– Si, pero…
– Pero ?que?
– Mis amigas dicen que si estan lejos los hombres se olvidan de ti, que si no te ven no existes para ellos.
– Tus amigas son una panda de gilipollas.
– ?No te consiento que digas eso, son lo unico que tengo para darme consuelo! ?Con quien quieres que hable, con mi madre?
– A lo mejor tu madre tiene mas sentido comun que esas idiotas.
Se percato de que ella lloraba al otro lado del hilo.
– Yolanda, ?estas ahi? ?Cono, para una vez que hablamos, me voy a quedar con mal cuerpo!
– Si, perdona, llevas razon; pero es que hace tanto tiempo que no nos vemos que ya no estoy segura de nada. Ademas, yo te llamaba para darte una sorpresa.
– ?Cual?
– Voy a ir a verte por Navidad.
– Navidad, ?cuando es Navidad?
– ?Ves como no te enteras? Pero si ni siquiera sabes en que mundo vives. ?Dentro de un mes es Navidad! Y no tienes que preocuparte por el dinero, mis padres me pagan el viaje. Estare ahi nueve dias, los cogere de vacaciones en el trabajo.
– ?Ah, que bien!
– ?Ni siquiera te alegras!
– ?Pues claro que me alegro!; lo que pasa es que no habia pensado en la Navidad, como aqui no hace frio y todos los dias son tan parecidos… pero me alegro, desde luego. La verdad es que estoy deseando verte.
– Bueno, esta bien. Mandame esta noche un mensaje, ?de acuerdo?
– No fallare.
Cuando colgo, estaba cansado, como si hubiera estado varios dias sin dormir o hubiera caminado muchos kilometros. La Navidad, no habia contado con esa complicacion. Con un poco de suerte, muchos residentes de la colonia se marcharian a pasar esos dias a Espana, pero seguro que los ingenieros se quedaban, de lo contrario, ya se lo hubieran comunicado para que gestionara los billetes en la agencia de viajes y todo lo demas. ?Y ahora la visita de Yolanda, otra cosa en la que pensar! Naturalmente que le apetecia verla; al fin y al cabo, era su novia, pero de lo que ella no parecia darse cuenta era que el no estaba en su ambiente ni en su ciudad. Ademas, su jornada de trabajo se extendia fuera de cualquier horario normal, vivia alli, con toda aquella serie de mujeres que lo llevaban a mal traer.
De pronto recordo que habia dejado la puerta cerrada con llave y fue a abrirla. Al cabo de un cuarto de hora habia quedado con el cocinero. Le pediria que cuando saliera a hacer las compras lo llevara hasta El Cielito para recoger su coche. De ese modo, podia pasar un par de horas con las chicas. Esa perspectiva lo animo.
Susy siempre estaba dispuesta a salir con ella. Se aburria mortalmente, la pobre, alli sola. Pero no era inocente, sabia muy bien que salir con Paula implicaba posibilidades especiales, complementos a un simple paseo que alguien podria calificar como peligrosos. Aquella manana hacia un sol cegador, un aire seco y fresco. La plaza de San Miguel lucia en toda su animacion. Paula bebio cerveza, cerro los ojos, dejandose banar por el agradable calor en la cara. Susy le pregunto de pronto:
– ?Como llevas tu traduccion, trabajas en ella?
– Con absoluta dedicacion. Justamente ayer, el conde Tolstoi daba un paseo por su finca de Yasnaia Poliana a caballo. Nevaba. El iba mirando los campos de su propiedad cubiertos de blanco, brillando en el horizonte, y eso lo hacia sentirse en contacto directo con Dios.
– Hermoso.
– Genial. Claro que en la siguiente entrada de su diario habla de su mujer, y ahi las cosas empiezan a torcerse.
– ?Su mujer no le hace pensar en Dios?
– Le hace pensar en lo peor, en lo mas miserable; y se da cuenta de que todas esas miserias y pequeneces no vienen de fuera, sino que estan en su interior. El matrimonio hace aflorar lo repugnante que hay en el.
– No es muy tranquilizador.
– En absoluto.
– Yo no comparto esa vivencia de Tolstoi.
– ?Por que no? En realidad, el matrimonio es una institucion domestica, algo para ser usado diariamente, como unas zapatillas de estar por casa, como una escoba para barrer. Poca grandeza hay en eso. Tolstoi era elevado como escritor y como mistico, pero como marido era un gusano.
– ?Y no podria pasar justo al reves: que alguien fuera mediocre en sus ideas pero un genio en el matrimonio?
– ?Un genio en el matrimonio, y eso como se come, que significa: ser bueno, comprensivo, buen amante?
– Eso y mucho mas, todas las cosas que un marido debe ser.
Paula la observo detenidamente percatandose de que cuando estaba con ella apenas la miraba a la cara. Tenia unos esplendentes ojos azules llenos de curiosidad, de algo parecido a la inocencia. Sintio un arrebato de rabia en su contra. ?Que pretendia con aquellas preguntas, es que era incapaz de darse cuenta de que ella estaba de vuelta, pasada, gastada, jodida de verdad?
– Me gustaria saber que le pides tu a un marido, querida Susan.
– A un marido en abstracto puedo pedirle muchas cosas, a Henry procuro no exigirle nada. ?No te pasa a ti algo por el estilo?
Apuro su cerveza de un trago. Hizo un gesto imperativo pidiendo otra al adormilado camarero que esperaba sentado en la puerta del bar.
– No, te equivocas por completo. Yo le pido a Santiago mas de lo que nunca podra darme. Se lo pido todo, ?comprendes? Se lo demando solemnemente. Y lo que mas deseo sobre todas las cosas es que me aguante, que soporte mis cabronadas, mis infidelidades, mi mal humor.
Estaba seria, casi furibunda. Susy la miraba bastante desconcertada.
– ?Por que te pones asi? No te entiendo, Paula, creeme, me cuesta mucho seguirte.
– Entonces, no me sigas, dejame en paz. ?Que eres tu, una Teresa de Calcuta del talamo nupcial, una abnegada esposa que con poco se conforma? Cuentales esas cosas a todas esas imbeciles de la colonia, pero no a mi. Te has confundido de persona.
A Susy se le llenaron los ojos de lagrimas. Daba cabezadas como si no acabara de creerse lo que estaba sucediendo. Empezo a mascullar frases en ingles. Se levanto, alejandose a grandes zancadas decididas. Paula sonrio para si misma, se fijo en que direccion tomaba. Pago al camarero sin prisas y la siguio. Estaba encaminandose hacia la colonia. Corrio un poco hasta alcanzarla. Se puso a su altura y adecuo la velocidad de su paso al de la americana. Susy se volvio:
– Dejame sola, Paula, has conseguido ponerme nerviosa.
– ?Yo? No comprendo por que. Estabamos charlando sobre un tema interesante y no hemos logrado ponernos de acuerdo, eso es todo.
– ?Charlando?, ?que cinismo! Digamos entonces que no me gusta tu manera de charlar.
– Puedo ser vehemente en algunos momentos.
– Algo mas que vehemente. Has sido… ofensiva, esa es la palabra.
– Bien, de acuerdo, ofensiva, que tambien quiere decir beligerante en espanol, ?conocias esa acepcion? Oye, dejate de tonterias y vamos a tomar una ultima copa en aquel bar que conocimos el otro dia.
– ?No puedes maltratar a la gente y luego continuar como si tal cosa!
Paula dejo de caminar, miro a Susy con dureza:
– Si no quieres acompanarme, no lo hagas; pero quiero que entiendas algo con total claridad: si no vienes ahora a ese bar, no volvere a tratar contigo. Nunca, ?me oyes?, nunca. Y sabes que estoy hablando en serio.
Noto en la cara de Susy un gesto desesperado. Por fin hizo un mohin de nina contrariada y bajo la cabeza. Dijo remoloneando:
– Eres odiosa. Espero que ese maldito bar este mas animado que el otro dia, porque de lo contrario…
Paula sonrio triunfalmente, la tomo de un hombro, haciendola regresar sobre lo caminado.