identidad de Adelita, asi que al cabo de un mes era libre de hacer con la joya lo que quisiera, habiendola pagado y cumplidos los requisitos que exige la ley. En cuanto al policia, que tras esa informacion no te lo comunico, dira que si lo hizo y siempre sera tu palabra contra la suya.' Y anadio: 'No recuperaras la joya, y si lo unico que pides es justicia, es dificil que la obtengas unicamente con tu declaracion.' Repeti otra vez todo lo ocurrido al responder a las innumerables preguntas que me hizo Gerardo a primera hora de la manana cuando hable con el, antes de ir a la facultad. Lo habia llamado con impaciencia por la noche en cuanto llegue a Madrid, pero salto el contestador, y aunque le deje un mensaje, debio de haber llegado muy tarde y quiza no quiso despertarme.

Al dia siguiente, cansada y ojerosa porque apenas habia dormido, respondi con paciencia.

'No lo entiendo', dijo cuando acabo de preguntar, 'de verdad que no lo entiendo. Una denuncia no puede haberse perdido, y aunque asi fuera, lo que podria ocurrir, si ha de quedar constancia en alguna parte de que se puso. La copia esta con el resto de la documentacion, ?no? Aunque si se ha desestimado por falta de pruebas…' Nos cansamos de repetir y de especular.

Aquel mismo dia a media manana, ya desde la universidad, me puse en contacto con el senor Prats Sisquella, el abogado. Al telefono, su voz sonaba mucho mas distante y agria de lo que yo la recordaba.

Apenas me dio tiempo a saludarlo cuando me interrumpio para recordarme que, si no estaba confundido, me habia dicho que me llamaria el, que tenia que dominar mi impaciencia y no adelantarme a los acontecimientos.

'Pero es que han ocurrido otros hechos, por eso lo llamo', dije con seguridad.

'?Que hechos? ?Que ha ocurrido que tenga tanta importancia?' ?Habia en su voz un tono de inquietud, de zozobra, o me lo parecio a mi?

Estoy perdida, me dije, veo fantasmas hasta en las palabras.

'El caso es que cuando me iba ya, Adelita me dijo que la habian llamado al juzgado y tras su declaracion el caso se habia sobreseido…' '?Adelita es la guarda?' 'Si', dije, incomoda por la interrupcion, 'si, es la guarda.

Bueno, pues me dijo que se habia sobreseido el caso por falta de pruebas.' La noticia no parecia sorprenderle, asi que segui: 'Porque declaro que la noche en que se descubrio el robo, la habian llevado al cuartel y habia confesado bajo presion de la Guardia Civil. ' Calle esperando una respuesta, pero en el telefono solo habia silencio.

'?Oiga? Senor Prats, ?me oye?' 'Si, si, la oigo', dijo distraidamente, como si tuviera la cabeza en otra parte, o como si, amparandose en que no lo veia, despachara con su secretaria. 'Si, si, siga', anadio.

'Bueno, no hay nada mas que decir. Eso es todo.' Entonces, con ese puntillo de resabio que emplean ciertos medicos y confesores, pregunto: '?Cuando dice que ocurrio?' 'Ayer, serian las cinco de la tarde. Yo estaba ya por venir a Madrid.' Todavia estuvo un momento sin hablar y cuando lo hizo seguia el tonillo doctoral que me intimidaba: 'Esto cambia las cosas', dijo sin ningun rubor por la obviedad de la afirmacion. 'Esto nos pone', comenzo a usar en aquel momento el plural mayestatico, 'en una situacion muy distinta. Tenemos que utilizar todo el tacto de que somos capaces para ver que es lo que hemos de hacer ante una situacion tan contradictoria, tan encontrada, diria yo, si entiende lo que quiero decirle', anadio con suficiencia.

'Este hombre es tonto', dijo Gerardo cuando se lo conte. 'Claro que cambia las cosas que se haya sobreseido el caso, las cambia tanto que, de hecho, ya no lo necesitas. ?Que puedes hacer tu y que puede hacer el? Nada, sea o no sea contradictoria la situacion.' 'Pues aun me ha dicho mas. Dice que no vaya para nada a la casa del molino hasta que el me lo autorice, asi lo dijo, y que si llamo por telefono, no le hable de este asunto a la guarda, quiere decir a Adelita. Que no vaya por ahi contandole esta historia a la gente.

Las mujeres, dice, a veces por el afan de hablar con la vecina, cometen muchas indiscreciones. Eso me dijo, el misogino. ?A quien quiere que se lo diga? La poca gente que conozco en el pueblo la conozco solo de vista o de ir a las tiendas, y si no les he hablado del robo, ?por que iba a hablarles deli sobreseimiento? Se creera que no tengo otra cosa que hacer.' Pero a pesar de mi indignacion habia seguido escuchandolo porque estaba convencida de que tal vez tuviera alguna estrategia que me permitiera salir de la incertidumbre en la que me hallaba. Asi se lo contaba yo a Gerardo noche tras noche cuando nos hablabamos. El me escuchaba atento pero desinteresado, porque debia de cansarle el asunto como le cansaba repetirme a cada momento lo que habia de hacer.

'Dijo', continue, 'que hay que investigar una serie de datos para esclarecer que ha ocurrido y saber por que no se ha tenido en cuenta mi denuncia.' 'Tonterias, esta queriendo alargar el caso que ya esta cerrado para cargar los honorarios.' 'Tal vez haya todavia una esperanza', dije con timidez.

'?Esperanza? Esperanza, ?de que? ?Que esperas? Lo unico que tienes que hacer es precisamente ir alli, cancelar el contrato con Adelita, pagarle lo que le corresponda y no verla nunca mas en tu vida.' 'Lo que ocurre', respondi con cautela, 'es que no tenemos contrato firmado.' '?Que no hay contrato? Tantos anos de estar en tu casa, ?y no hay contrato? ?Sabes a lo que te expones? ?Sabes que puede denunciarte y te puede caer una multa muy gorda, ademas de que tendras que pagarle una indemnizacion? ?Te das cuenta de que eso es un delito?' 'Si, lo se, pero cuando entro en la casa, como estaba cobrando el paro, no quiso que la aseguraramos, y luego se nos fue pasando el tiempo. Lo cierto es que ella nunca lo reclamo abiertamente y a mi se me olvido, la verdad. Vete a saber si estara cotizando en otra parte.' 'Vaya lio', se horrorizo Gerardo. 'A ver como sales de esta ahora. Te tiene bien cogida.' 'A lo mejor no hace falta hacer nada con ella. Tal vez sea cierto que se sintio presionada o lo que declaro se lo aconsejo el abogado de oficio para que no le cayera una condena mas fuerte.' '?Mas fuerte? ?Si no le ha caido nada!' E insistio: 'Aun asi, deberias arreglartelas para que se fuera. Dale dinero si hace falta, buscale otro trabajo, haz lo que sea, pero desprendete de ella de una vez. Aunque fuera inocente, que yo no creo que lo sea, ahora tampoco te sirve de mucho.' 'Si me sirve', me defendi, 'no es lo que era y esta un poco atolondrada, pero sigue cuidando de la casa igual que siempre.' Me seguia costando pensar en deshacerme de Adelita. 'Lo que le ocurre a Adelita es que le gustaria ser otra persona, mas alta, mas guapa, mas culta y mas rica. Me da pena, se deja llevar de lo primero que pasa.' '?Asi lo ves tu? ?Solo eso?

Si es asi, es peligrosa, ya sabes: desdoblamiento de personalidad, esquizofrenia…' 'No es para tanto. Y sus cualidades son muchas. Es muy buena en el trabajo, y ademas es apasionada y voluntariosa, no se arredra ante nada y, aunque la mitad de lo que cuenta sea exageracion, tiene una vida llena de apetencias y entusiasmo y, a veces', anadi recordando aquella cara iluminada del dia del mercado, 'hasta se pone guapa.' Me detuve un momento: 'Porque le pone pasion a todo lo que hace, le pone pasion a la vida.' 'Tu admiracion no tiene limites.' La voz de Gerardo rezumaba sarcasmo. 'No se si es cierto que a ella le gustaria ser otra persona, lo que si parece serlo es que a ti te gustaria ser ella.' 'No digas tonterias, ?como iba a querer ser como Adelita!' 'Pues, buscate otra', seguia Gerardo, 'o cierra la casa hasta que la encuentres.' 'Es una casa muy grande', me defendi, 'y esta muy apartada del pueblo. Si no vive nadie en ella me robaran. La semana antes de quec yo llegara, me dijo Adelita que habian robado en dos masias cercanas.' 'Y te lo dijo Adelita, ?no?

?Y tu lo creiste?' '?Tu no?', contraataque.

'Lo que yo creo es que si te lo dijo por algo seria, algo perseguiria, algo buscaria.' '?Yo que se!', dije para desentenderme del asunto, pero reconoci la huella de la duda. 'Tal vez sea cierto', repuse.

Esperando la llamada del abogado, pasaban las semanas. A todas horas, por telefono o cuando se reunia conmigo en Madrid, Gerardo no se cansaba de darme el mismo consejo, y yo, mientras tanto, seguia sonando despierta con aquellas imagenes que me hacian temblar.

Por supuesto asistia a las clases, vagamente ausente como siempre lo habia hecho. Anos de soledad o tal vez de indiferencia con el medio, escudandome desde el primer dia en que estaba en aquella ciudad y en aquel empleo de forma provisional, me habian hecho invisible a los ojos de los demas profesores y ayudantes e incluso de los alumnos que, a veces, cuando me cruzaba con ellos en los pasillos o los veia tan ausentes en el aula, tenia la impresion de que me habia convertido en un ser transparente. Nunca me habia importado demasiado ni apenas habia sentido el aislamiento y la soledad, y menos en aquellas semanas de vuelta de la casa del molino.

Y un dia, contraviniendo las indicaciones del abogado, habia llamado a Adelita, pero no estaba.

Lo probe otra vez por la tarde y por la noche, al dia siguiente y al otro, pero nunca la encontre. Se ponia al telefono un hijo, no sabia cual porque apenas los conocia, o el marido, del que no recordaba mas que aquella noche de terror en que se me habia aparecido con la linterna y el cuchillo, y la cara dee fascinacion y ternura que tenia la manana del juzgado, una expresion de complicidad, de comprension, mejor aun, de aceptacion fuera lo que fuera lo que hubiera hecho, con tal de que aquel angel que tenia por mujer se dignara mirarlo. ?Como casaba esa expresion de arrobamiento con los gritos y la escena de la tarde en que Adelita habia llegado con un numero

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