la television de ese pais.

– ?En que locura nos estas metiendo ahora? -pregunto mirando hacia la gente de la prensa.

En su voz podia detectarse una nota de humor. Le parecia algo extraordinario romper un suelo para buscar un cadaver.

– ?Que aspecto tiene la cosa? -pregunto Erlendur.

– Todos los suelos estan cubiertos por una espesa capa de pintura, una especie de pintura para barcos -dijo Ragnar-. Es imposible advertir si se ha manipulado en algun sitio. No hemos encontrado hormigon nuevo ni nada que indique una reparacion. Estamos golpeando el piso con martillos, pero suena a hueco por todas partes. No sabria decir si se debe a un hundimiento del terreno o a alguna otra cosa. El hormigon empleado en el edificio es espeso y de buena calidad. Nada de alcali ni cosas por el estilo. Sin embargo, hay manchas de humedad. ?Crees que podriamos contar con la ayuda del fontanero que dice que trabajo aqui?

– Esta internado en una residencia geriatrica en Akureyn y dice que no volvera al sur en lo que le queda de vida. Nos hizo una descripcion bastante exacta del lugar donde abrio el suelo.

– Tambien estamos colocando una camara dentro de la cloaca, para estudiar la situacion de la tuberia y ver si podemos localizar el tramo que se reparo en su tiempo.

– ?Y se necesita toda esta maquinaria? -pregunto Erlendur senalando con la cabeza el tractor que llevaba la taladradora neumatica.

– No tengo ni idea. Tenemos taladradoras mas pequenas, pero esas no pueden ni con mierda mojada. Aunque tambien tenemos otras maquinas de tamano reducido que, si encontrasemos un hueco, podriamos utilizar para perforar un agujero por el que bajar una camara como las que usan para las tuberias.

– Espero que baste con eso. Seria un problema tener que entrar el tractor en la casa.

– De todas formas la peste es infernal en este sotano -dijo el jefe tecnico cuando se acercaban juntos al edificio.

Tres tecnicos vestidos con monos blancos de papel y con guantes de latex iban por toda la casa dando golpes de martillo por el piso y poniendo senales azules donde les parecia que sonaba a hueco.

– Segun el Registro de la Propiedad, este sotano se transformo en vivienda en 1959 -dijo Erlendur-. Holberg lo compro en 1962. Probablemente se instalo enseguida y vivio aqui hasta ahora.

Uno de los tecnicos se les acerco y saludo a Erlendur. Llevaba unos planos de la casa, con todos los pisos por separado y el sotano.

– Los lavabos estan en medio de la casa. Las tuberias bajan hasta los cimientos, donde esta situado el vater del sotano. Este vater estaba aqui antes de la reforma y seguramente la vivienda fue disenada teniendo en cuenta su ubicacion. El vater se conecta con el desague del cuarto de bano por una tuberia que sigue luego hacia el este, por debajo del salon y el dormitorio, hasta alcanzar la calle.

– La busqueda no se tiene que centrar unicamente en la tuberia -dijo el jefe tecnico.

– No, pero desde la calle introdujimos una camara dentro de la cloaca. Me han dicho que la tuberia esta partida justo cuando comienza a pasar bajo el dormitorio y hemos pensado en empezar a mirar por ahi. Esta es la misma zona que, segun tengo entendido, fue reparada hace tiempo.

Ragnar asintio con la cabeza y miro a Erlendur, que se encogio de hombros, como si las decisiones de los tecnicos no fueran de su interes.

– No puede ser una rotura muy antigua -continuo Ragnar-. Tendria que apestar. ?Has dicho que a ese hombre lo metieron ahi hace un cuarto de siglo?

– Por lo menos eso hizo que desapareciera -dijo Erlendur.

Sus palabras se mezclaron con los martillazos, que con cada golpe aumentaban de volumen, resonando entre las paredes vacias. El tecnico se puso unas orejeras con protectores auriculares que habia sacado de un maletin. Luego cogio una pequena taladradora electrica y la enchufo. Apreto el gatillo unas cuantas veces antes de aplicar la broca contra el suelo y empezar a romperlo. El ruido era infernal y los demas tecnicos se apresuraron a protegerse con sus orejeras. El tecnico avanzaba muy poco en su tarea. El hormigon del suelo no cedia ante el taladrado y apenas saltaba algo de polvo. Sacudio la cabeza y apago la maquina.

– Tenemos que poner el tractor en marcha y entrar la taladradora neumatica -dijo con la cara llena de polvo-. Y necesitamos gasas para taparnos la cara. ?Quien es el iluminado que tuvo esta brillante idea? -anadio, y escupio al suelo.

– Dudo que Holberg utilizara una taladradora neumatica en plena noche -opino el jefe.

– No necesitaba hacer nada en medio de la noche -dijo Erlendur-. El fontanero hizo el agujero en el suelo.

– ?Crees que puso al hombre encima de la cloaca?

– Eso esta por ver. Quiza tuvo que hacer algun trabajo en los cimientos. Quiza todo esto sea un gran error.

Erlendur salio fuera. Sigurdur Oli y Elinborg se habian acomodado en su coche y estaban saboreando unos perritos calientes que habian comprado en una tienda cercana. A Erlendur le esperaba otro sobre el salpicadero. Lo devoro en un momento.

– Si encontrasemos el cadaver de Gretar aqui, ?que nos diria eso? -pregunto Elinborg, limpiandose la boca con una servilleta.

– Ojala lo supiera -contesto Erlendur pensativo-. Ojala lo supiera.

En ese momento oyeron un golpe en la ventanilla del coche y alguien abrio bruscamente la puerta. Era el jefe inmediato de Erlendur, que le pedia que saliese a hablar con el a solas. Sigurdur Oli y Elinborg salieron tambien, pero se quedaron al lado del coche. El jefe se llamaba Hrolfur y habia estado de baja por enfermedad durante todo el dia, aunque en ese momento parecia encontrarse perfectamente. Era un hombre muy grueso y sus intentos por disimularlo resultaban vanos. Era vago por naturaleza y rara vez se esforzaba en cuanto a investigacion criminal. Sus bajas por enfermedad eran muchas todos los anos.

– ?Por que no se me ha informado de este procedimiento? -pregunto sin disimular su enfado.

– Porque estas enfermo -contesto Erlendur.

– ?Menuda gilipollez! -exclamo Hrolfur-. ?No vayas a creer que puedes dirigir el departamento a tu antojo! Yo soy tu jefe. ?Para procedimientos de este tipo tienes que consultarme antes de seguir con tus estupidas corazonadas!

– Espera un momento, pense que estabas enfermo -dijo Erlendur fingiendo sorpresa.

– ?Y como se te ocurre tomarle el pelo al jefe de la policia del estado? -mascullo Hrolfur-. ?Como se te ocurre pensar que aqui hay un hombre enterrado? No das ni una. Todas estas disparatadas ideas tuyas sobre cimientos y malos olores. ?Has perdido la razon?

Sigurdur Oli se acerco cautelosamente.

– Erlendur, aqui hay una mujer que quiere hablar contigo. Creo que deberias ponerte -le dijo mostrandole el movil que habia dejado en el coche-. Es personal. Esta bastante excitada.

Hrolfur se dirigio a Sigurdur Oli diciendole que se largara y que los dejase en paz.

Sigurdur Oli insistio:

– Tendrias que hablar con ella ahora mismo, Erlendur.

– Pero ?que pasa aqui? ?Parece que yo no exista! -grito Hrolfur dando una patada en el suelo-. ?Es esto una maldita conspiracion o que? Si tuvieramos que ir por ahi reventando los cimientos de todo el mundo a causa de un mal olor, no hariamos otra cosa en la vida. ?Vaya tonteria! ?Habrase visto semejante estupidez!

– Marion Briem fue quien tuvo esta interesante idea -explico Erlendur tranquilamente-, y me parecio que valia la pena. Lo mismo penso el jefe de la policia estatal. Te pido disculpas por no haberte consultado y me alegra ver que ya estas recuperado. Tengo que decir que tienes un aspecto estupendo, Hrolfur. Y ahora si me disculpas…

Erlendur paso por delante de Hrolfur, que se quedo mirando a los dos, con ganas de decir algo mas, pero sin saber que.

– Se me ocurre una cosa -dijo Erlendur-. Lo tendria que haber hecho hace tiempo.

– ?Que? -pregunto Sigurdur Oli.

– Contacta con los de la Autoridad Portuaria y pregunta si pueden averiguar si Holberg estuvo en Husavik o en sus alrededores hacia 1960.

– Esta bien. Toma, habla con esta mujer.

– ?Quien es? -dijo Erlendur, y cogio el telefono-. No conozco a ninguna mujer.

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