armas de fuego, con un poncho y el cuchillo -incluso el manco, al que llamaban el Zurdo porque habia perdido el brazo izquierdo-, si es que quedan pumas a los que se pueda matar con las manos, como habian hecho desde siempre estos cazadores que salian al amanecer a campear en los pajonales a los tigres cebados que atacaban a los terneros. Andaban por las estancias y por las chacras ofreciendo sus servicios, y habian terminado buscando trabajo en la fabrica, desconfiados y recelosos igual que un puma que se hubiera perdido en la noche y apareciera al amanecer por la calle central del pueblo, arisco y receloso, pisando el empedrado.

Pero no era eso, no, no buscaba un cazador de pumas, ni un capataz, ni un hachero, nada de lo que se necesita en una estancia, sino un secretario tecnico que conociera los secretos de la palabra escrita y que le permitiera afrontar los avatares de la lucha en la que se habia visto implicado en la larga guerra que llevaba librando contra las fuerzas atrabiliarias de la region.

– Porque en nuestro caso -decia Luca- se trata de una verdadera campana militar en la que hemos obtenido victorias y derrotas; Napoleon ha sido siempre nuestra referencia central, basicamente por su capacidad para reaccionar ante la adversidad, hemos estudiado sus campanas en Rusia y hemos visto ahi mas genio militar que en sus victorias. Hay mas genio militar en Waterloo que en Austerlitz, porque en Waterloo el ejercito no quiso retroceder, no quiso retroceder -repitio-, abrio el frente de batalla hacia la izquierda y sus tropas de refresco llegaron diez minutos tarde y esa maniobra, fracasada por causas naturales (grandes lluvias), fue su mayor acto de genio, todas las academias militares estudiaban esa derrota, que vale mas que todas las victorias.

Se detuvo a preguntar por que creian ellos que los locos del mundo entero se creian Napoleon Bonaparte. Por que creian que cuando hay que dibujar un loco se lo dibuja con la mano en el pecho y el bicornio y ya sabe todo el mundo que se trata de un loco. ?Alguien habia pensado en eso?, pregunto. Soy Napoleon, el locus classicus del loco clasico. ?Por que?

– La dejamos picando -dijo con una mirada picara antes de hacerlos cruzar el pasillo y pasar a las oficinas para retomar el tema del secretario que habia dejado, segun les dijo, «pendiente».

Las oficinas estaban amuebladas a todo lujo aunque muy deterioradas, con una pelicula de polvo gris sobre la superficie de los sillones de cuero y las largas mesas de caoba y manchas de humedad en las alfombras y en las paredes, aparte de las ventanas rotas y las cagadas de palomas que sembraban de manchas blancas todo el piso ya que los pajaros -no solo las palomas, tambien gorriones y horneros y chingolos e incluso un carancho- volaban por los techos, se sostenian de los hierros cruzados en lo alto de la fabrica y entraban y salian del edificio y hacian a veces sus nidos en distintos lugares de la construccion sin ser vistos -al parecer- por el Industrial, o al menos sin ser considerados de interes o de importancia como para interrumpir sus actos o sus dichos.

De modo que habia tenido que poner otro aviso, esta vez en la radio de la Iglesia, la radio de la parroquia en realidad, la X8 Radio Pio XII, y se habian presentado varios sacristanes y miembros de la Accion Catolica y varios seminaristas que necesitaban pasar un tiempo en la vida civil y que mostraban cierta indecision particular que Luca capto de inmediato, como si fueran ninos alegres, dispuestos a colaborar, caritativos, pero remisos a instalarse en la fabrica con la dedicacion exclusiva que el Industrial les exigia. Hasta que al fin, cuando ya desesperaba de tener exito despues de entrevistar a varios postulantes, vio aparecer a un joven palido que inmediatamente le confeso que habia interrumpido su sacerdocio antes de ordenarse porque dudada de su fe y queria pasar un tiempo en la escena secular -asi dijo-, como le habia aconsejado su confesor, el padre Luis, y ahi estaba, vestido de negro con su cuello blanco circular («clerigman»), para demostrar que llevaba aun, le habia dicho, «la senal de Dios». El senor Schultz.

– Por eso lo contratamos, porque entendimos que Schultz era, o seria, el hombre indicado para nuestro trabajo juridico. ?O no se funda la justicia en la creencia y en el verbo, igual que la religion? Hay una ficcion judicial como hay una historia sagrada y en los dos casos creemos solo en lo que esta bien contado.

Luca les dijo que el joven secretario estaba ahora en su oficina ordenando la correspondencia y el archivo y copiando a maquina los dictados nocturnos pero que podriamos conocerlo pronto.

Lo habia contratado a tiempo completo -casa y comida, sin sueldo, pero con una alta asignacion cuando cobraran el dinero por el que iban a litigar con el canalla de Cueto en los tribunales- y le habia asignado el segundo cuarto de los archivadores al costado de la sala de reuniones. Para tenerlo a tiro de ballesta. Necesitaba un secretario de extrema confianza, un creyente, una especie de converso, es decir, necesitaba un fanatico, un ayudante destinado a servir a la causa, y habia mantenido con el candidato - finalmente elegido- una larga conversacion sobre la Iglesia catolica, como institucion teologico-politica y como mision espiritual.

En estos tiempos de desencanto y de escepticismo, con un Dios ausente -le habia dicho el seminarista-, la verdad estaba en los doce apostoles que lo habian visto joven y sano y en pleno uso de sus facultades. Habia que creer en el Nuevo Testamento porque era la unica prueba de la vision de Dios encarnado. Habian sido en un principio doce, los apostoles, habia dicho el seminarista, y un traidor, acotamos nosotros, les dijo Luca, y el seminarista se habia sonrojado porque era tan joven que esa palabra tenia para el pecaminosas connotaciones sexuales. La idea de un pequeno circulo, de una secta alucinada y fiel pero con un traidor infiltrado en su seno, un delator que no es ajeno a la secta sino que forma parte esencial de su estructura, esa es la forma verdadera de organizacion de toda sociedad intima. Hay que actuar sabiendo que se tiene un traidor infiltrado en las filas.

– Que fue lo que nosotros no hicimos cuando organizamos el directorio (doce miembros) que paso a dirigir nuestra fabrica. Habiamos dejado de ser una empresa familiar para convertirnos en una sociedad anonima con un directorio y ese fue el primer error. Al dejar de funcionar en la red de la familia, mi hermano y mi padre comenzaron a vacilar y perdieron la confianza, y ante las sucesivas crisis economicas y los embates de los acreedores se dejaron ganar por los cantos de sirena del Buitre Cueto, con su sonrisita perpetua y su ojo de vidrio; porque los cantos de sirena son siempre anuncios de que hay riesgos que deben evitarse, los cantos de sirena son siempre precauciones que invitan a no actuar, por eso Ulises se tapo con cera los oidos para no escuchar los cantos maternos que nos previenen sobre los riesgos y los peligros de la vida y nos inmovilizan y anulan. Nadie haria nada si tuviera que cuidarse de todos los riesgos no previstos de sus acciones. Por eso Napoleon es el idolo de todos los locos y de todos los fracasados, porque tomaba riesgos, como un jugador que se juega todo a una carta y pierde pero vuelve a entrar en la partida siguiente con el mismo coraje y el mismo impetu. No hay contingencia ni azar, hay riesgos y hay conspiraciones. La suerte es manejada desde las sombras: antes atribuiamos las desgracias a la ira de los dioses, luego a la fatalidad del destino, pero ahora sabemos que en realidad se trata de conspiraciones y manejos ocultos.

»Hay un traidor entre nosotros -les dijo, sonriendo, el Industrial-, esa debe ser la consigna basica de todas las organizaciones. -Y con un gesto senalo hacia la calle, hacia las paredes y las pintadas de los muros exteriores de la fabrica-. Y eso fue lo que nos sucedio a nosotros -dijo Luca-, porque en el interior de nuestra empresa familiar habia un traidor que aprovecho el bien de familia para pegar el vizcachazo -dijo, usando como era habitual en el metaforas campestres que delataban su origen o al menos su lugar de nacimiento.

Luca conto que, segun el seminarista, habia dos tendencias contradictorias en la ensenanza de Cristo, que chocaban y se enfrentaban entre si, por un lado los analfabetos y los tristes del mundo, pescadores, artesanos, prostitutas, campesinos pobres que recibian del Senor largas parabolas clarisimas, relatos y no conceptos, anecdotas y no ideas abstractas. En esa ensenanza se argumenta con narraciones, con ejemplos practicos de la vida comun, y de ese modo se oponen a las generalizaciones intelectuales y las abstracciones de los letrados y los filisteos, eternos lectores de textos sagrados, descifradores del Libro, los sacerdotes y rabinos y los hombres ilustrados a los que el Cristo -?era analfabeto?, ?que fue lo que escribio una vez en la arena?, ?un trazo indescifrable o una sola palabra? ?Y si tenia el saber absoluto de Dios y conocia todas las bibliotecas y todos los escritos y su memoria era infinita?- despreciaba y no les anunciaba un buen fin, mientras que a los pobres de espiritu, a los desgraciados de la tierra, a los humillados y a los ofendidos les estaba destinado el reino de los cielos.

La otra ensenanza era inversa, solo un pequeno grupo de iniciados, una extrema minoria, puede guiarnos a las altas verdades ocultas. Pero ese circulo iniciatico de conspiradores -que comparten el gran secreto- actua con la conviccion de que hay un traidor entre ellos y por lo tanto dice lo que dice y hace lo que hace sabiendo que va a ser traicionado. Lo que dice puede ser descifrado de multiples formas, e incluso el traidor desconfia del sentido expreso y no sabe bien que decir o que delatar. Asi se puede entender que de pronto ese joven predicador

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