echo a llorar silenciosamente con violentos estertores. Notaba autentico dolor fisico en el pecho. Temio que le fallaran las piernas. Debia reaccionar, controlar el dolor como se controla la ira. Debia hacer algo inmediato, real, algo que lo implicara con el resto de los seres humanos. Recordo a Luz Eneida. Rapidamente se dirigio al club. Con toda probabilidad, Adolfo estaria alli. Le hablaria sobre la chica, le pediria que volviera a contratarla en cualquier lugar de la colonia en el que fuera util. Apreto los punos, los dientes, y avanzo en linea recta.
Susy salio corriendo de su casa. Una sensacion de ahogo profundo la hacia resollar atropelladamente. No recordaba haber discutido antes con Henry de una manera tan aspera y salvaje. Se paro un momento, formo una pequena caverna con las manos y respiro en su interior. Fue recuperando el ritmo normal. Calma, mucha calma, no habia que precipitarse. A Henry no le gustaba lo que estaba pasando, y ?que estaba pasando? Pues que su pequena Susy estaba liberandose de la tutela conyugal. Y esta vez iba en serio, nada de recetas de autoayuda ni de consejitos de psiquiatra, siempre dirigidos a que todo siga igual. Ahora las cosas se desarrollaban de modo radical. Toda su vida anterior habia sido una mentira, un modo de mantenerla controlada, de no permitirle salir a flote. Entre todos habian acabado por inculcarle que el unico sistema de vivir es acoplarse a la realidad. Facil, asi cada vez estas mas integrado y tu resignacion es mayor. Pero no, ahora comprendia que hay otros sistemas. Puedes rebelarte, vivir al margen, negarte a acatar las reglas que te han impuesto y que creias hasta el momento tu unica tabla de salvacion. Para eso hace falta coraje, decision, fuerza, la intrepidez suficiente para darte cuenta de que el futuro esta en blanco y tu puedes escribirlo de tu puno y letra.
Era evidente que el unico paso logico a continuacion era separarse de Henry. Estaba convencida de que eso no representaria ninguna tragedia para el, no habia resultado ser la mujer que esperaba, tampoco la que esperaban los demas. Y si antes lo era, ahora habia cambiado. Las personas no son un monolito tallado desde la antiguedad que se mantiene asi por los siglos. Las personas varian, evolucionan, sufren autenticas metamorfosis. No estan hechas de piedra, sino de fragiles huesos, de piel resbaladiza, de pensamientos etereos e inconstantes. Su materia central es el aire. Y asi se sentia, ligera como un soplo de viento poderoso que lo arrasa todo al pasar.
La vida empezaba a partir de ahora. ?Dios, habia estado a punto de permanecer atrapada para siempre en la red de falsedades tejida por su entorno! Habia llegado a creer que su destino era el matrimonio, alcanzar la madurez de la que tanto le hablaban, afrontar los problemas con su madre. Le habian metido en la cabeza que no podia huir. El psiquiatra se lo habia recalcado mil veces: no se puede escapar de los fantasmas, hay que hacerles frente. El fantasma de su ninez, de su debilidad, de su incapacidad para comportarse de modo adulto, el fantasma de su madre. Y, sin embargo, ?quien era su madre en aquellos momentos de su vida? Nadie, habia desaparecido por completo para ella. Ni siquiera recordaba su cara. Los fantasmas no son reales, solo se manifiestan mientras nos atormentan, pero si dejan de atormentarnos, dejan de existir. Se negaria a ver de nuevo a su madre. O quiza eso era excesivo, alguna vez comerian juntas, y entonces la trataria como a una vecina que se ha tenido en el pasado, con la que nunca ha habido una relacion profunda pero a la que no se quiere desairar. Lo que estaba muy claro era que nunca mas responderia a sus llamadas telefonicas. Se acabo, aquellos urgentes y ridiculos mensajes de ayuda quedarian levitando en el cosmos, formando parte de la basura espacial.
De pronto sintio un poco de miedo ante su propia euforia, pero lo desestimo. Nunca mas experimentaria miedo, y mucho menos de sus sentimientos o pensamientos. Tenia la seguridad suficiente como para hacer cualquier cosa sin alterarse. El bien y el mal eran otro invento dirigido a oprimir a la gente, a uniformizarla, a perpetuar sus terrores.
Se autoestudio. De la inquietud histerica en la que se hallaba despues de discutir con su marido habia pasado a un estado de conciencia casi jubiloso. Bien. Eso era algo digno de celebrarse. Penso que seria estupendo ir a tomar una copa con su querida amiga, su companera de andanzas, la unica persona en el mundo que no la habia tratado nunca como a un osito de peluche, sino como a una mujer de verdad.
Cuando se acercaba a casa de Paula vio salir a Santiago y retrocedio un paso. No dio signos de haberla descubierto. Paso a unos metros de ella tan absorto y serio como si acabara de abandonar un velatorio. Tanto mejor, se dijo Susy, aquel tipo habia conseguido que su amiga se deprimiera en los ultimos dias. Seguro que ahora la encontraria con el animo por los suelos. Seria una buena ocasion de intentar variar su humor. Aunque entristecer a Paula no era facil, estaba por encima de las pequenas flaquezas. Quiza la recibiria de modo alegre, dispuesta a brindar por todo y por todos.
Llamo a la puerta y, un instante despues, Paula le abrio. Sus suposiciones eran ciertas, en el rostro de su amiga no se apreciaban senales de llantos ni gestos de abatimiento. Se mostraba superior y estoica como de costumbre.
– ?Ah, Susy, eres tu!
– Creias que llamaba Santiago, ?verdad? Lo he visto salir desde lejos.
– Ha venido a despedirse definitivamente.
– ?Estas afectada?
– ?Vamos a hablar aqui, en la puerta?
– Pense que me invitarias a una copa.
– Pasa.
Le parecio que Paula estaba muy elegante, vestida con unos anchos pantalones de tela blanda y una sencilla camiseta gris.
– Sientate. ?Que puedo ofrecerte?
– Depende de lo que vayamos a celebrar.
– Tu eres quien ha venido. ?Que propones?
– Podemos celebrar tu separacion o mi cambio espectacular, porque he cambiado, querida, y mucho.
– Si, ?eh? Interesante, muy interesante.
Paula le dio la espalda, se acerco al mueble donde guardaba las botellas y saco una de whisky. Sirvio dos vasos. A Susy su modo de hablar le parecio cinico y despectivo, pero no iba a sentirse desconcertada esta vez. Conocia ese tono, casi se habia acostumbrado a el, y sabia que no significaba nada. No debia dejarse intimidar, luego seria diferente, con ella siempre era diferente de como se mostraba con los demas. Se sentaron frente a frente. Paula agito el hielo en su vaso.
– De modo que has cambiado. ?Y asi, por las buenas, o ha sido una meditada decision?
– Casi podria decir que no he tenido que meditar ni decidir nada. Paula, simplemente he comprendido, he cambiado, me siento otra. En este momento estas hablando con una mujer libre que se encuentra a punto de liquidar todos sus compromisos.
– ?Vaya, que coincidencia, ya somos dos! Brindemos por eso.
Paula se levanto y fue a sentarse junto a la americana, chocaron los vasos. Luego bebieron de un solo trago todo el contenido.
– ?Que ha venido a contarte Santiago, que se muere de amor por esa mosca muerta de Victoria?
– Algo parecido. Era su despedida formal.
– ?Lamentable, todo el mundo es igual! Intentan aparentar frente a ti que hacen las cosas correctamente. Podia haberte ahorrado el trago.
– Si, ya ves, podria haber tenido ese detalle, simplemente desaparecer. Pero no creas que me importa demasiado.
– Ya se que no.
– Solo que me ha anunciado algo mucho mas inquietante que su amor por la mosquita muerta.
– ?Que?
– Algo que por otra parte ya esperaba: tengo que irme de aqui. Disfruto del derecho a permanecer en la colonia solo como su esposa. Asi que mi estancia se acabo.
– Pero ?eso es imposible!
– ?Imposible? ?Que te hace pensar eso? Me echaran a la puta calle. Nos mantiene una empresa, no una institucion de caridad. Adolfo, Manuela, todos esos hipocritas que siempre me sonreian y se preocupaban por mi bienestar me daran la patada: «?Fuera, largo!» Ademas, estaran encantados de librarse de mi, un problema menos.
– ?Y que haras?
– Pues volver a Espana, ya me diras que otra cosa puedo hacer.
– ?Y alli viviras sola?