sitio -repuso Erlendur yendo hacia la puerta.

Hanna le seguia con la mirada.

– ?Me prometes que esta informacion no llegara mas lejos? -pregunto ella cuando Erlendur ya salia.

– Eso ya te lo he dicho. Esa informacion es solo para mi.

– Bueno, miralo entonces -dijo Hanna, y volvio a abrir el fichero.

Erlendur cerro la puerta, cogio la carpeta y empezo a leer el informe. Hanna encendio un cigarrillo mientras esperaba a que Erlendur terminara de leer. Hizo caso omiso del letrero que decia que no se podia fumar dentro de la habitacion. Rapidamente el aire se cargo de humo.

– ?Quien es Eydal?

– Uno de nuestros mejores cientificos.

– ?Que era lo que no querias que viera? ?No quieres que hable con ese hombre?

Hanna no respondio.

– ?Que es lo que pasa? -pregunto Erlendur.

Hanna suspiro.

– Tengo entendido que el mismo guarda algunos de esos organos -dijo finalmente.

– ?Ese hombre colecciona organos? -inquino Erlendur.

– Guarda algunos organos. Una pequena coleccion.

– ?Coleccion de organos?

– No se nada mas.

– Entonces es posible que Eydal tenga el cerebro -dijo Erlendur-. Aqui pone que el cogio una muestra de Audur para investigar. ?No sera eso un asunto delicado para vuestra profesion?

– Es uno de nuestros mejores cientificos -repitio Hanna entre dientes.

– Guarda en un estante de su casa el cerebro de una nina de cuatro anos -grito Erlendur.

– No te pido que entiendas el trabajo de un cientifico -dijo ella.

– ?Y que es lo que tengo que entender?

– No deberia haber dejado que entraras aqui -susurro Hanna.

– Eso lo he oido antes -dijo Erlendur.

Capitulo 32

Elinborg encontro a la mujer de Husavik.

Le faltaban por investigar dos nombres de su lista y dejo a Sigurdur Oli con los tecnicos en Las Marismas. La primera de las dos reacciono como tantas otras que Elinborg habia entrevistado. Sorpresa inicial, algo exagerada y que parecia ensayada. Probablemente ya se habia enterado de la historia por otro lado. Dijo que habia estado esperando la visita de la policia. La segunda mujer y ultima de la lista se nego a hablar con Elinborg. Ni siquiera queria dejarla entrar en su casa. Dijo no saber de que estaba hablando y que no podia ayudarla.

Pero Elinborg no dejo de notar cierta vacilacion en sus respuestas. Parecia necesitada de fuerza para decir lo que queria y le faltaba espontaneidad. Se comporto como si hubiera estado esperando la visita de la policia pero, al contrario de las demas mujeres, no queria saber nada acerca del caso. Queria quitarse a Elinborg de encima cuanto antes.

Elinborg intuia que habia encontrado a la mujer que buscaban. Volvio a hojear sus papeles. El nombre de la mujer era Katrin y era jefa de seccion de la Biblioteca de Reikiavik. Estaba casada. Su marido era el gerente de una importante agencia de publicidad. Tendria unos sesenta anos. Tres hijos, todos varones, nacidos entre 1958 y 1962. Se habia mudado de Husavik en el 62 y habia vivido en Reikiavik desde entonces.

Elinborg volvio a llamar al timbre.

– Creo que deberias hablar conmigo -dijo cuando la puerta se abrio de nuevo.

Katrin la miro fijamente.

– No puedo ayudaros en nada -contesto en un tono brusco-. Se de que se trata. He recibido unas llamadas horribles. Pero no se nada sobre ninguna violacion. Espero que te baste con eso y que me dejes en paz.

Iba a cerrar la puerta.

– Es posible que a mi me baste con eso, pero a un hombre llamado Erlendur, que esta investigando el asesinato de Holberg, no le va a bastar. La proxima vez que abras la puerta sera el quien estara aqui en mi lugar y no le podras echar. El no admite que nadie le cierre la puerta en sus narices. Puede hacer que te lleven a la comisaria si es preciso.

– Dejame tranquila, por favor -dijo Katrin, y cerro la puerta.

«Ojala pudiera», penso Elinborg. Saco el movil y llamo a Erlendur, que en ese momento volvia de la universidad. Elinborg le explico la situacion y el dijo que estaria alli en diez minutos.

Cuando llego no vio a Elinborg por ninguna parte, pero reconocio su coche aparcado delante de la casa. Era una casa grande del barrio de Vogar, dos plantas y un garaje doble. Llamo al timbre y para su sorpresa le abrio Elinborg.

– Creo que he encontrado a la mujer -dijo en voz baja, e hizo entrar a Erlendur-. Salio a buscarme aqui fuera hace un momento y se disculpo por su brusquedad. Dijo que prefiere hablar con nosotros aqui que en comisaria. Conocia la historia de la violacion y nos esperaba.

Elinborg entro en la casa delante de Erlendur y fue directamente a un salon donde les aguardaba Katrin. La mujer saludo a Erlendur con un apreton de manos intentando sonreir, pero sin lograrlo del todo. Iba vestida con gusto, llevaba una falda gris y una blusa blanca. Su espesa melena rubia le llegaba hasta los hombros. Era alta, de piernas estilizadas y hombros estrechos. Su atractiva cara denotaba preocupacion.

Erlendur miro a su alrededor. Habia gran cantidad de libros dispuestos en varios muebles con estantes y puertas de cristal. Al lado de una de las librerias habia un bonito escritorio; en medio del salon, un tresillo de cuero, antiguo, pero bien conservado, y en un rincon, una mesa auxiliar. Cuadros en las paredes. Pequenas acuarelas con bonitos marcos, fotografias de la familia. Erlendur observo detenidamente estas ultimas. Todas eran antiguas. Los tres chicos con sus padres. Las ultimas estaban hechas en sus primeras comuniones. No parecia que se hubieran graduado, ni casado.

– Queremos buscar algo mas pequeno -dijo Katrin como disculpandose cuando vio que Erlendur estudiaba el entorno-. Esta casa ya se ha vuelto demasiado grande para nosotros.

Erlendur asintio con la cabeza.

– ?Esta tu marido en casa?

– Albert no llegara hasta mas tarde. Esta en el extranjero. Esperaba poder hablar de esto antes de que el llegara.

– ?Nos sentamos? -dijo Elinborg.

Katrin se disculpo y les invito a sentarse. Se acomodo sola en el sofa y Elinborg y Erlendur en los sillones, frente a ella.

– ?Que es exactamente lo que quereis de mi? -pregunto Katrin mirando a uno y a otra-. No se donde entro yo en este asunto. El hombre esta muerto. A mi no me concierne.

– Holberg era un violador -dijo Erlendur-. Tuvo una hija con una mujer del sur despues de haberla violado. Cuando empezamos a investigar su vida, averiguamos que antes habia violado a otra mujer, una mujer de Husavik, de una edad parecida a la de la segunda victima. Es posible que violara a mas mujeres, pero no lo sabemos. Necesitamos encontrar a la victima de Husavik. A Holberg le mataron en su domicilio, y algunos indicios nos hacen pensar que la explicacion del asesinato esta relacionada con su desagradable pasado.

Erlendur y Elinborg advirtieron que ese discurso no parecia impresionar a Katrin. No reacciono cuando hablaron sobre las violaciones de Holberg, ni cuando hablaron sobre la hija que tuvo, y tampoco hizo ninguna pregunta.

Erlendur tomo la palabra.

– Esta historia no parece impresionarte -dijo.

– No -repuso Katrin-. ?Por que tendria que impresionarme?

– ?Que puedes decirnos sobre Holberg? -pregunto Erlendur despues de un corto silencio.

– Le reconoci enseguida cuando vi las fotografias en la prensa -contesto Katrin. El tono de desafio parecia

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