camiseta por la cabeza y se quedaba con el suculento torso desnudo. Habian pasado mas de veinte anos. Se dirigio a la cocina, siguiendo las instrucciones de Judit, que la habia instado a que fuera organizando las bandejas mientras ellos preparaban la mesa de centro, ya que no valia la pena que se instalaran en el comedor. Coloco quesos, embutidos y yogures en la encimera, y se quedo sin saber que hacer con todo ello. La chica tardo solo unos minutos en entrar a ayudarla.

– No es mas que un crio -dijo, encogiendose de hombros-. Y si, se ha duchado. Lo que pasa es que no le luce.

– Me gustaria saber en nombre de que extrana promesa que se supone que les hemos hecho y que no hemos cumplido -resoplo Regina, presa de furor generacional los jovenes de hoy en dia se creen con derecho a hacer lo que les pasa por los cojones y a plantar sus patazas en nuestra propiedad privada.

– ?Lo dices por mi? -sonrio Judit, flematica, al tiempo que se hacia cargo de la intendencia-. Te recuerdo que solo tengo un ano mas que Alex. Anda, quita, que escribiendo seras un genio, pero en la cocina eres una inutil total.

Nada complacia mas a Regina que la mezcla de familiaridad y consideracion con que Judit se dirigia a ella.

– Sabes perfectamente por quien lo digo. Y ni siquiera te dan las puneteras gracias.

Con destreza, Judit distribuyo las viandas en varias bandejas.

– ?Tomamos agua? -pregunto.

Parece que haya nacido aqui, se maravillo Regina, viendo como llenaba la jarra de cristal con agua mineral a temperatura ambiente. Se sintio culpable por su estallido.

– Se me ocurre una idea mejor -propuso, conciliadora-. ?Por que no abrimos una botella de champana? Asi celebramos la llegada de Alex.

Saco Moet Chandon de la nevera.

– Es frances, espero que te guste.

– Yo tambien -la sonrisa con que Judit la obsequio era esplendorosa-. No lo he probado nunca.

Al diablo con Alex. Lo unico que le importaba era asistir al despertar de la muchacha a los placeres de la buena vida.

Para su sorpresa, cuando salieron con las bandejas, Alex estaba sentado correctamente en uno de los sillones. No solo habia dejado el sofa libre, sino que habia bajado la musica y apagado el televisor, y habia puesto los mandos de los aparatos, uno junto a otro, en la mesita auxiliar, como un tributo a la potestad de Regina sobre el territorio. Esta Judit, que mano tiene, se dijo.

Sintio que tenia que recompensar a Alex con un gesto de cortesia:

– Si quieres, puedes dejar la tele puesta, siempre que no molestemos a los vecinos. A mi tambien me gusta, ocasionalmente -mintio-, ver los video clips de la MTV.

Brindaron por los tres, por su futuro en comun.

– Regina, ?sabias que lo que Alex quiere aprender solo lo ensenan en Avinon y en Londres?

Durante toda la cena, Judit se encargo de animar la conversacion, y Regina hizo lo que pudo para estar a la altura de las circunstancias. Los jovenes hablaban de asuntos que parecian conocer pero que a ella se le escapaban, y utilizaban un lenguaje sincopado que a ratos le resultaba ininteligible. Alex comento que temia que la ciudad hubiera cambiado mucho durante su ausencia, y pregunto donde se hallaban ahora los sitios de moda. Judit se ofrecio a acompanarlo a un par de antros y se intereso por los locales que Alex solia frecuentar en la capital y la vida que llevaba alli.

Lo hace por mi, penso Regina con orgullo. Habia pecado de malpensada al imaginar que Judit y Alex se convertirian en aliados juveniles contra ella. Estiro las orejas cuando oyo a la chica preguntar:

– En eso que tu quieres ser, iluminador, ?se tarda mucho en ganar dinero? ?Puedes llegar a ser tan rico como un actor o un escritor?

– Coreografo de luces, y con el tiempo, director de escena. Hoy en dia, los montajes se hacen en funcion de la luz -puntualizo Alex-. Y si, si eres bueno puedes sacarte una pasta. Sobre todo si vas con el titulo de la Royal Academy of Dramatic Art por delante.

– Estais muy equivocados -tercio Regina-. Solo los actores o escritores consagrados se ganan bien la vida. El resto hace equilibrios en la cuerda floja.

– ?Que piensa tu padre de tu vocacion? -Judit seguia interrogando a Alex.

El muchacho respondio, mirando a Regina:

– Mi padre… Ya sabes como es. Tiene dos ideas sobre mi educacion. La primera, que haga lo que quiera mientras no lo moleste. La segunda, que es la que siempre acaba por prevalecer, que la unica educacion que existe para mi es la que me hace completamente infeliz. Es decir, empresariales.

Asi que Alex tambien sabia la clase de individuo que era su padre. Regina dirigio al muchacho una sonrisa divertida. Seria muy agradable contribuir a que se convirtiera en un profesional competente en el campo que el preferia, proporcionarle los medios para que se emancipara por completo de Jordi. Esta idea la relajo por completo. De repente, pego un brinco en el sofa. ?Como no se le habia ocurrido antes? ?No eran modelos jovenes lo que necesitaba para su novela? ?No reunia Alex todos los requisitos generacionales que, en su opinion, caracterizaban a los chicos de hoy? ?No potenciaria su presencia en la casa el comportamiento de Judit, y al reves? Habia sido muy tonta al no darse cuenta antes de que el hijo de su antiguo amor tambien contribuiria, sin saberlo, a sacar del pozo a Regina Dalmau.

Experimentaba sentimientos ambivalentes al respecto. Por un lado, estaba de acuerdo con Blanca en que un cambio de registro era lo unico que podia sacarla de la crisis. Por otro, su inteligencia le advertia de que, aun en el caso de que lograra escribir la novela, no seria mas que un parche para taponar de mala manera la autentica razon de su inestabilidad: aquella maldita voz de la memoria que trepaba hacia la superficie como los caracoles de su recuerdo infantil.

Aguanto cuanto pudo el vivaz parloteo de los chicos. Y cuando, muerta de sueno, decidio dejarlos solos para que se conocieran mejor, lanzo a Judit esta exigencia:

– Ni se te ocurra irte a dormir a casa a estas horas. Tengo una hermosa habitacion de invitados que te esta esperando. Al menos, por esta noche.

Antes de acostarse, llego a la conclusion de que la botella de Moet Chandon le habia salido muy barata.

– Perdona mi atrevimiento -se disculpo Judit-, pero creo que tenia la obligacion de contarte que Regina me tiene muy preocupada.

– Al contrario, te agradezco que me hayas llamado – la tranquilizo Blanca-. Hace tiempo que veo que no esta bien, pero ya sabes como es, tozuda como una mula. ?Y dices que duerme mal?

– No es de las que se quejan, ya lo sabes. Lo que pasa es que yo se lo noto.

– Eres muy observadora.

– Si. Eso si que lo tengo.

– ?Y dices que hoy ha sido peor que nunca?

– Si, pero, por favor, no le telefonees ni le insinues nada. Me moriria si descubriera que hablamos de ella a sus espaldas.

– No te preocupes. La discrecion incondicional es uno de los dos principios por los que me rijo. Una agente literaria sabe ser muda como una tumba.

– ?Cual es el otro?

– ?Como?

– El otro principio.

– ?Ah! Algo fundamental: no permitir que ningun autor devuelva jamas un adelanto por un libro que no ha podido escribir.

– ?Que apasionante profesion, la tuya! Y que dificil, ?verdad?

– Pues si, hija mia. A veces los mandaria a todos al cuerno, editores y autores. Soy el pozo donde echan sus miserias. Regina es especial. Nunca habla de sus problemas personales, salvo cuando ya los ha resuelto. Solo meses despues de la ruptura me conto que el ultimo zangano la habia abandonado, cosa que fue lo mejor que pudo pasarle, dicho sea de paso. Regina tiene mucho pudor. Ahora esta en crisis con su trabajo, pero reventaria antes de admitirlo, ni siquiera delante de mi. La conozco bien. Por eso me parece ideal que me informes de lo que ocurre en esa casa. Tenemos que protegerla de si misma y, sobre todo, proteger su carrera.

– No te puedo contar mas que lo que veo, porque conmigo no se sincera. Esta descentrada, Blanca. Tiene las

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