– Voy a leer un poco -dijo-. Tu duermete, si tienes tanto sueno.
Al parecer quiso decir que deberia darle verguenza, por estar cansado y agotado de todo. A Karsten Sundelin le entraron ganas de pegar. De golpear salvajemente a aquello que les habia ocurrido. Lo de Margrete era terrible, el era el primero en reconocerlo. Y el instante en que salio al jardin y se encontro a Lily llorando en el suelo y a la nina gesticulando debajo de la manta, ensangrentada como un animalito de matanza, no lo olvidaria nunca. Pero y el resto de nuestra vida, ?que? penso. Tendremos que volver a la normalidad. Cerro los ojos e intento dormir, pero le molestaba la luz. Ademas, oia cada vez que ella pasaba una pagina del libro. Ese crujido de papel le parecian truenos, y el sonido le golpeaba la cabeza. Quiza nos hayamos vuelto los dos locos, penso. Y tal vez fuera exactamente eso lo que queria ese tipo, ese que vino por el bosque.
Capitulo 2
Gunilla Mork acababa de celebrar su setenta cumpleanos con sus hijos, amigos y vecinos, y se sentia aliviada de que todo hubiera pasado por fin. El bufe que habia encargado a Vangen habia resultado magnifico, al igual que el surtido de tartas, al que ella habia contribuido con una tarta de almendras. ?Llegare a cumplir ochenta?, se pregunto, y echo un vistazo por la ventana de la cocina. Muchos no llegan a cumplirlos. Yo no doy por sentado que vaya a cumplir tantos. Aunque estoy muy agil. Aunque ando deprisa y tengo la cabeza despejada.
El cielo estaba muy azul, y el sol empezaba a salir. Dios nos regala otro dia resplandeciente, penso, tengo que sacar lo mejor de el. Los humanos estamos obligados a ello, tenemos que esforzarnos y alegrarnos de todas las cosas buenas. Y si no nos alegramos, debemos tener una muy buena razon para ello. Eso pensaba Gunilla Mork sobre la vida y los seres humanos. Pero, como habia cumplido setenta anos, tambien habia empezado a pensar en la muerte. La rodeaba como una nube oscura que no la dejaba en paz. A veces solo veia esa oscuridad, le llegaba por las noches, entrometiendose en sus pensamientos. Descorrio la cortina y miro el jardin. Pensando en la muerte se fijo en su mano y vio que ya no era joven y lisa, sino seca y arrugada. Esto la dejo asustada durante varios minutos. Retiro la mano y la miro detenidamente. Luego se la puso contra la mejilla. La noto caliente y agradable, como habia estado siempre. Entonces, ?por que esos estupidos pensamientos? A veces era como si el momento reventara, dejando entrar un rayo de escalofriante realidad.
Era por la manana temprano. Sono un pequeno estallido en el patio, y sabia que era el periodico local que habia entrado en el buzon. El repartidor de periodicos estaba ya en la siguiente casa. Iba en bicicleta, con un pequeno carro detras, y con unas fuerzas que ella ya no tenia, el chico subia pedaleando la pequena cuesta, vestido con su traje rojo de cartero. Ella salio al patio. Levanto la cara hacia el cielo y sintio el sol. Calienta de la misma manera que cuando tenia dieciseis anos, penso, igual de delicioso e igual de dorado. Igual de fortificante. El viento es suave y la hierba de un verde abrumador; podria arrodillarme y comerla, como las vacas. Se acerco al buzon y cogio el periodico. En la primera pagina vio la foto de un hombre abrazado a una oveja. Leyo el subtitulo: «El mito del granjero noruego, ganadero de ovejas».
Volvio a entrar y dejo el periodico en la mesa de la cocina. Leeria ese articulo, claro, porque ella tenia sus propias opiniones sobre los granjeros, pero primero haria cafe y se prepararia una rebanada de pan. Todo tenia que hacerse en un determinado orden y con cierta lentitud, pues ?para que darse prisa, si todo iba en la misma direccion? Ay, creo que me estoy quejando mucho hoy, penso Gunilla Mork, pero Dios no exige mas a una persona de lo que le ha dado. El desayuno le supo bien. La mermelada estaba hecha con frutas de su propio jardin, y no la habia estropeado con demasiado azucar.
Se puso a leer sobre los ganaderos de ovejas.
El mito sobre el granjero noruego y su amor por los animales domesticos sigue vivo, pero es sumamente exagerado. La foto de ese granjero destrozado arrodillado junto al cadaver de una oveja victima de un oso no tiene que ver con pena o dolor. Se trata exclusivamente de una perdida economica. Es una actuacion teatral al maximo nivel, puesta en escena con el fin de despertar la simpatia de la opinion publica para conseguir mayores ayudas estatales.
Esta opinion procedia de un catedratico cuyo nombre Gunilla no conocia.
Pero el granjero de la foto, que se llamaba Sverre Skarning, aseguraba que adoraba a todas sus ovejas, tambien a las negras. Gunilla estudio al granjero y a la oveja. Intento formarse una opinion, pero no sabia muy bien que pensar. Supongo que si quieren a sus ovejas, penso. Le gustaba la foto. Un hombre y una oveja abrazados, le emociono y la puso de buen humor. Paso a la pagina siguiente. Mientras tanto bebia cafe caliente y fuerte, lo que la espabilo. Tendre fuerzas para hacer cosas hoy tambien, penso. Tal vez deberia untar aceite en los muebles del jardin, pues se habian resecado mucho en el transcurso del verano. Luego leyo detenidamente sobre las tragedias que siempre ocurrian en las partes pobres del mundo. Ciclones. Terremotos. Guerras y mas guerras. Gunilla levanto la cabeza y miro el tranquilo jardin, las flores y los arboles. Era sorprendente que justo ella fuera la afortunada que residia en ese tranquilo lugar del mundo, donde no ocurria nada malo.
Ya habia llegado a las esquelas.
Las leia siempre con atencion, porque a veces conocia a alguno de los fallecidos. Ademas, se fijaba en los anos de nacimiento, y veia que el suyo se estaba acercando vertiginosamente. Los que ya habian agotado su tiempo habian nacido alrededor de 1930. Ella habia nacido en 1939. Pero Gunilla, se dijo a si misma, dejalo ya. Estas sentada en tu cocina, viva y coleando. El sol brilla por la ventana y el cafe esta bueno. En ese instante dio un respingo de terror. Estaba leyendo su propio nombre. Ponia que Gunilla Mork habia muerto en paz. Solto el periodico y se toco el corazon con una mano. Le costaba respirar. Seguro que habia leido mal. Y si no, seria que habia mas personas llamadas Gunilla Mork. Miro la cocina para comprobar que todo estaba donde solia estar, que ella no se encontraba sumida en algun tipo de locura. Pero no vio mas que su vieja cocina de siempre, con sus cachivaches y cacharros. Leyo la esquela una vez mas.
Nuestra querida y carinosa madre, suegra y cunada, Gunilla Mork, nacida el 17 de julio de 1939, dejo de respirar hoy, 25 de julio.
Erik y Ellinor. Amigos y demas familia.
Sera incinerada en el Crematorio Este, en la capilla pequena, el 1 de agosto a las 10.30.
Gunilla Mork se desplomo sobre la mesa.
Tiro la taza de cafe.
En el periodico ponia que habia muerto.
Ponia los nombres de Erik y Ellinor, que eran sus hijos. Y luego ese estupido poema. Era un poema intolerable; Erik y Ellinor jamas habrian elegido algo tan pomposo, de tan pesimo gusto. El Crematorio Este, penso a continuacion, Dios mio. ?Que significaba todo eso, quien podia haber hecho algo tan inconcebible? ?Podria haberse equivocado el periodico? No era posible. El mundo se habia vuelto loco. Se levanto de un salto de la silla y dio una vuelta por la casa. Se detuvo frente al espejo de encima del lavabo. Desde la pared la miraba una vieja con una expresion que nunca antes habia visto. Resultaba alarmante. Todos mis conocidos van a leer la esquela, penso. Tengo que llamarlos. Tengo que llamar a Erik y a Ellinor. Volvio a sentarse mientras se agarraba a la mesa. Tal vez estaba durmiendo y sonando, penso, pero eso era una tonteria. Leyo una vez mas su propia