la fabrica y paseaba por el pasillo hasta la puerta de entrada y volvia por el costado para bajar por la escalera que daba a sus oficinas. A veces, les dijo de pronto, al realizar sus paseos matutinos por la galerias tenia que escribir en las paredes los suenos que acababa de recordar al levantarse de la cama porque los suenos se diluyen y se olvidan en cuanto hemos suspirado y es necesario anotarlos donde sea. La muerte de su hermano Lucio y la fuga de su madre eran los temas centrales que aparecian -a veces sucesiva y a veces alternadamente- en la mayoria de sus suenos. «Son una serie», dijo. «La serie A», y les mostro un cuadro sinoptico y algunos diagramas. Cuando los suenos derivaban hacia otros ejes los anotaba en otra seccion, con otra clave. «Esta es la serie B», dijo, pero agrego que, en general, en estos dias estaba sonando con su madre en Dublin y con su hermano muerto.
Habia frases escritas con lapiz de tinta en la pared, palabras subrayadas o envueltas en circulos y flechas que relacionaban «una familia de palabras» con otra familia de palabras.
A la serie A la llamaba
– Nuestra madre no podia soportar que sus hijos tuvieran mas de tres anos, cuando llegaban a esa edad los abandonaba. -Cuando su madre se entero de la muerte de Lucio habia estado a punto de viajar pero fue disuadida-. Estaba desesperada y eso nos sorprendio porque habia abandonado a nuestro hermano cuando tenia tres anos y luego nos abandono tambien a nosotros al cumplir tres anos. ?No es increible, no es extraordinario? - dijo, y el cuzco lo miraba de costado y agitaba la cola con cansado entusiasmo.
Era extraordinario, y cuando su madre los abandono su padre habia salido a la calle, vestido con un sobretodo, con un martillo en la mano, y habia empezado a romper el auto de su madre, es decir que
–
Despues les dijo que habia estado esa semana dedicado a la busca de un secretario, no un abogado ni un tecnico en mecanografia, un secretario, es decir, alguien que escribiera lo que el pensaba y necesitaba dictar. Los miro sonriendo y ahi Renzi pudo volver a comprobar que Luca -como los
– Necesitabamos contratar a alguien capaz de escribir al dictado y pasar a maquina las pruebas que llevaremos a los tribunales para reclamar el dinero que nos pertenece. No queremos abogados, nosotros mismos presentaremos la demanda amparados en la ley de defensa de los patrimonios familiares recibidos por herencia.
De inmediato se refirio al fiscal Cueto, que habia sido, segun dijo, en el pasado el abogado
Estaba ademas muy entusiasmado con la posibilidad de
Habia puesto dos avisos en la X10 Radio Rural dos dias continuos solicitando un secretario privado y se habian presentado varios paisanos con el sombrero en la mano, tranquilos, chuecos, hombres de a caballo, con la cara tostada y la frente blanca marcada por la linea donde la cubria el ala del sombrero. Eran arrieros, troperos, domadores, todos sin trabajo por el proceso de concentracion de las grandes estancias que liquidaba a los chacareros, a los arrendatarios y a los trabajadores temporarios que siguen la ruta de las cosechas, hombres de honor, segun decian, que habian entendido la palabra secretario como la profesion de alguien capaz de guardar un secreto, y todos se presentaron para jurar «si hace falta» que ellos eran una tumba, porque desde luego, dijo Luca, «conocian nuestra historia y nuestras desdichas» y se arriesgaban a venir hasta las casas porque estaban dispuestos a no decir ni una palabra que no les fuera autorizada a decir y ademas, desde luego, podian hacer tambien su trabajo y miraban al costado de los muros a ver donde estaba el corral de los animales o el terreno que debian cultivar.
Dos de ellos se habian presentado como tigreros, es decir, cazadores de pumas, primero un hombre alto con cicatrices en la cara y en las manos y despues otro bajito y gordo, de mirada clara, muy marcado por la viruela, la piel como cuero seco y encima manco. Los dos dijeron ser hombres capaces de campear y de matar un puma sin