los empleados de una empresa de desinfeccion y los trabajos no seguirian hasta el dia siguiente, cuando todo bicho viviente hubiera sido eliminado de los cimientos. Sigurdur Oli se habia ido a su casa y salia de la ducha cuando Erlendur le llamo para informarse. Elinborg tambien se habia marchado. Habian dejado una guardia alrededor de la casa de Holberg. Dos coches policiales se quedarian toda la noche mientras se realizaba la desinfeccion.

Cuando Erlendur volvio a casa, Eva Lind le recibio en la puerta. Eran casi las diez de la noche. La novia ya no estaba. Antes de irse le habia dicho a Eva Lind que queria hablar con su marido para ver como estaba. No tenia muy claro si debia contarle la verdadera razon de su huida de la boda. Eva Lind habia estado animandola para que le dijera la verdad y trato de convencerla de que no valia la pena proteger al sinverguenza de su padre.

Se sentaron en el salon. Erlendur le explico a su hija los pormenores de la investigacion criminal, hasta donde le habia llevado y lo que le preocupaba. Hablar de ello le ayudaba a aclarar sus ideas y a tener una imagen mas clara de lo acontecido en los ultimos dias. Se lo conto casi todo, la forma en que encontraron el cadaver en el sotano, el mal olor en la vivienda, la nota, la fotografia que habia en el escritorio, la pornografia en el ordenador, el epitafio de la lapida, le hablo de Kolbrun y su hermana Elin, de Audur y su muerte, del sueno que le venia atosigando, de Ellidi en la carcel y de la desaparicion de Gretar. Tambien le hablo de Marion Briem, de la busqueda de alguna otra victima de Holberg y del hombre misterioso plantado delante de la casa de Elin. Procuraba contarlo con coherencia y exponer algunas teorias y opiniones propias, hablo y hablo hasta que ya no pudo seguir.

Sin embargo, no le conto a Eva Lind que al cadaver de la nina le faltaba el cerebro. Todavia no podia entender por que.

Eva Lind escucho sin interrumpirle y advirtio que su padre se frotaba el pecho mientras hablaba. Sintio como le afectaba todo lo relacionado con Holberg. Noto en el una especie de rendicion que no le habia detectado nunca antes. Noto tambien su cansancio cuando le hablo de la nina pequena. Poco a poco parecia encerrarse en si mismo, su voz perdio fuerza y estaba como ausente.

– ?Audur es la nina a la que te referias cuando me gritabas esta manana? -pregunto Eva Lind.

– Audur era, no se, una especie de regalo de Dios para su madre -dijo Erlendur-. Amada mas alla de la tumba y de la muerte. Perdoname si te he tratado mal. No era mi intencion, pero cuando veo como malgastas tu vida, tu dejadez y tu falta de respeto hacia ti misma, todo el destrozo, y luego veo un pequeno ataud blanco salir de su tumba, dejo de entender el proposito de las cosas y tengo ganas de…

Erlendur se callo.

– … darme de bofetadas -termino la frase Eva Lind.

Erlendur se encogio de hombros.

– No se que me gustaria hacer. Quiza lo mejor es no hacer nada. Quiza lo mejor es dejar que la vida siga su curso. Olvidarse de todo. Empezar a hacer algo mas sensato. ?Por que tengo que seguir con todo eso? ?Con toda esa porqueria? Hablar con gente como Ellidi. Llegar a un acuerdo con mierdas como Eddi. Ver lo que divierte a hombres como Holberg. Leer informes sobre violaciones. Escarbar cloacas llenas de insectos y porqueria. Desenterrar pequenos ataudes.

Erlendur se frotaba el pecho cada vez mas fuerte.

– Uno piensa que no le va a afectar. Uno se cree lo bastante fuerte para aguantarlo todo. Uno piensa que se blinda con los anos y que puede ver la suciedad a distancia, como si no fuera con uno, y conservar de esa manera su salud mental. Pero la verdad es que no hay distancia. No hay blindaje. Nadie es lo bastante fuerte. El horror te persigue como un espiritu maligno que se instala en tu mente y no te deja en paz hasta que te parece que esa suciedad es la vida misma, y te olvidas de como vive la gente normal. Asi son las cosas. Como un mal espiritu que se ha evadido y alborota en tu cabeza hasta que finalmente te convierte en un inutil.

Erlendur suspiro pesadamente.

– Esto son las malditas marismas.

Se callo y Eva Lind le acompano en su silencio.

Asi paso un rato hasta que Eva Lind se levanto, se sento al lado de su padre y le abrazo con fuerza. Escucho como latia ritmicamente su corazon, con el tictac tranquilizador de un reloj, hasta que se quedo dormida con una leve sonrisa en los labios.

Capitulo 30

El equipo de tecnicos e inspectores se volvio a dar cita en la casa de Holberg a las nueve de la manana del dia siguiente. El dia amanecio oscuro, el cielo cubierto, y seguia lloviendo. Habian dicho por la radio que el caudal de las precipitaciones en Reikiavik, en el mes de octubre, se acercaba al record de 1926.

La cloaca estaba limpia y ya no habia nada que se moviese por los cimientos. El agujero de la placa del suelo habia sido ampliado y tenia un tamano suficientemente grande para que pudieran bajar por el dos hombres a la vez. Los duenos de la casa estaban reunidos a la puerta de la entrada del sotano. Habian conseguido encontrar un fontanero que esperaba el permiso de la policia para reparar la tuberia de la cloaca.

Pronto se hizo evidente que el espacio alrededor de la tuberia del vater era relativamente pequeno. Media unos tres metros cuadrados y estaba cerrado porque alli el terreno practicamente no se habia hundido. La tuberia se habia roto en el mismo lugar que la otra vez. Se distinguia la antigua reparacion, la grava era diferente debajo de la tuberia que alrededor de ella. Los tecnicos hablaban entre ellos sobre la conveniencia de agrandar aun mas el agujero y limpiar toda la grava de los cimientos, hasta poder ver debajo de la placa entera. Despues de una breve discusion, llegaron a la conclusion de que la placa podria romperse si se suprimia todo el apoyo que la sostenia por debajo y decidieron utilizar otro metodo mas seguro y mas tecnico: hacer pequenos agujeros en la placa aqui y alla y despues introducir una microcamara que llegase hasta los cimientos.

«Por algo son tecnicos», penso Sigurdur Oli.

Observo como empezaban a hacer agujeros en el suelo y colocaban dos pantallas televisivas conectadas con las dos camaras. Las camaras tenian forma de tubos, con una luz en la parte delantera, se introducian por los agujeros y se manejaban con un mando a distancia. Los tecnicos perforaron el suelo alli donde pensaron que estaba hueco, luego introdujeron las camaras por el agujero y conectaron las dos pantallas. La imagen que aparecio era en blanco y negro y se veia muy borrosa, penso Sigurdur Oli, que tenia en su casa un televisor aleman de seis mil euros.

Erlendur llego al sotano al mismo tiempo que empezaba la busqueda con las camaras. Poco despues aparecio Elinborg. Sigurdur Oli observo que Erlendur se habia afeitado y llevaba un traje limpio que hasta parecia recien planchado.

– ?Algo nuevo? -pregunto Erlendur, y encendio un cigarrillo.

– Van a buscar con las camaras -dijo Sigurdur Oli-. Podemos seguir la busqueda a traves de la pantalla.

– ?Nada junto a la cloaca? -continuo Erlendur, inhalando humo.

– Insectos y ratas, nada mas.

– ?Que peste mas asquerosa que hay aqui! -dijo Elinborg sacando un pequeno panuelo perfumado de su bolso.

Erlendur le ofrecio un cigarrillo que ella declino.

– Holberg pudo haber utilizado el agujero que hizo el fontanero para enterrar a Gretar -expuso Erlendur-. Veria el hueco que se habia formado debajo de la placa y pudo remover la grava hasta hacer el sitio para colocar el cuerpo.

Estuvieron atentos delante de las pantallas, aunque no se aclararon mucho con lo que vieron. Un pequeno rayo de luz se movia arriba y abajo y hacia los lados. A veces les parecia ver la placa del suelo y otras veces les parecia ver grava. El hundimiento del terreno era desigual. En algunos sitios estaba pegado a la placa y en otros habia un hueco de unos ochenta centimetros.

Fueron siguiendo las imagenes un buen rato. En el sotano habia mucho ruido, ya que se iban perforando nuevos agujeros, uno tras otro. Erlendur perdio pronto la paciencia y salio a la calle. Elinborg le siguio y, finalmente, tambien Sigurdur Oli. Se sentaron todos dentro del coche de Erlendur. Les habia dado una cumplida explicacion acerca de su desaparicion la noche anterior y ahora era la ocasion de comentarlo entre ellos.

– Eso concuerda bastante con la nota que encontramos junto al cadaver. Y si el hombre que vio Elin en

Вы читаете Las Marismas
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×