habia querido evitar, pero cualquier solucion que llevara a un intento de pacificacion por su parte se estrellaba contra la logica. ?Que podia hacer, intentar un dialogo civilizado, con que argumentos, y en que tono: de mujer a mujer, de amante a esposa? ?Pedirle perdon? Intuia que esos esfuerzos no harian mas que degenerar en situaciones melodramaticas que podian caer con facilidad en la violencia o el absurdo. Estaba convencida de que no le quedaba mas remedio que aguantar como estaba, y solo en caso de que fuera Paula quien quisiera hablarle veria como actuar. Si llovia sobre ella un chaparron de insultos o ironias, deberia soportarlo con mansedumbre. Pocas mas alternativas se le ocurrian.
Leyo el papel. ?Dios, una nueva fiestecita de Manuela a cuenta de la caridad! Eso le indicaba que no se habia enterado aun del
En la gran sala del club social se veian dos mesas largas perfectamente preparadas con un servicio de te. El cocinero se habia esmerado con las pastas secas y el plum-cake. Como fastuoso colofon, una enorme tarta Sacher presidia el centro. A Manuela le gustaba que todo fuera abundante y tuviera un toque internacional. No se puede decir a la gente que se siente a pensar sin haber llenado el estomago de cosas selectas que ayuden a encontrarle placer a la vida. Sin embargo, en aquella ocasion, queria que fuera muy evidente que se trataba de una sesion de trabajo; de modo que primero merendarian y luego se sentarian a deliberar. Dario, libreta y boligrafo en mano, era el unico varon presente. Parecia importante que aquella reunion tuviera un caracter formal que distinguiera aquella actividad de cualquier otra fiesta. Dario tomaria notas sobre la sesion, y Manuela estaba dispuesta a contribuir a la idoneidad del ambiente leyendo un par de parrafos que habia redactado sobre la necesidad de ser huespedes solidarios con aquel pais. Se sentia contenta, investida de razon, mas ligera, como si al final fuera a ser verdad lo que las monjas del colegio tanto le habian repetido durante los anos de su educacion: ayudar a los necesitados proporciona una gran alegria interior. Pues bien, la cosa funcionaba, por ella no iba a quedar, estaba dispuesta a aportar su grano de arena incluso si los planes que salieran de aquella reunion comportaran un monton de trabajo personal.
Fueron llegando las esposas y se sirvio el te. En cuanto hubieron acabado con el refrigerio y antes de que se formaran grupos absorbidos por la conversacion, Manuela les indico como debian sentarse en corro y pidio silencio, dispuesta a leer su breve discurso de introduccion.
Mientras leia, Victoria la miraba fijamente, era el unico modo de evitar coincidir con la mirada de Paula, que no se apartaba de ella. Tras haber pronunciado la oradora las primeras frases, Paula levanto un dedo, interrumpiendola:
– Perdona, Manuela, quiero hacer una pregunta. ?No has previsto que nos sirvan una copa?
La anfitriona se quedo callada, con expresion de perplejidad. Intento sonreir.
– No, Paula, no se servira nada mas; pero en cuanto acabemos la reunion el bar estara abierto, como siempre.
– ?Protesto energicamente! ?Como se supone que podemos ser solidarias con nadie sin tener el alma lubricada con los elixires que fomentan el amor universal? Para practicar la caridad hay que estar un poco euforico. Yo en cuanto oigo decir que un semejante pasa privaciones en seguida necesito un chute de alcohol para recomponer mi sensibilidad. Es el unico modo en que puedo sobrellevar tanta desdicha ajena.
Un silencio viscoso se extendio por la sala. Cuando Paula la interrumpio, Manuela habia tomado la rapida decision de ser diplomatica y paciente, pero de pronto sus buenas intenciones la abandonaron. Un rubor intenso le subio a las mejillas y sintio una furia dificil de controlar. Se quito las gafas de lectura con un gesto energico.
– Paula, disculpame, pero me parece que no tienes ningun derecho a monopolizar el tiempo de esta reunion. Todas nos ocupamos de otras tareas, algunas han dejado a sus ninos pequenos para venir aqui. De manera que cuanto antes acabemos, mejor. Tu podras beber la copa que te parece tan indispensable y nosotras volver a nuestros asuntos.
Hizo ademan de reemprender la lectura, pero Paula la interrumpio de nuevo:
– ?Cierto, pero si se me habia olvidado que estoy entre damas de buen corazon! Todas volcadas en sus familias y sus ocupaciones… solo hacen un alto en el camino cuando las reclama la caridad. Espero que sepais disculpar mi distraccion.
Se oyeron chasquidos de lengua y murmullos de desaprobacion. La voz de Manuela gano en autoridad y dijo secamente:
– Es suficiente, Paula, dejalo de una vez.
– ?Os preocupa la pobreza de esta gente, queridas companeras? ?Que vais a hacer esta vez para combatirla: un baile de debutantes, una obra de teatro aficionado? ?Ah, sois un encanto, todas tan educadas y tan hipocritas, grandes actrices! Preguntadle a Victoria si no es una gran actriz. Ella puede interpretaros el papel principal de la funcion. Ha sabido disimular perfectamente mientras le robaba el marido a otra mujer en presencia de todos. Un comportamiento etico y solidario, ?si, senor!
Victoria se puso en pie. Estaba palida. Hizo el gesto de marcharse, pero Paula la atajo, levantandose tambien:
– No hace falta que te vayas, no te tomes tantas molestias. Quedate, estar entre hipocritas es un buen lugar para ti. Ya me ire yo, yo si sobro en esta asamblea.
Salio caminando a pasos largos e impetuosos, dejando tras de si un grupo que no lograba sobreponerse a la escena. Susy fue corriendo tras ella. Manuela, inmovil, con los papeles de su discurso en una mano y las gafas en la otra, no sabia como reaccionar. Victoria, en silencio, tambien abandono el recinto. No hubo ni siquiera un murmullo, solo silencio consternado. Por fin Manuela, dejando de lado el tono de «convocante oficial», dijo con voz algo tremula:
– Amigas, no se que decir. Hemos pasado por unos momentos muy tensos. Creo que sera preferible que pospongamos la reunion hasta que estemos todas menos conmocionadas.
Aquella entrada parecio devolver la palabra a las esposas y, por primera vez, se oyeron susurros y comentarios por lo bajo. Manuela se seco una gota de sudor, doblo cuidadosamente los papeles de su parlamento, preparado con inutil esfuerzo, y penso con encono: ?tormenta de cerebros, en mal momento se le habia ocurrido congregar aquella malhadada reunion!
?Menuda movida! Aunque era de esperar, aquel jodido asunto tenia todas las piezas de una bomba de relojeria que en cualquier momento podia explotar. Y habia explotado en el momento mas espectacular, con dona Manuela al frente y toda la panda de esposas. Despues de la primera impresion lo primero en que penso Dario fue en las implicaciones que el escandalo podria tener para el. Primero la agresion en El Cielito y ahora esto. Ya estaba todo expuesto a la luz publica y, encima, en plan culebron. ?Que le pasaria a el? No en vano habia servido de intermediario a los amantes. De momento, se habian desencadenado los grandes truenos, pero luego acabarian sabiendose los detalles de la historia, y ahi apareceria el como urdidor y unico responsable de los encuentros eroticos y, encima, como encubridor de toda la historia. Por fortuna, don Ramon no parecia un hombre muy temperamental, ya que a su propio rival lo habia despachado solo con una hostia. No creia que fuera a saltarle al cuello. Pero de las iras de la esposa enganada no lo libraria ni Dios. ?Menuda era! En realidad, siempre le habia dado miedo, por imprevisible y porque no parecia importarle un carajo lo que pensaran los demas sobre ella. Si, seguro que le montaba un numero glorioso, y a tenor de como habia actuado en la reunion, buscaria una ocasion publica para atacarlo. ?Que haria, llamarlo alcahuete delante de todo el mundo? Eso era demasiado suave. Como probablemente habria bebido, iria mas lejos. A lo mejor lo abofeteaba. Tampoco era descartable que lo interrogara estando los dos solos: ?donde estaba la habitacion en la que se encontraban, con que frecuencia lo hacian? Los conyuges abandonados suelen regodearse en su desgracia, quieren conocer los detalles