esquela. Se habia quedado helada e inmovil junto a la mesa. Alguien la habia elegido a ella. La habian encontrado entre muchas personas para llevar a cabo sus malvados planes. Queria levantarse y acercarse al telefono, queria marcar inmediatamente el numero de su hijo Erik, queria enterarse de lo que habia sucedido. Pero tardo en levantarse de la silla. Y cuando por fin tenia el auricular en la mano, se echo a llorar.
Johnny Beskow se acerco a la entrada de puntillas, y se quedo escuchando; tenia que armarse de valor. Era evidente que su madre no estaba cocinando, porque no olia a comida, solo se percibia ese viejo olor a ropa de calle, polvo y moho. Entonces estara tumbada en el sofa, penso, mirando el reloj. Eran las once de la manana, y no era raro que estuviera borracha ya antes de las once. Una vez la habia sorprendido a las siete de la manana sentada en un sillon bebiendo vodka a grandes sorbos, mientras se agarraba al reposabrazos con la mano libre. Permanecio alli sentada una hora, y luego se metio de nuevo en la cama, debajo del edredon. Asi iba cambiando del sillon a la cama, de la cama al sofa y de vuelta al sillon. Y asi hasta la tumba, penso Johnny, ?por que no vas hasta la tumba? Yo cavare el hoyo, y tu no tendras mas que rodar y dejarte caer por el borde. Volvio sigilosamente al salon para observarla. Si, alli estaba, tumbada en el sofa, tapada con la manta. Johnny fue a su habitacion y cerro la puerta tras el. Saco a Bleeding Heart de la jaula y se tumbo en la cama con el animalito junto a la mejilla. La gente se cree lo que digo, penso, loco de contento. Puedo llamar a donde sea y decir lo que sea o exigir lo que sea, y la gente hace lo que le digo. Son educados y amables y estan dispuestos a ayudarme, es pura magia. Esto me ofrece ilimitadas posibilidades. Soy capaz de trastornar a toda una sociedad, penso, puedo derribar una ciudad entera, me basta con hacer una llamada telefonica o escribir una carta. Me da poder. Notaba como ese poder se le estaba subiendo a la cabeza y rugia por sus venas haciendolo sentirse enardecido y poderoso, y eso que en el fondo era un canijo. En el colegio lo llamaban el Raquitico de Askeland. Al cabo de un rato volvio a meter la cobaya en la jaula, que estaba llena de serrin y algodon, y tambien habia algunos juguetes de plastico de alegres colores. Todo lo habia comprado con dinero que le habia dado su abuelo. Tambien la Suzuki. Habia sido un regalo de esa confirmacion que nunca llego a hacerse realidad. Su madre no era capaz de mantenerse sobria el tiempo suficiente como para organizar una comida, y tampoco habia nadie a quien invitar.
Noto que tenia hambre, y fue a la cocina. No habia ninguna cacerola en marcha, asi que cogio leche del frigorifico. Luego se sento junto a la mesa y se comio unos cereales mixtos mientras miraba por la ventana. Su madre no se despertaria de la borrachera hasta por la noche. Entonces se meteria en el bano, se cepillaria el pelo, y volveria a entrar dando tumbos en el salon, donde de repente lo descubriria a el, sentado delante del televisor. Desde ese momento y hasta que Johnny se acostaba, ella se metia fugazmente en el papel de madre. Le preguntaba cosas, donde habia estado y que habia hecho. Si habia comido. Si no pensaba buscarse algun trabajo, algo que pudiera aportar un poco de dinero a la familia. Luego hablaria largo y tendido sobre sus jaquecas, diciendo que justo ese dia se habia encontrado peor que nunca, tanto que se habia visto obligada a tumbarse un rato. Pero ya estoy un poco mejor, diria. Para justificar el haber estado en coma la mitad de la jornada.
Termino de desayunar y enjuago el plato en el fregadero. Volvio al salon y se dejo caer en un sillon. Su madre estaba tumbada boca arriba con la manta hasta la barbilla, la piel de su cara parecia humeda, como si tuviera fiebre. Los parpados se le habian entreabierto. Ojala estuvieras muerta, penso el, ojala dejaras de respirar en este instante. Si te mueres voy a dar palmas de puro entusiasmo, penso Johnny, en medio del entierro me pondre a cantar y bailar. Y, cuando por fin estes bajo tierra, acudire cada noche a mear sobre tu tumba.
Siguio enviando pensamientos a su madre en una continua corriente de maldades. Le gustaba imaginarse que le llegaban de una manera u otra. Que ese odio que sentia por ella la destruiria poco a poco, como un veneno de efecto lento. Se toco la navaja suiza que llevaba colgada del cinturon, notando como el metal se le calentaba en la mano. Te perforare el ojo, penso, y el timpano. Te tirare a la carretilla y te llevare al bosque, para que el zorro pueda acercarse a servirse. Y el tejon y todos los gatos.
Se levanto del sillon y volvio a la cocina, pues tenia algo que hacer. Abrio cajones y armarios. Tras buscar un rato encontro una vieja caja de pizza debajo del fregadero, y unas tijeras y un rotulador en un cajon. Con esas simples herramientas se fue tranquilamente a su habitacion a hacer un cartel.
Erik y Ellinor Mork llegaron juntos a la comisaria, e iban de parte de su madre, Gunilla. Erik Mork era el mayor de los hermanos y tenia ya canas en las sienes, su hermana era bastante mas joven, y tenia el pelo mas rubio. Se notaba que entre ellos habia una estrecha relacion que habia ido reforzandose en el transcurso de toda una vida. Y ahora, con este terrible suceso, aparecian como un solo y furibundo individuo. Llevaban consigo el periodico local con la esquela de su madre.
Sejer lo leyo.
– Ella tiene setenta anos -dijo Erik Mork-, acaba de cumplirlos. Siempre ha estado muy joven y agil. Ahora esta completamente trastornada. Tendran ustedes que resolver este caso enseguida, porque es realmente horrible, estara de acuerdo en eso.
Se le veia algo agitado.
– Estoy de acuerdo -contesto Sejer, volviendo a leer una vez mas la esquela de Gunilla Mork.
Luego los miro muy serio.
– Intenten ustedes hacer un repaso mental del circulo de amistades de su madre o del resto de la familia. ?Podria haber alli algo oculto? ?Alguien que se sienta ignorado y que quiera llamar la atencion?
Ellinor hizo un vigoroso gesto negativo con la cabeza.
– No tenemos gente asi en nuestra familia -constato-. Y tampoco hay nadie asi en su vecindad. Todo el mundo es gente decente.
– ?Donde vive ella?
– En Kirkeby -contesto Erik Mork-. En la calle Konvallveien. Es viuda, lleva sola muchos anos. Pero nunca ha sido miedosa. Ahora esta completamente trastornada, porque no entiende el significado de lo que ha ocurrido. ?Que quieren de ella?
Ellinor Mork tomo la palabra.
– La unica manera de tranquilizarla es encontrar a los que le han hecho esto -dijo-. Para que puedan explicarnos por que la eligieron precisamente a ella. Pues eso es lo que no entiende. Y nosotros tampoco. Ella esta casi siempre sola, y no llama la atencion. Va a la tienda todos los dias, trabaja un poco en el jardin. Cosas asi.
– ?Se han puesto en contacto con el periodico? -pregunto Sejer-. ?Con la seccion de anuncios?
– No -contesto Eric-. ?No son ustedes los que se ocupan de esas cosas?
Sejer empezo a intuir los rasgos de algo incomodo. Un plan minuciosamente meditado, una forma insonora de terror.
– Ire a hablar con su madre -prometio-. Primero me pasare por el periodico. Si encuentro algo, se lo comunicare a ustedes.
Erik Mork puso el dedo sobre el anuncio.
– ?Se ha topado usted alguna vez con algo como esto?
– No -contesto Sejer-. Es realmente una broma nueva y muy grave. Nunca he visto nada parecido. ?Y ese pequeno poema? -pregunto-. ?Les resulta familiar?
Ellinor Mork puso los ojos en blanco.
– Ese poema es completamente imposible -contesto-. Mi madre no ha estado nunca enferma. Todo esto es una locura y el telefono no deja de sonar, la gente se ha quedado aterrada al ver en el periodico que ella habia muerto. Y cuando les decimos que todo ha sido una broma, se sienten aun mas confusos. Supongo que eso es lo que el tipo pretende. Pues debe de ser un hombre. Quiere que ella se sienta aturdida, ?verdad?
– ?Que le vamos a decir a mi madre? -pregunto Erik Mork-. Tenemos que tranquilizarla de alguna manera.
Sejer se quedo pensando unos instantes.
– Diganle que ha sido elegida al azar. Diganle que se trata de una broma de pesimo gusto que no tiene ningun sentido. Diganle que es un juego.