– Este es un pueblo muy a trasmano – dijoPlinio.

– Por eso precisamente, macho.

– No seas terco, Braulio. Si de verdad hubieran querido ocultarlo, lo entierran en pleno monte y no se entera ni Dios.

– Eso si – confirmo don Lotario.

– Ademas, lo expuesto que es meterse en un cementerio que funciona… aunque sea de noche… Abrir un nicho y toda la pesca.

– ?Y si lo que pretenden los, digamos, remitentes, es que se descubriera pasado un tiempo? – pregunto Braulio.

– ?Para que? – dijo don Lotario.

– Hombre… digo yo. Puestos a hacer cabalas.

– Ya en esas – razonoPlinio-, tan bien embalado como llego, lo habrian facturado a casa de cualquiera y todo mas comodo, menos expuesto, y descubrimiento subito.

– Tu, Manuel, razonas muy bien, porque piensas que todo el mundo tiene la sesera tan cabal como la tuya. Y estaserrao. Porque la mitad de la gente… ?Que digo la mitad!… el milenta por mil, tiene la cabeza como una cafetera… ?Puneto!, si todavia no hace dos anos que el Colodro compraba los melones a peseta el kilo y los vendia a nueve patacos… Lo que el hombre queria es que lo creyeran negociante.

– Hombre, pero elColodro es un gilipollas…

– ?Y quien te ha dicho a ti que el muerto es un Salomon?

Como los vasos circularon mas de la cuenta y la conversacion duro mucho, aunque nada se saco en claro, ya que las razones del Jefe y sugerencias del veterinario las torpedeaba Braulio con su misantropia, cuando los tres hombres bajaron del empotre, al filo de las once, andaban bastante averiados… Con paso lerdo y mucho meneo de brazos.

Todavia en la puerta echaron una buena posdata a costa de las mujeres. Braulio saco su doctrina de siempre.

– Lo que os digo. Las mujeres tenian que vivir solas en un barrio. De la plazapal norte. Alli que chillaran, se pusieran verdes, dieran de mamar a los hijos y se lavaran las verguenzas. Y los hombres, de la Plaza pa'l sur. Tranquilos, en sus negocios, su vino, sus pitos y su parla. Ibamos a vivir como Dios… A la hora de la fornicativa, el campanero tocaba la campana mayor y cada uno pasaba al norte a echar su mandao. Y despues al barrio sur. No hay mas cascaras. Veriais que paz.

– ?Y tu a quien ibas a apanar, Braulio? – le preguntoPlinio.

– ?Uf, que lastima! Yo ni siquiera a nadie. No estoy ya para esos tratos. Del barrio sur no me movia un pelo. Palabra.

Cuando se despidieron los visitantes, Braulio se quedo como perplejo en el recuadro de luz que formaba el postigo de su portada abierto. Y de pronto grito para si:

'Yo, ya, ni mas cena, ni masna. Me acuesto y a hacer punetas.'

Y se metio tras dar un portazo, mientrasPlinio y don Lotario se alejaban sin poderse tener de la risa.

VIERNES

Plinio no durmio bien aquella noche, como solia ocurrirle siempre que tenia un caso penoso. Daba vueltas y mas vueltas en la cama con la hechura de aquel muerto aspeandole en el magin… Lo veia propiamente con su nariz aguilena, boca sumida, el pelo blanco bajo el capuz del sudario y las manos cruzadas. 'Son manos – se decia – de hombre que ha trabajado poco… Y hasta se adivinaba, en lo posible, aire de hombre bien visto… 'Lo que le inquietaba de manera obsesiva era la creencia de que no habia examinado con detenimiento las tablas del fondo del cajon, por si habia en ellas alguna marca disimulada… 'Pero alli estan… No creo que las tire Matias.'

Su mujer, despertada por el bulle bulle dePlinio, le dijo con voz dormilona:

– Duermete, Manuel, que manana sera otro dia, y podras disfrutar con tu muerto todo lo que quieras.

Plinio se dio media vuelta y no respondio.

Ella siguio monologando:

– Asi que tiene crimen es una azogue… Y si no lo tiene, no hay quien lo aguante de puro desabrimiento.

– Anda, dejame. Vete al barrio norte.

– ?Pero que dices?

– Na… Cosas mias.

'… ?Cuantos dias haria que trajeron el bulto? – seguia pensandoPlinio -. Lo del embalsamamiento quitaba posibilidad de calculo afinado. Y el forense tampoco parecia muy ducho, y era natural, en estas lides. El dato mas orientador lo dio Matias cuando dijo que el tabiquillo del nicho 'era bastante reciente'… Me parece que esta va a ser mucha obra para tan menguado operario… ?Pero, cono! Ahora que no me oye nadie, yo he sacado ascuas muy grandes del fogon criminal para que ahora se me encoja la tripa tan de manana.'

Apenas cuajo el dia, se desperto sobresaltado y, antes de recomponer las ideas, se tiro de la cama. Salio en calzoncillos al corral, saco del pozo un cubo de agua y comenzo a chapotearse. Con el ruido, se desperto la mujer y aparecio en camison:

– No se te ocurrira marcharte sin afeitar y sin lavarte con jabon, que hoy vas a estar todo el dia entre gentes de corbata.

– Mujer, si esto es para quitarme las telaranas.

Se entro en el cuarto y a poco aparecio rasurado, con el uniforme azul bien planchado y el cigarro en la boca. Mientras le echaba un vistazo a la higuera, la mujer le saco una copa de Chinchon. Se la tomo de un trago y marcho a desayunarse a la bunoleria de la Rocio.

Cerca de la calle del Mercado encontro a Murrio, el pregonero, que caminaba con ojos de sueno y el redoblante malisimamente cenido.

– ?Cuantas veces echaste el pregon? – le dijo a manera de saludo.

– Pos diez o veinte.

– ?Diez o veinte?

– Pongamos quince. Y no padezca, que mas gente va a ir a ese muerto que a la feria de Albacete. Ahora en el mercado voy a darle unas cuantas repeticiones.

– Esta bien.

– Y hablando de todo un poco, senor Manuel, ?me deja usted un cigarro?, que el estanco esta todaviacerrao y voy con una basca de fumar que no me tengo.

Plinio le largo un 'Celtas', que el pregonero encendio rapido y luego chupo con tanta ansia como si del 'Celtas' saliese el mismisimo chorro de agua de la vida eterna. Todavia, antes de dar un paso, dio un par de chupadas tan energicas que Plinio, compadecido, le metio otro cigarro en el bolsillo y lo despidio con una palmada en la espalda, diciendole:

– Anda Murrio, despabila, que tienes mucho cuento.

Murrio siguio camino con la lumbre en la boca, y antes de llegar a la esquina, para demostrar su eficacia, comenzo a batir el tambor.

Plinio se detuvo para escuchar el pregon que Murrio voceo asi, con tono de salmodia:

'Se pone en conocimiento del publico en general, que en la 'Sala Deposito', sita en el Cementerio Catolico de esta ciudad, se halla expuesto el cadaver de un hombre desconocido. Comoquiera que se desea su identificacion, se ruega a cuantos lo deseen que comparezcan en el referido Deposito, por si alguno pudiera ayudar a la autoridad judicial con su informacion.'

CuandoPlinio entro en la bunoleria de la Rocio no habia un solo cliente. La mujer, con sus manguitos blancos, muy repeinada, y los labios bien pintados, se entretenia en

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