– No puedo prometer nada -dijo Erlendur-. Hablare con ellos. ?Que pueblo?

– Husavik.

– ?Que edad tenia ella?

– Fue algo parecido a lo de Keflavik, solo que mas fuerte -explico Ellidi.

– ?Mas fuerte?

– ?Quieres saberlo? -pregunto Ellidi, que no podia esconder su excitacion-. ?Quieres saber lo que hizo?

Ellidi no espero la respuesta. Su voz salia por el agujero y Erlendur no tenia otro remedio que escuchar a la oscuridad.

Sigurdur Oli lo esperaba en el coche y salieron del recinto de la prision. Erlendur le explico de forma resumida lo que le habia contado Ellidi, sin mencionar el monologo final del preso. Decidieron echar un vistazo al censo de Husavik de los anos sesenta. Si la mujer tenia la misma edad que Kolbrun, como Ellidi habia dicho, habia bastantes probabilidades de encontrarla.

– ?Y que pasa con Ellidi? -pregunto Sigurdur Oli cuando estaban a medio camino de Reikiavik.

– Pregunte si habia alguna posibilidad de reducir el aislamiento, pero me dijeron que era imposible. No puedo hacer nada mas.

– Has hecho lo que has podido -replico Sigurdur Oli sonriendo-. Si sabemos que Holberg violo a esas dos, ?crees que podria haber mas casos?

– Si, podria haber mas -dijo Erlendur distraido.

– ?En que estas pensando?

– Hay dos cosas que me tienen intrigado -contesto Erlendur.

– Siempre hay algo que te intriga -comento Sigurdur Oli.

– Quiero saber exactamente cual fue la causa de la muerte de la nina -dijo Erlendur, y oyo que Sigurdur Oli suspiraba a su lado-. Y quiero saber si es absolutamente seguro que Holberg fuera el padre.

– ?En que estas pensando?

– Ellidi me dijo que Holberg tenia una hermana.

– ?Una hermana?

– Que murio joven. Tenemos que encontrar informes medicos sobre ella. Busca en los hospitales, a ver lo que encuentras.

– ?De que murio la hermana de Holberg?

– Tal vez de algo parecido a lo que mato a Audur. Holberg menciono alguna vez algo referente a su cabeza. O eso es lo que dijo Ellidi. Le pregunte si se referia a un tumor cerebral, pero no lo sabia.

– ?Y eso adonde nos lleva? -pregunto Sigurdur Oli.

– Creo que puede tener que ver con el parentesco -dijo Erlendur.

– ?Parentesco? Espera, ?por la nota que encontramos?

– Si -respondio Erlendur-, por la nota. Tal vez todo esto tenga relacion con el parentesco y las herencias.

Capitulo 15

El medico vivia en una casa adosada, en la parte mas antigua de Grafarvogur. Estaba jubilado y ya no ejercia la medicina clinica. Recibio personalmente a Erlendur y le invito a pasar a una salita que utilizaba como despacho. Le explico que hacia trabajos para abogados y principalmente evaluaciones de grados de invalidez. En el despacho no habia lujos, era mas bien pulcro, con un pequeno escritorio y una maquina de escribir. El medico era de estatura baja, delgado y de movimientos agiles. Llevaba dos boligrafos en el bolsillo de la camisa. Se llamaba Frank.

Erlendur le habia llamado por la manana. Ahora empezaba a atardecer. Sigurdur Oli y Elinborg habian estado estudiando una copia del censo de Husavik de hacia cuarenta anos. La habian recibido por fax desde el norte del pais. El medico le invito a sentarse.

– ?No son mayoritariamente mentirosos los que vienen a verte? -pregunto Erlendur, y miro a su alrededor.

– ?Mentirosos? No, yo no diria eso -contesto el medico con calma-. Tal vez algunos, sin duda. Las lesiones de cuello son las peores. Realmente no hay otra solucion que creer lo que te dicen cuando se trata de una lesion asi, despues de un accidente de coche, por ejemplo. Esos casos son los mas dificiles de tratar. Algunas personas sufren mas que otras. Pero creo que no son muchas las que se toman esto a la ligera.

– Cuando te llame te acordaste enseguida de la nina de Keflavik.

– Si, no es facil olvidar aquel caso. Es dificil no recordar a la madre. Se llamaba Kolbrun, ?verdad? Tengo entendido que se suicido.

– Todo fue una maldita tragedia -dijo Erlendur.

Se preguntaba si deberia aprovechar la ocasion y consultar al medico acerca del dolor de pecho que le molestaba cuando se despertaba por la manana, pero decidio no hacerlo. El medico descubriria que le quedaba poco tiempo de vida, lo ingresaria en un hospital y antes del proximo fin de semana ya estaria tocando el arpa con los angelitos. Erlendur evitaba las malas noticias siempre que podia y verdaderamente no esperaba nada bueno de su salud.

– Dijiste que se trataba del asesinato en Las Marismas -se intereso el medico.

– Holberg, el muerto, era probablemente el padre de la nina de Keflavik -dijo Erlendur-. Al menos la madre lo aseguraba. Holberg ni lo afirmaba ni lo negaba. Lo unico que confeso fue haber tenido relaciones sexuales con Kolbrun. No se pudo probar que hubiera habido violacion. Pocas veces hay una base solida en estos casos. Ahora estamos investigando el pasado del hombre. La nina enfermo y se murio a los cuatro anos. ?Que ocurrio?

– No veo que relacion puede tener con el asesinato.

– No te preocupes por eso.

El medico miro fijamente a Erlendur un buen rato.

– Quiza sea mejor que te lo cuente ahora mismo, Erlendur -dijo finalmente-. Entonces yo era distinto.

– ?Distinto?

– Y peor. Distinto y peor. Ahora hace treinta anos que no pruebo el alcohol. Te lo digo para que no tengas que molestarte en averiguar que me quitaron la licencia por un tiempo, desde 1965 hasta 1972.

– ?Por lo de la nina?

– No, no fue por ella, aunque eso hubiera sido una razon suficiente. Fue por alcoholismo y negligencia. No me gustaria entrar en detalles si no es absolutamente necesario.

Erlendur iba a dejarlo pasar, pero no pudo contenerse.

– ?Quieres decir que solias estar mas o menos bebido durante esos anos, o que?

– Si, mas o menos.

– ?Luego volvieron a darte la licencia?

– Si.

– ?Y desde entonces todo bien?

– Si, todo bien -dijo el medico asintiendo con la cabeza-. Pero, como te he dicho, no estaba en buenas condiciones cuando atendi a la nina de Kolbrun. Le dolia la cabeza y yo pense que se trataba de una migrana infantil. Vomitaba por las mananas. Cuando aumentaron los dolores le recete analgesicos mas fuertes. No lo recuerdo con claridad. He intentado olvidarme de esos anos. Todos cometemos errores, tambien nosotros, los medicos.

– ?Cual fue la causa de la muerte?

– Supongo que no habria cambiado nada aunque yo hubiera reaccionado de otra manera y la hubiera ingresado en un hospital -dijo el medico como hablando consigo mismo-. Eso es lo que me gustaria creer. Entonces no habia muchos pediatras y tampoco disponiamos de esos estupendos escaneres que hay ahora. Teniamos que fiarnos mas del instinto y de nuestros conocimientos, pero, como ya sabes, mi instinto no era muy fino en aquella epoca, salvo en lo que se refiere al alcohol. Un mal divorcio tampoco mejoro las cosas. No me estoy excusando -dijo, aunque era evidente que eso era lo que estaba haciendo.

Erlendur asentia con la cabeza.

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