todos. Por ejemplo durante esa horrible comida de Navidad que debemos compartir. ?Te imaginas?, una partida de gachupines cazados en su salsa. Genial: «Confiscamos este pavo relleno en nombre de la Revolucion.»

– ?No me hables de esa comida! Manuela ha propuesto que cada una de nosotras prepare un plato tipico de su region.

– ?Que encantador! A esa mujer cualquier dia la nombraran embajadora de las Naciones Unidas.

– ?Eres perversa!, pero te aseguro que Manuela monta tantas actividades solo para que nos encontremos mejor aqui; aunque, claro, a veces su buena voluntad te supone un compromiso. Porque yo soy una cocinera mas que mediocre.

– Tranquila, yo cocinare por las dos. Hare un buen pastel de hachis.

– ?Estaria bien! -dijo entre risas-, pero procura avisar para que los ninos no coman.

– ?Al contrario, los ninos primero! Demosles una experiencia que valga la pena en este erial, algo que recuerden el resto de sus vidas.

– Lo siento, Paula, pero tengo que dejarte. Nos vemos luego.

– Espero que no te secuestren.

– No antes de haber probado tu pastel.

Se despidieron y vio como Victoria se marchaba muy de prisa. «Huye de mi -penso-, huye de mi porque yo soy la anomalia y ella la normalidad. Esa mujer es la normalidad -se repitio-, deberia seguirla las veinticuatro horas del dia y observar que hace para imitar su ejemplo.» Asi quiza podria enfrentarse al mundo con alguna indicacion de uso, y no siempre temiendo romper alguna pieza de esa maquina misteriosa.

Los hombres llegaron para pasar en familia las fiestas de Navidad. Por fin esa dichosa obra permaneceria cerrada durante tres dias sin que se hundiera el mundo y el cielo se desplomara. Todo estaba listo. Dario transigio en todo y hasta coloco un servicio de megafonia que difundia por los jardines canciones navidenas desde las seis hasta las ocho de la tarde. Todo esto era sobre todo en honor a los ninos. Aquella parafernalia festiva podia parecer inutil en principio a mas de uno, pero lo cierto era que se habia conseguido dotar a la colonia de un ambiente hogareno y tradicional. En cuanto los jardines y las instalaciones comunes estuvieron engalanados, en seguida pudo verse a los ninos visitandolos. Ya se sabe que los adultos realizan muchas de sus aparatosas celebraciones solo de cara a los ninos, intentando amueblarles un mundo que es bastante desagradable de por si. Manuela recordaba con nostalgia a su nieta. Este ano no podria verla, y cuando la viera dentro de un tiempo ya no seria un bebe. Se habria perdido su primera infancia. Penso que los hijos pequenos eran lo mas hermoso del mundo. Recordo una tarde en el porche de su casa de verano. Sus tres hijos eran ninos aun, el menor solo tenia meses. Emitia ruiditos armonicos y graciosos como una musica alegre. Los otros jugaban a su lado. Entonces se habia dado cuenta de que se encontraba viviendo el momento mas feliz de su vida. Una sensacion de plenitud la habia envuelto. Estaba en la cuspide. Puede que nunca llegara a experimentar nada parecido, pero en aquellos instantes habia tocado el cielo con las manos, llena de paz. Muy poca gente podia decir algo asi. Le estaba agradecida a la vida, la vida se habia portado bien con ella.

Suspiro profundamente. No tenia derecho a dejarse arrastrar por la tristeza. Aquel pasaje maravilloso de su existencia ya era motivo suficiente para vivir, pero habia disfrutado de otros episodios emocionantes. ?Ah, su minuscula nieta de ojos azules, si pudiera tenerla ahora mismo entre los brazos…! Llamaria a su hija aquella misma tarde y le pediria que pusiera a la nina en el auricular, queria que la pequena oyera la voz de su abuela.

Los ninos eran importantes, por supuesto que si. Si todo salia como estaba previsto, aquella Nochebuena los ninos de la colonia hasta se encontrarian con Papa Noel. Le habia costado lo suyo convencer a Dario para que se disfrazara. ?Que cruz de chico! Como si disfrazarse de Papa Noel fuera algo tan traumatico. El propio Adolfo lo hubiera hecho encantado, pero llegaba demasiado tarde de la obra aquella noche, con el tiempo justo de ducharse, arreglarse y bajar a cenar al salon. No debia correr el riesgo de que algo saliera mal. ?Que habia sido su vida sino intentar que siempre todo fuera perfecto? Suspiro de nuevo. Estaba segura de haber hecho las cosas bastante bien a lo largo de los anos. Podia decirse sin exagerar que, en los lugares donde ella habia estado, siempre habia reinado la armonia. Aunque, de pronto, una oleada de cansancio la envolvio. Eso era muy cierto, pero se habia pasado la vida esforzandose por los demas. ?Claro que su marido la queria!, ella le habia hecho la vida facil, habia sido una especie de mirlo blanco para el. Pero ?que hubiera sucedido de haber sido una mujer mas libre, una esposa pendenciera y bebedora, caprichosa y anarquica, alguien como Paula? ?Adolfo hubiera seguido amandola igual? ?Dios, preferia no pensarlo!

Llego al aeropuerto con tiempo de sobra para el aterrizaje del avion. Entro en la cafeteria. No estaba nervioso, sino mas bien fastidiado. Hubiera deseado tomar unos dias de vacaciones. Asi, dos pajaros muertos de un mismo tiro: por un lado se hubiera librado de toda aquella historia de la Navidad, incluida la broma pesada de tener que disfrazarse de Papa Noel. Por otro, Yolanda y el hubieran estado mucho mejor solos y tranquilos una semana en un hotel de Oaxaca. Pero no, Yolanda era la primera que se habia negado a esa solucion. Tenia ganas de estar en la colonia, de ver el lugar donde el trabajaba y pasaba su tiempo en Mexico. Claro, y aunque no lo admitiera abiertamente, tambien tenia ganas de cotillear, de darse importancia al volver a Madrid diciendo que habia estado con las mujeres de los jefes de su novio. Yolanda era asi, y no creia que hubiera cambiado en los ultimos tiempos. ?Hacia tanto que no se veian! Las conversaciones telefonicas, tambien las cartas, se habian convertido en continuas reivindicaciones por parte de su novia. Le recriminaba que lo encontraba poco calido, que no se acordaba de ella lo suficiente, que no le demostraba demasiado interes. El siempre negaba, aunque probablemente ella llevaba razon. Pero es imposible mantener una relacion normal cuando la otra persona no esta junto a nosotros. Aquel mismo viaje de su novia, penso, no conseguiria mas que dejarlo con una sensacion rara cuando ella se fuera de nuevo. Y total, ?paraque? Otra vez deberia habituarse a la soledad, a luchar contra sus remordimientos al volver de El Cielito… Por mucho que quisiera a Yolanda, que la queria, hubiera preferido que no llegara en aquel avion.

Anunciaron por megafonia el aterrizaje y se acerco a la puerta por donde su novia iba a salir. No le latia fuertemente el corazon ni se puso a atisbar entre los viajeros con el aliento contenido. Mas bien tenia la sensacion de que Yolanda no estaria alli. Algo la habria retenido en Espana, o quiza habia perdido el avion. Pero no, de repente la distinguio: con un brazo aleteando en el aire y una sonrisa triunfal. ?Era ella? Se dio cuenta de que no la recordaba en absoluto, como si no se hubieran visto jamas. Llego hasta el y lo abrazo, luego lo beso apasionadamente en la boca.

– Dario, carino, ?como estas?

Se habia quedado sin habla, no sabia que decir ni se acordaba de en que tono solia dirigirse a ella. De una manera absurda, pregunto:

– ?Te has cambiado el color del pelo?

– Unos reflejos rubios nada mas. ?No te gusta? Me lo hizo Conchi, mi amiga peluquera. ?Te acuerdas de ella? Dijo que me suavizaria las facciones, que me daria mas vida. ?Ya me imaginaba yo que pondrias mala cara! A ti nunca te han gustado los cambios.

?Era eso verdad, nunca le habian gustado los cambios? Yolanda se dirigia a el como si solo hubieran estado separados desde la semana pasada.

– No, no, estas muy bien asi.

– ?En serio? Si no te gusta puedo quitarmelo; seguro que encuentro una peluqueria cerca de donde vives.

– No, venga, salgamos de aqui.

Empujaron el carrito portaequipajes hasta el parking y alli cargaron las maletas en el coche. Sentado al volante, le llego el olor de su novia. Si, era ella. Se le representaron las tardes en la discoteca y las noches en que follaban en casa de un amigo comun.

– Menos mal que no has cambiado de perfume.

– ?Lo notas?

La beso en los labios e inmediatamente tuvo un deseo loco de llegar a su habitacion para hacerle el amor. Ella parecia feliz.

– Tus padres te envian muchos besos. Tambien me han dado un paquete para ti. Vino tu hermana el otro dia a traermelo. Estaban emocionados, me repetian todo el rato que me iba al otro lado del mundo. Todos tienen muchas ganas de verte: tu familia, tus amigos. Dicen que igual hacen una locura y se presentan aqui este verano.

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