generaciones al servicio del trono, y sin embargo el zar se puso de mi parte, no de la suya. Lo logico era que Volkonski aprendiese la leccion y comprendiese quien era el mas importante, pero era nuevo en el teatro, y habia aceptado aquel cargo solo para complacer a su padre, de modo que pronto estuvimos otra vez enzarzados. Yo me negue a vestir unas enaguas con aros debajo de la falda para
Si, yo era magnifica… tan poderosamente conectada como llena de talento. A los veintisiete anos dominaba todas las especialidades de las bailarinas italianas que habian actuado en Peter durante los ultimos cien anos, incluso la asombrosa serie de veintidos
El teatro ya me tenia a mi. Y yo queria ser la unica en escena cuando el zar llegase al Mariinski los domingos por la noche.
Si, la verdad es que tuve muy ocupado al zar con los temas del ballet.
Y el tambien estaba muy ocupado con los asuntos del dormitorio, al parecer, porque en 1899 tuvo otra hija, la tercera, Marie.
En 1900 me pidieron que bailase en el teatro privado del zar, el teatro Hermitage, en el museo unido al Palacio de Invierno, por primera vez. ?Era la yuxtaposicion del nacimiento de Marie y mi invitacion al Hermitage una coincidencia? No lo crei asi. ?Cuantas hijas mas podria soportar el zar? Aquel teatro tan intimo habia sido construido por Catalina la Grande, que hacia que arrastraran su butaca dorada y tapizada justo hasta el borde del foso de la orquesta para disfrutar mejor de los espectaculos que sus artistas habian imaginado solo para ella. Ahora, el zar Nicolas II y su familia se sentaban ante el escenario en sus butacas doradas, y la corte de 1900 se sentaba tras ellos en los amplios bancos semicirculares para contemplar los entretenimientos privados creados solo para su placer. Los ballets representados alli eran siempre nimiedades pensadas para la ocasion e interpretadas solo por los mejores artistas de la compania, solistas y
El escenario del teatro Hermitage era pequeno, con los bastidores atestados de ruedas de madera para levantar el escenario y con fuelles para que soplaran creando viento o humo, pero desde alli yo sabia que podria ver a la familia real de cerca. Y luego, despues de la representacion, a los artistas se nos invitaria a cenar algo con la familia imperial y sus invitados en una de las galerias de cuadros del Hermitage. Sentia como si me apunalaran con un cuchillo para Hinchar cuando oia describir todas aquellas cenas por parte de los bailarines tan afortunados que habian sido invitados alli antes. La infinita cantidad de platos: el caviar encima del hielo picado, los champinones rellenos, el salmon y esturion ahumados, los pepinillos salteados, salchichas, blinis,
Si, los que estaban muy cerca del zar y tendian las manos se las encontraban llenas de oro, y habia sido asi desde hacia cuatrocientos anos, aunque a final de ano todos los gastos de su corte consumieran el Tesoro y el zar se encontrase en bancarrota. Pero Niki adoraba esas costumbres de la antigua Rusia en las cuales el zar era absoluto y todas las riquezas fluian a traves de el. Le encantaba la historia de Catalina la Grande, que ordeno que colocasen un centinela perpetuamente en un puesto en la pradera. Le encantaba que por derecho el pudiese elegir las mejores pieles, vodka, maderas y metales que procedian de las minas de Siberia. Aunque ya estabamos en 1900, quiso cambiar el traje de corte por los largos caftanes del siglo XIV, y cambiar la pronunciacion de las palabras por la de la antigua Moscovia. Queria retroceder en el tiempo, mientras el mundo corria hacia delante. En la Rusia medieval, la costumbre mantenia antano al zar y a su emperatriz protegidos del pueblo, incluso de sus propios boyardos. Observaban las ceremonias de la corte desde su
Aquella noche la diversion que habia inventado Petipa era
Me parecia que me miraba con afecto. A aquella corta distancia, Alix parecia, a los veintisiete, al menos una decada mayor, y aquel mismo ano consultaria a sus medicos doscientas veces por el corazon, los nervios, la ciatica… Cuando esos hombres no la satisficieran, empezaria su largo y finalmente desastroso viaje de confraternizacion con curanderos y santones. Todo esto se encontraba aun en el futuro, y sin embargo se podia adivinar algo ya en su cara: en la expresion de cansancio, los ojos lugubres, la larga nariz que ya empezaba a caer, el pelo encrespado que se erguia como un turbante desde su frente demasiado amplia, ese pelo cepillado y luego sujeto con horquillas en torno a unas gruesas almohadillas de tela que le daban esa forma tan recargada a su peinado. A mi alrededor bailaban mujeres igualmente poco atractivas: la joven Anna Pavlova, con su nariz ganchuda, mi fea rival Olga Preobrazhenskaya y la hija de Petipa, la recia Marie, que parecia una guerrera vikinga, y que si tenia un puesto alli se debia por entero a su padre. No, no habia competencia alguna en el escenario que pudiese atraer la atencion de Niki, y yo empece a notar que con mucha discrecion sus ojos (solo los ojos) se dirigian repetidamente hacia el lugar donde yo estaba para recrearse en mi silueta, y despues volvian a la accion general del escenario. Queria verme con mi traje resplandeciente de oro y mis bombachos, mucho mas cortos que mis faldas habituales, y con mi peluca graciosamente rizada. Bueno, ?quien no se complaceria con una vision semejante? Y de pronto empece a disfrutar de aquella velada. El sudor nervioso que me envolvia y empapaba mi cabello bajo la peluca empezo a secarse y yo esperaba ya impaciente a que me tocase el turno de ocupar el centro del escenario y bailar, en esos momentos en que Nicolas no tendria que apartar sus ojos de mi.