– Me asombra ver lo animada que estas ahora, teniendo en cuenta tu estado de ayer -contesto Erlendur al cabo de un rato.

Lo dijo tan suavemente como pudo, pero sabia que si todo fuese normal Eva Lind no brillaria como un dia soleado, ni se habria banado, ni se esforzaria en fingir que en su vida solo aspiraba a ocuparse de su padre. Ella lo miraba. Penso que en cualquier momento se levantaria y le soltaria el discurso. Pero no lo hizo.

– Me he traido unas cuantas pastillas -dijo ella muy tranquila-. Esto no se arregla por si solo. Y tampoco de golpe. Se necesita tiempo y lo hare a mi manera.

– ?Y el nino?

– Lo que yo tomo no le va a hacer dano. No voy a hacerle dano al nino. Quiero tenerlo.

– ?Y que sabes tu del dano que la mierda esa de la droga puede hacerle a un embrion?

– Lo se.

– Haz lo que quieras. Tomate algo, desenganchate… o como se llame lo que haceis, quedate aqui en el piso, cuidate. Yo puedo…

– No -dijo Eva Lind-. Tu no haras nada. Tu seguiras con tu vida y dejaras de espiarme. No te volveras a meter en lo que yo haga. Si no estoy en casa cuando llegues, no importa. Si vengo tarde o no vengo, haras como si nada. Si no estoy aqui, no estoy aqui y punto.

– ?Asi que no es asunto mio?

– Nunca ha sido asunto tuyo -respondio Eva Lind, y tomo un sorbo de su cafe.

En ese momento sono el telefono. Erlendur se apresuro a cogerlo. Era Sigurdur Oli, que llamaba desde su casa.

– Ayer no te encontre -dijo.

Erlendur se acordo de que habia desconectado el movil mientras hablaba con Elin en Keflavik y despues no habia vuelto a conectarlo.

– ?Pasa algo? -pregunto.

– Ayer hable con un hombre llamado Hilmar. Un camionero que pasaba algunas noches en casa de Holberg en Las Marismas. Pausas de descanso, las llaman. Me dijo que Holberg era un buen companero, que no podia quejarse de el y que era popular entre los otros trabajadores. Un hombre atento, social, bla, bla, bla. No podia imaginar que hubiera tenido enemigos, aunque subrayo que no lo habia conocido demasiado bien, personalmente. Despues de hacerme escuchar todas esas alabanzas me dijo que, la ultima vez que estuvo en su casa, hace unos diez dias, Holberg no estaba como siempre. Que se habia comportado de un modo extrano.

– ?Extrano?

– Segun Hilmar, se mostro poco dispuesto a contestar al telefono. Le conto que un individuo no dejaba de molestarle llamandole continuamente. Hilmar declaro que paso la noche del domingo con el y que Holberg le habia pedido que cogiera el telefono una vez. Lo hizo, pero el que llamaba colgo enseguida al darse cuenta de que no era la voz de Holberg la que contestaba.

– ?Podemos averiguar quien ha llamado a Holberg ultimamente?

– Lo estoy investigando. Y otra cosa. He conseguido de la compania telefonica la lista de llamadas que hizo Holberg desde su casa y hay una cosa interesante.

– ?Que?

– ?Te acuerdas de su ordenador?

– Si.

– No lo encendimos.

– No. Eso lo hacen los tecnicos.

– ?Te fijaste en si tenia conexion telefonica?

– No.

– La mayoria de las llamadas de Holberg, la gran mayoria, estaban hechas a traves de internet. Se pasaba los dias conectado a internet.

– ?Que significa eso? -pregunto Erlendur, que lo ignoraba casi todo en cuanto a ordenadores.

– Tal vez lo averiguemos cuando encendamos su ordenador -contesto Sigurdur Oli.

Llegaron a la casa de Holberg en Las Marismas al mismo tiempo. La cinta policial amarilla habia desaparecido y nada indicaba que habia sido el escenario de un crimen. Ninguna luz en los pisos de arriba. Los vecinos no parecian estar en casa. Erlendur tenia llave. Entraron y se dirigieron directamente al ordenador. Lo encendieron y al momento empezo a zumbar.

– Es un ordenador bastante bueno -dijo Sigurdur Oli, pero luego decidio no entrar en detalles sobre su tamano y demas caracteristicas. Con alguna dificultad, habia logrado obtener los datos y la contrasena de Holberg del servidor de internet-. Okay -anadio-, vamos a ver si tenia Netscape, una de las maneras de entrar en la red cuando ya estas conectado al servidor. Aprietas «inicio» y despues «programas». Mira, ya tenemos la pantalla de internet y aqui esta Netscape. Miremos a ver si guarda algo archivado en «favoritos»; si, un monton, un maldito monton. Desde «favoritos» es muy facil buscar las direcciones que visitas mas a menudo. Como ves, la lista es larga. Me parece que casi todo son ofertas de servicios pornograficos: alemanes, holandeses, suecos, americanos. Es posible que se haya bajado algo de eso al disco duro. Vamos a minimizarlo, volvemos a «inicio» y «programas» y abrimos Windows Explorer. Aqui esta lo del disco duro. ?Ya!

– ?Ya que? -pregunto Erlendur.

– El disco duro esta mas que lleno.

– ?Lo que significa?

– Se necesita una enorme cantidad de archivos para llenar el disco duro. Debe de haber un monton de peliculas grabadas. Aqui hay algo que el llama «a-peliculas3». ?Miramos a ver que es?

– Naturalmente.

Sigurdur Oli abrio el documento y aparecio una pequena ventana con una pelicula. La miraron un rato. Era una secuencia de una pelicula porno.

– ?Eso que sujetaban encima de ella era una cabra? -pregunto Erlendur incredulo.

– Hay 312 archivos de peliculas A -dijo Sigurdur Oli-. Podrian ser secuencias como esta, incluso peliculas enteras.

– ?Peliculas A? -pregunto Erlendur.

– No se que significa -contesto Sigurdur Oli-. Quiza peliculas de animales. Aqui hay peliculas G. ?Miramos, por ejemplo, «g-pelicula88»? Hacer dos veces clic en «archivo», maximizar la imagen…

– Cli…

Erlendur se callo a media frase, cuando aparecieron cuatro hombres follando en la pantalla de diecisiete pulgadas.

– Peliculas G seran seguramente peliculas gay -dijo Sigurdur Oli cuando acabo la secuencia-. Porno para homosexuales.

– El hombre debia de estar obsesionado con eso -sugirio Erlendur-. ?Cuantas peliculas hay en total?

– Aqui hay mas de mil archivos, pero podria haber muchos mas.

El movil de Erlendur sono en el bolsillo. Era Elinborg. Al parecer habia investigado a los dos hombres que estuvieron con Holberg en la fiesta, la noche en la que Kolbrun dijo haber sufrido la violacion. Elinborg conto a Erlendur que uno de esos hombres, Gretar, desaparecio hace muchos anos.

– ?Desaparecido? -dijo Erlendur.

– Si. Otra de nuestras desapariciones.

– ?Y el otro?

– El otro esta en el penal de Litla Hraun -respondio Elinborg-. Un hombre conflictivo desde siempre. Le queda por cumplir un ano de una condena de cuatro.

– ?Por que fue condenado?

– Por un monton de cosas de mierda.

Capitulo 13

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