Paso por encima de las rocas y bajo hasta el lago. Encontro un lugar estupendo, dejandose deslizar hasta que sus dedos blancos se toparon con el agua.

Joder, que agua tan fria, penso, porque eso era lo que habria dicho su padre si hubiera estado sentado a su lado con los dedos de los pies en el agua. Las zapatillas de deporte estaban ordenadamente aparcadas junto a el, con los calcetines dentro, como dos pelotas de algodon blanco. Se quito la mochila de la espalda, la abrio, y coloco el paquete con las tres rebanadas de pan junto a los zapatos. A su lado coloco el termo con el zumo, y al final el transformer negro Optimus Prime. Respiraba un poco deprisa, porque habia corrido el ultimo trozo.

Estoy en la naturaleza salvaje, penso, y soy bastante duro.

Por el camino habia cortado una rama de un gran sauce, y ahora cogio la navaja del cinturon. Tuvo que esforzarse un poco para sacarla. Todo estaba tan tranquilo que incluso las cosas mas pequenas se percibian muy nitidas, un mosquito zumbando sobre el agua, hojas y brezo que crujian. Seguro que no es una vibora, penso, mirando a su alrededor, porque se habia quitado las zapatillas y sus dedos color rosa a lo mejor resultaban tentadores, redondos y parecidos al mazapan. Pero nadie lo molesto mientras estaba sentado junto al lago. Todo era bonito y tranquilo. Tallaba la rama sin cesar. La madera olia muy bien. En realidad, todo el bosque es comestible, penso, las hojas, la hierba, el brezo, la corteza de los arboles y las bayas. Entonces oyo un ruido. Se levanto inmediatamente y miro hacia el camino. El sonido procedia de la lejania y era cada vez mas fuerte. Comprendio que era un motor. Un tractor, o tal vez un coche. El sonido iba y venia, y la imaginacion de Theo se puso a trabajar. No trabajaba asi cuando andaba por la carretera principal, porque entonces no paraban de pasar coches. Eso pensaba el pequeno Theo. Volvio a sentarse. Dejo la rama, se metio la navaja en el cinturon y se lanzo sobre la merienda. En el bosque habia mas gente aparte de el, no tenia por que preocuparse. Al instante oyo voces, al parecer procedentes de unos hombres que llegaban en bicicleta por el camino forestal. Theo se levanto a mirarlos, uno de ellos lo saludo con la mano. Theo le devolvio el saludo. Vaya, penso Theo, esto esta lleno de gente.

Volvio a sentarse y comio con gran apetito. Su madre, Wilma, habia hecho el pan, y lo mejor era la corteza. Aunque se habia quedado mas que satisfecho con las dos primeras rebanadas con salami y mortadela, se obligo a comerse la tercera. Estando de excursion necesitaba calorias, penso. Volvio a sacar la navaja y se puso de nuevo con la rama. Hizo una lanza con una punta que parecia un punzon. Deberia tener cuidado para no cortarse un dedo, ni clavarse la punta de la lanza en el muslo, porque sabia que, si algo asi ocurria, nunca le permitirian hacer otra excursion por su cuenta. Lo que mas ilusion le hacia era volver a casa y contar a sus padres todas sus vivencias. No es que hubieran sucedido muchas cosas durante el paseo hasta el lago Snelle, pero todavia existia la posibilidad de que ocurriera algo. Y si no pasaba nada, siempre podia inventarse un pequeno episodio, como de adorno. ?No era un aguila aquello que daba vueltas cazando muy arriba en el cielo? ?No era una enorme trucha lo que nadaba en la superficie del agua alli a lo lejos? Con toda claridad podia ver los circulos en el agua agrandandose despacio y de un modo muy bello sobre el lago. En realidad, puede ocurrir de todo, penso Theo, agitando el puntiagudo palo. Removio el agua como se remueve un guiso en una cacerola. El silencio junto al lago y los circulos que se agrandaban lo sumieron en una especie de somnoliento trance. Salio de la realidad para entrar en un paisaje diferente, de ensueno, que le resultaba tan familiar como el otro. Tambien alli habia un pequeno lago en el bosque, y tambien alli nadaban las truchas en la superficie del agua. Pero de repente llegaba un hombre remando en una canoa. Theo tuvo que parpadear varias veces, porque no se creia lo que estaba viendo.

?Ese hombre no era Lars Monsen en su canoa verde?

Lars saco el zagual del agua. La canoa siguio moviendose sin ruido, como un cuchillo cortando el agua, hacia la orilla donde estaba sentado Theo. El pelo rizado le habia crecido a lo salvaje, sus ojos eran como estrechas rayas, y dentro se veia el iris, afilado y negro como el silex. La canoa golpeaba suavemente contra la roca.

– Por lo que veo estas de excursion -dijo Lars Monsen-. ?Llevas mucho tiempo aqui?

Theo nego con la cabeza. Estaba sentado con la lanza sobre las rodillas, mirando con devocion a su gran heroe.

– Tenia pensado ir a Ravnefjell -dijo con voz resuelta-. Pero me he quedado sin viveres.

Senalo el papel arrugado sobre la roca. No quedaban mas que unas migas.

– Mala planificacion -dijo Lars Monsen, riendose entre dientes.

Sus dientes eran afilados y blancos.

Theo asintio. La canoa verde tenia unas profundas grietas en la proa, de tanto rozarse contra la roca. Dentro de la canoa habia dos bolsas de cuero, ademas de un rifle y una cana de pescar.

– ?Has pescado alguna trucha? -pregunto Theo.

– Si senor -contesto Lars Monsen-. Pesque dos enormes un poco mas arriba esta manana.

Callaron durante un buen rato. Lars Monsen llevaba una gorra en la cabeza. Tiro de la visera para que sus ojos quedaran en oscuridad.

– Asi que estas de regreso a tu casa -dijo.

– Si -contesto Theo-. Espero estar en casa dentro de una hora. Manana hare una excursion mas larga. Y me traere mas comida -anadio.

– ?Y donde tienes tu tienda? -pregunto Lars, guinandole un ojo.

– Bueno, la tienda… -tartamudeo Theo- esto no es mas que una excursion de dia -dijo, un poco avergonzado-. Pero conseguire una tienda. Y una canoa -se apresuro a anadir-. Una como la tuya.

Metio el papel de la merienda en la mochila, pues el no era de los que ensucian la naturaleza.

– Me encontre con un oso alli arriba -dijo Lars Monsen senalando.

Theo se quedo boquiabierto de miedo.

– ?Que? ?Un oso?

– Si senor -contesto Lars Monsen-. O mejor dicho, unos osos. Una enorme osa con dos crias. Joder, que tamano, deberias haberla visto. Peluda como un abejorro, pesada como un hipopotamo. Y mierda fresca de oso por todas partes.

El corazon de Theo, que habia sido un pequeno musculo duro, se convirtio en algo caliente y fluido que le corria por el cuerpo.

– Le eche un par de maldiciones -dijo Lars Monsen, riendose entre dientes-. Fue demasiado para mama osa. A las damas no les gustan los tacos -anadio-. Estaban arriba, en Ravnefjell. No vas por alli, ?verdad? Supongo que vas hacia el sur, a Saga, y luego bajaras por Glenna, ?no es asi?

Theo levanto la lanza que tenia sobre las rodillas.

Se sentia inseguro.

– Tengo una lanza -dijo-. Y navaja de cazador.

Saco la navaja de la funda y la agito en el aire. Entonces vio el rifle de Lars en la canoa verde. Uno de esos deberia haber tenido el. Y podria haber enviado a paseo a la osa y sus crias.

Lars Monsen solto una carcajada. Echo su rizada cabeza hacia atras, riendose tan ruidosamente que sonaba por todo el lago, espantando a pajaros y ardillas.

– ?Asi que le vas a clavar un palo a la osa? -dijo-. ?Acaso lo has hecho en manualidades en el colegio? Ja, ja -se rio Lars Monsen-, que divertido. La osa se asustara, ya lo creo que si. Ja, ja.

Agarro el zagual con ambas manos. La canoa verde tomo velocidad. Theo pudo oir las risas del explorador hasta que la canoa desaparecio tras el cabo. Tengo que irme a casa, penso alterado, y recogio sus cosas. Se puso los calcetines y las zapatillas de deporte. Metio todo lo demas en la mochila. No puedo perder mas tiempo. ?Lars Monsen? Bueno, impresionante encontrarlo remando por el lago Snelle. Y sin embargo, penso Theo, aunque solo se tratara de una de sus muchas fantasias, Lars Monsen no deberia haberle asustado de esa manera. Hablarle de osos, cuando todo el mundo sabia que no habia osos tan al sur. Theo se puso la mochila a la espalda y volvio al camino forestal. Intentaba andar tranquilamente, pero esta vez no consiguio adoptar un ritmo fijo. Empezo a correr campo a traves, y de repente empezo a soplar un viento frio que puso el bosque en movimiento. Theo perdio la calma, estaba convencido de que alguien estaba a punto de atraparlo por atras. Alguien lo estaba observando por todos lados, y algo terrible lo esperaba mas adelante.

* * *

Hannes Bosch era optico, como lo habia sido su padre, Pin, antes que el, y le gustaba todo lo que tenia que ver con la luz, las refracciones y lo que alegraba la vision. Levanto la copa de vino hacia el sol para admirar el

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